El año pasado fue histórico para el balonmano chileno. De la mano del técnico español Mateo Garralda, la selección consiguió inéditos logros en la arena internacional, tanto a nivel mundial y panamericano, que vienen a coronar el importante desarrollo que ha tenido este deporte.
En enero de 2019 la Roja disputaba el Mundial Adulto en Alemania y Dinamarca. El conjunto chileno, que había dicho presente en Suecia 2011, España 2013, Catar 2015 y Francia 2017, culminaba su quinta cita planetaria consecutiva en el puesto 16º, la mejor ubicación en todas las participaciones.
Tras ello, en los Juegos Panamericanos de Lima, en agosto pasado, Chile también consiguió su mejor intervención al lograr el vicecampeonato, mejorando las medallas de bronce obtenidas en Guadalajara 2011 y Toronto 2015.
En la final se cayó ante la poderosa Argentina de los hermanos Simonet, por 27-31. Antes, en semifinales, el combinado chileno había vuelto a hacer historia al vencer a Brasil. Y es que era primera vez que se derrotaba a la verdeamarela en cualquier competición.
La generación comandada por los experimentados Marco Oneto, Felipe Barrientos y los hermanos Feuchtmann y Salinas, volvía a dejar en alto al balonmano nacional, tal como en años anteriores. Entre esos nombres destaca el hualpenino Sebastián Pavez.
El extremo derecho que se encuentra radicado en la capital, integra el elenco criollo hace cinco años, formando parte de los logros más importante del balonmano nacional.
"En el ámbito deportivo fue un año muy bueno, histórico para nosotros. En el Mundial y los Panamericanos logramos participaciones que no se habían realizado antes. Muy contento por ser parte de la historia de este deporte", inicia el diálogo.
Para el estudiante de Educación Física de la Universidad San Sebastián sede Bellavista (comuna de Recoleta), lo hecho en los Panamericanos fue uno de sus mejores éxitos deportivos.
"Ahí nos tocó un grupo muy difícil (Cuba, Argentina y Estados Unidos), todos partidos complicados. Después, en semifinales jugamos con Brasil, al que no se le había ganado nunca y lo logramos hacer. Por eso más que nada es que esos Juegos fueron tan significativos para mí", indica.
RECAMBIO Y PROYECCIÓN
El balonmano en Chile ha crecido de manera exponencial. Con la incorporación del entrenador Mateo Garralda se buscó extender el límite y mejorar lo que se había conseguido. Y vaya que se logró. Lo que no pasó en treinta años ocurrió en seis o siete, gracias a la generación liderada por Oneto, Barrientos y los hermanos Salinas y Feuchtmann.
Hoy la selección pasa por un proceso de recambio. Esos nombres abrieron el camino a jugadores más jóvenes como Sebastián, que recién tiene 23 años y es parte de los nuevos elementos de la Roja.
"El recambio la verdad que lo veo bien. Lo que sí hace falta son las oportunidades para que ese recambio pueda realizarse, que no son muchas. Pese a todo, veo un buen proyecto para Santiago 2023 (Juegos Panamericanos). Hay que confiar en el proceso", enfatiza la carta de USAB (Club Social y Deportivo Unión de Santiago).
En ese sentido, el zurdo proyecta sus desafíos para este año, tanto con su equipo capitalino como con la Roja. "Con USAB salimos campeones metropolitanos y ahora en marzo se nos viene el Nacional de clubes. Ya en abril viene el Preolímpico con la selección en Noruega", cuenta.
"Uno de los objetivos este año es salir campeón nacional con USAB, hay una tarea pendiente ahí, y el otro es dejar en lo más alto posible a Chile en el Preolímpico. La idea principal es buscar un cupo a Tokio. Sabemos que es complicado pero no nos daremos por vencido", cierra con ilusión el hualpenino.