La coalición militar liderada por Estados Unidos en Irak comunicó que once soldados resultaron heridos por conmoción cerebral tras el ataque iraní a la base iraquí de Al Asad, que contaba con la presencia de tropas de Washington, pese a que en un primer momento el Pentágono anunció que no había muertos ni heridos.
"Si bien ningún miembro del servicio estadounidense murió en el ataque iraní del 8 de enero a la base aérea de Al Asad, varios fueron atendidos por síntomas de conmoción cerebral que les produjo la explosión y todavía están siendo evaluados", dijo el capitán Bill Urban, portavoz del Comando Central de Estados Unidos.
Explicó que el tratamiento de los soldados es un "procedimiento estándar" que se aplica cuando hay personal cerca de una explosión, para averiguar si se han producido "lesiones cerebrales traumáticas". Ocho fueron llevados a Alemania, por precaución, y otros tres al campamento Arifja, en la capital de Kuwait, para hacerles un examen de seguimiento. "Cuando se considere que están aptos para el servicio, se espera que regresen a Irak".
Irán atacó con misiles dos bases militares en Irak, Al Asad y Erbil, en las que estaban desplegados soldados estadounidenses, como respuesta al ataque de EE.UU. en que murió el general iraní Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds.
INUSUAL INTERVENCIÓN
El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, instó a "la resistencia" frente a Estados Unidos, tanto del pueblo iraní como de los países de la región, así como a no confiar en Europa, en un momento de fuertes presiones internas y externas. Ante decenas de miles de personas, congregadas para escuchar el sermón del líder durante el importante rezo musulmán en Teherán, el Ayatolá decidió darse un baño de masas y dirigir él mismo el sermón del viernes, algo excepcional que no hacía desde el año 2012.
"La resistencia debe continuar hasta que la región esté completamente libre de la tiranía del enemigo", subrayó el líder, quien urgió a la unidad de los países islámicos contra EE. UU. por sus intentos de "crear discordias" y "controlar la región y sus riquezas". Jameneí tildó de "payaso" al Presidente Donald Trump y dijo que este "introducirá una daga envenenada" en la espalda de Irán.
También aludió al "incidente doloroso", como calificó el derribo por error del vuelo ucraniano con 176 personas a bordo, y ante las críticas internas y las protestas por este derribo, acusó a algunos dentro del país de "seguir instrucciones de canales de televisión estadounidenses y británicos para intentar que los iraníes se olviden de 'los días de Dios' (los homenajes a Soleimani)".