Aunque las manchas, cambios en lunares o lesiones de quemaduras solares en la piel para muchos son una preocupación estética o una molestia pasajera de la exposición al sol, pueden ser el riesgo o estar dando la señal de algo grave: cáncer de piel.
Un grupo de patologías oncológicas caracterizadas por ser lesiones malignas que pueden aparecer en cualquier capa de la piel (dermis, epidermis y tejido subcutáneo) en la que están puestas los ojos de los especialistas, ya que se ha visto que aparecen cada vez a edades más tempranas, sobre todo en mujeres, y su prevalencia va en alza, advierte el doctor Javier Montoya, médico dermatólogo especialista en cáncer de piel de la Clínica Sanatorio Alemán.
Precisa que se pueden distinguir "los cáncer de piel no melanoma, que son el carcinoma espinocelular y el carcinoma vasocelular y son los más frecuentes, y el cáncer melanoma, que es el menos frecuente y también el que produce mayor mortalidad". Y aunque en Chile no existen datos actualizados y hay un subregistro, las cifras mundiales muestran que "la incidencia de cáncer de piel no melanoma ha aumentado 12 veces por año y el de melanoma ha aumentado alrededor del 6 a 10% por año", precisa. A nivel nacional, añade, "se piensa que la incidencia de melanoma es de 2 por cada 100 mil habitantes".
En este sentido, el profesional plantea un panorama favorable desde el punto de vista de los avances de la ciencia y medicina, puntualmente en el cáncer de piel melanoma metastásico, pues se han comenzado a usar nuevas terapias, como la inmunoterapia, que han aumentado al 60% la sobrevida en pacientes con melanoma en estadío 4 (metástasis en órganos a distancia), versus el 10% de sobrevida previo a estas terapias. No obstante, la carga de mortalidad sigue siendo alta y en Chile el acceso a estas terapias no está garantizado por el sistema de salud.
SIEMPRE PROTEGERSE
Una situación preocupante, pero que podría ser distinta de la mano de la responsabilidad, ya que si bien Javier Montoya afirma que tanto en el no melanoma como melanoma hay casos en que los cánceres se asocian a una base hereditaria, "el principal factor asociado a todos estos cánceres es la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol", asevera. Por tanto es en el cuidado donde pone el acento el dermatólogo.
El uso de lociones o cremas fotoprotectoras de amplio espectro, es decir, que cubran las radiaciones UV A y B es una acción básica. La recomendación general del especialista es aplicar a diario media hora antes de la exposición al sol y reaplicar cada 2 horas, haciéndolo antes de ese tiempo tras una actividad como el baño en piscina o playa.
El producto adecuado varía según edad y las características personales que son factor de riesgo, entre las que menciona el color de ojos (azules o verdes), el pelo rubio y la piel tipo 1 y 2 (clara), "cada uno de estos factores aumenta 2 veces el riesgo de cáncer", apunta. La presencia de más de 50 lunares aumenta significativamente el riesgo de tener melanoma y también tienen mayor peligro las personas con antecedentes personales o familiares de melanoma.
Así, especifica que en población sin factores de riesgo, los productos deben ser de factor de protector solar (FPS) 30+, y en personas con factores de riesgo deberían usar con FPS 50+. "Niños menores de 2 años deben ocupar sólo fotoprotectores minerales (habitualmente se venden como pantallas solares), que generan un bloqueo de la radiación UV sin realizar activación química a diferencia de los otros fotoprotectores, por lo cual son más seguros", aclara el médico.
Pero, existen otras acciones importantes para protegerse del sol y los daños de la radiación UV que, además asevera que "es acumulativo en el tiempo y la mayor acumulación se produce hasta los 18 años". "Como medida básica uno debe buscar la sombra de forma activa siempre", apunta, y "usar artículos como sombreros de ala ancha, lentes de sol con filtros UV y ropa de trama compacta son medidas de protección y prevención que releva el profesional. Además, precisa que "hay que evitar exponerse entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde", horario en que los rayos de sol llegan de manera más directa e intensa.
Desde allí, resalta que el uso de fotoprotectores y cuidados a diario, los 12 meses, porque el sol está presente todo el año y siempre la radiación es dañina; la diferencia entre una u otra época es la cantidad de piel expuesta el sol, la vestimenta y las actividades al aire libre y durante las horas más nocivas.
Por último, enfatiza que asistir a controles periódicos al dermatólogo también es prevención y protección, con mayor necesidad de seguimiento en personas con factores de riesgo y si es que se evidencia algún cambio en un lunar o en manchas en la piel.