Civiles asumen labor de dirigir tránsito en puntos claves del centro penquista
Basta un simple recorrido por las calles céntricas de Concepción para visualizar los efectos de las movilizaciones sociales de las últimas seis semanas: Locales blindados, adocretos removidos y la falta de equipamiento vial.
Particularmente la destrucción de semáforos en 48 puntos del centro penquista ha obligado a que el Ministerio de Transportes refuerce en horario punta la labor fiscalizadora para facilitar el tránsito vehicular, particularmente entre 7.30 y 8.30 horas.
Sin semáforos, los conductores deben tomar más precauciones que lo habitual, pero aún así, los accidentes son inevitables. Ayer domingo, pasadas las 17 horas se produjo una colisión en Maipú con Orompello, una de las tantas intersecciones con sus semáforos destruidos. Debió acudir carabineros y dos ambulancias del Samu, para asistir a los heridos.
En los días hábiles, con mayor movimiento vehicular, lo limitado de la temprana labor fiscalizadora de Transportes ha generado la aparición de personas que, durante el resto del día, ordenan el tránsito de vehículos, con elementos improvisados y sin ningún tipo de autorización oficial.
La falta de trabajo, la contingencia o lo que aseguran es espíritu de servicio ha hecho que en, al menos, doce intersecciones del centro haya quienes con paleta en mano y chaleco reflectante dirigen el tránsito, labor habitualmente asignada a personal de Carabineros.
Pese a que la Ley de Tránsito no establece sanciones para quienes realizan esta labor, en el artículo 113 se señala que "los conductores tienen derecho a transitar en sus vehículos por las vías públicas, salvo las excepciones que establece esta ley y las medidas que, en contrario y en casos especiales, adopte la autoridad competente".
El seremi de Transportes Jaime Aravena explica que en un escenario normal, "esta situación sería una ilegalidad, pero como no es una situación normal, valoramos que haya personas que de buena fe tratan de ordenar el tráfico vehicular".
LABOR SOCIAL
Víctor Castro trabaja como pescador, sin embargo durante las últimas tres semanas ha dirigido el tránsito en la intersección de las calles O'Higgins y Caupolicán, con un fin ciudadano dice: "Vengo por obra social, porque veo que a la gente adulta que viene acá a los bancos le cuesta mucho cruzar. Estoy apoyando a la gente, y en general se han portado bien".
Mientras conduce el tránsito, algunas personas le entregan dinero y otros le gritan para que los deje pasar, las micros intentan acelerar su paso. "Llego acá todos los días a las 6 de la mañana y me quedo hasta las 7 de la tarde, incluso cuando acá hacen marchas. Estos días han estado 'cabrones', se ve que harta gente y pocos Carabineros. Se nota que están chatos; esto debería ser cosa de ellos pero no están en condiciones, están en otra", narra.
Seis cuadras más allá, en la intersección de las calles O'Higgins y Paicaví, Álvaro Vielma debe maniobrar entre el transporte público y vehículos que vienen desde Penco y Talcahuano para poder ordenar que cada peatón tenga su tiempo para pasar.
"Desde el viernes llegué acá, y la cosa ha estado buena. Llego normalmente a las 7 de la mañana y me voy a las 3 de la tarde. Las marchas comienzan después, tipo 5 o 6 y acá se hacen hartas barricadas", cuenta quien trabajaba hasta hace algunas semanas en el Sodimac destruido por las llamas.
COMPORTAMIENTO
Rodolfo Olave lleva cuatro años trabajando en el transporte público, particularmente como voceador, y desde hace casi tres semanas dirige el tránsito en la intersección de las calles Paicavi y Freire, y reconoce que el comportamiento de los conductores ha sido el correcto salvo excepciones.
"La gente se ha portado bien; algunos choferes llegan y pasan, no faltan los maleducados que no respetan que uno lo hace por un bien para la sociedad, y evitar accidentes. Son los menos los que pasan rápido", cuenta.
Cuenta que llega pasadas las 9 de la mañana y se queda hasta las 15 horas, antes de que comiencen los enfrentamientos y las barricadas: "Acá los peatones tienen preferencia y como no hay semáforo, hay que tener amabilidad. De los vehículos la preferencia la tienen bomberos, ambulancia, carabineros y PDI. Nos tratan bien, nos agradecen y entendemos que los Carabineros están sobrepasados".
Sobre el comportamiento de los conductores, Víctor Castro cuenta que "hay algunos choferes de micro que son desubicados si y pasan rápidos, apurados pensando en subir gente y partir. Hay otros que no valoran esta pega, llegan y pasan sin importarles que el peatón cruce. Estos días han estado 'cabrones', se ve que harta gente y pocos Carabineros. Se nota que están chatos; esto debería ser cosa de ellos pero no están en condiciones, están en otra".
REPOSICIONES
Pese a que ya se iniciaron las reparaciones de semáforos por parte del municipio, que tendrán un costo de $208 millones que entregó la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), aún no existe fecha clara para que se inicie la reposición en los 48 puntos afectados en el centro penquista.
El seremi de Transportes, Jaime Aravena explicó que, "hoy estamos trabajando primero en como reponer estos semáforos, porque el grado de destrucción es distinto, algunos son de pérdida total y otros más reparables. Por tanto hay que hacer un plan para eso, y el municipio que es responsable de esto hizo una evaluación de costos, para conseguir los recursos tanto en la Subdere y otro que estamos haciendo junto al Minvu y el municipio para abordar esta situación".
Mientras quienes están en la calle esperan que la reposición se realice en el corto plazo, advierten que seguirán en las calles hasta que se retome la normalidad en el tránsito vial en el centro de Concepción. Rodolfo Olave explica que "es un bien lo que uno hace, los peatones se portan bien, algunos me traen un agua o un sándwich y nos respetan harto. Estaré aquí hasta que pongan el semáforo, incluso me quedaré si vienen los de la municipalidad y me sueltan unas 'monedas'".