Aburrimiento: impulso a la creatividad de los niños en vacaciones
Las vacaciones de verano son una gran oportunidad que tenemos los adultos para nutrir a nuestros niños con experiencias entretenidas. Es el momento ideal para apagar las pantallas y permitirles que se aburran, porque de ese aburrimiento nacerá la creatividad, la auto conexión y la exploración.
Si pensamos en nuestra experiencia infantil recordaremos que, en momentos de aburrimiento, nacieron interesantísimas conversaciones y divertidos y creativos juegos. En esos momentos pensamos, entre tantos otros ejemplos, en hacer una carpa en el comedor de la casa imaginando que estábamos en medio del campo en una noche estrellada. Pero, explicar a los niños esto, que formó parte de nuestra propia experiencia, puede llegar a ser una tarea un tanto difícil debido a la era digital en la que nos encontramos, que dificulta en los niños el tolerar momentos sin estimulación.
En el mundo de la inmediatez, el aburrimiento pareciera ser uno de nuestros peores enemigos. Esto nos ha llevado a pensar que siempre tenemos que estar haciendo muchas cosas para tener logros en la vida, lo que hemos proyectado en nuestros hijos e hijas. Ellos aprenden de nuestros ritmos y observan nuestro modo de vivir, por lo que su sensación de estar aburridos cuando no tienen nada que hacer responde a que les hemos enseñado que la vida debe ser útil y llena de ocupaciones. Pero, esto no es necesariamente así ya que para tener éxito en lo que hacemos necesitamos tiempos de ocio y aburrimiento que permitan un descanso neuronal.
El tiempo de desconcierto en que los niños comienzan a sentir que no tienen nada que hacer, es el tránsito hacia algo nuevo, necesitan aburrirse para plantearse preguntas sobre lo que quieren, lo que les gusta, lo que son y lo que pueden hacer. Y las ideas son muchas.
Algunas de las que podemos poner en práctica para impulsar la creatividad de los niños en vacaciones implican ser más flexibles como adultos. Por ejemplo, no resistirnos a actividades que involucren ensuciarse, mojarse, o desordenar espacios dentro de la casa. Por otro lado, podemos incorporar a los niños en nuestras propias tareas, como cocinar, escuchar música, ordenar espacios, cambiar de lugar muebles, limpiar el jardín o regar el pasto.
También resulta interesante conversar con nuestros pequeños acerca de la forma que teníamos en nuestra niñez para resolver nuestro aburrimiento. No hay nada a más interesante para los niños que el pasado, para ellos es una fuente de curiosidad por lo que podemos aprovechar eso para sentarnos a ver fotografías y de ellas surgirán bellas conversaciones. También es bueno contar con una caja con materiales reciclados u otros a la que podemos rotular como "la caja del aburrimiento", para que ellos sepan que ahí hay cosas que pueden encontrar en esos momentos.
Los adultos tenemos la tendencia a estar hiperreactivos con los niños, dándoles todo y de todo en todo momento. No nos apresuremos y dejemos que se aburran; con esto les estamos permitiendo un desarrollo armónico que perdurará en el tiempo. Debemos darles espacios a los niños y niñas para que jueguen solos, que exploren y descubran por sí mismos diferentes espacios y sensaciones. La curiosidad en ellos es innata y que perdure o se extinga depende de nuestros estímulos.
jefa carrera Téc. en Ed. Parvularia, Santo Tomás
Concepción