Con optimismo. Así el rector de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), Christian Schmitz Vaccaro, analiza el futuro de la casa de estudios en la que estudian más de 12 mil alumnos, a dos años y medio de asumir el cargo.
El abogado especialista en temas de propiedad intelectual y magíster en Administración de Empresas cumplió hace algunas semanas la mitad de su periodo de cinco años frente a la institución, luego de llegar al cargo en enero de 2016.
En la conversación marcada por la reflexión y el análisis, abordó los avances logrados, las tareas pendientes para la segunda parte de su administración, todas apuntando a convertir a la Ucsc en una institución compleja.
"En el primer año estuvimos muy preocupados de la acreditación institucional, que abordamos de manera comprometida, y celebramos los 25 de vida autónoma de la Ucsc. El segundo año estaba más dedicado al Plan de Desarrollo Estratégico 2017-2021 (PDE), que nuevamente involucró a toda la comunidad en un proceso participativo", explicó.
En cuanto al balance de este año, donde reconoce que la gestión que lidera se ha consolidado, dijo que ya se han "cosechado los primeros resultados del plan que busca hacer de esta universidad compleja, particularmente en el robustecimiento de la investigación y postgrado".
-Hemos tenido una impronta bastante significativa en varios ámbitos. En el plano interno, con transparencia y confianza en la gestión, la cual buscamos que se perciba de manera íntegra y sujeta a factores de probidad, valores y principios éticos y morales. También hemos apostado a mayor participación, con un diálogo frecuente con los estamentos universitarios -el sindicato, las facultades, los estudiantes y funcionarios- de manera sistemática, fomentando también los grupos intermedios, con la creación de una asociación de académicos, que ya abandona la fase de puesta en marcha.
-Se ha introducido una triestamentalidad muy ponderada, indirecta, al estilo de la PUC en nuestro órgano superior, de manera que se equiparan a los académicos, funcionarios y estudiantes, con voz y voto, de manera que ahí estamos dando una señal muy relevante, abriendo paso a otras modificaciones a los estatutos, como la incorporación de un Consejo de Desarrollo que aporte en materia de políticas universitarias para la vinculación con la comunidad y con representantes de distintos mundos.
-Hemos dado señales de una apertura intelectual, espiritual y colaborativa de la universidad, sin mayores condiciones para trabajar en conjunto. Eso creo que es también un sello de nuestra gestión, de que promovemos un diálogo y disposición a trabajar en conjunto, dentro y fuera de la rectoría. Más que competir, nos interesa colaborar y asociarnos, trabajando en políticas públicas a favor de la sociedad regional y nacional.
DESAFÍOS
-Debemos consolidar los cambios estructurales ya implementados, de los cuales la creación de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrados (Vrip) ha sido la más relevante y gravitante para nuestra institución. Hay otros cambios en carpeta de menor envergadura que debemos implementar, con un sentido y un propósito de reorganización de manera efectiva, con menos burocrática y mayor visibilidad hacia afuera de lo que hacemos como universidad. Queremos perfeccionar nuestro modelo de vinculación para darle el carácter de ser verdaderamente bidireccional, generando cambios en la orgánica de la Vicerrectoría de Vinculación. Otro tema es la gestión de proyectos que se deben adaptar a más simpleza y visibilidad, evitando la duplicidades que tenemos.
-Estamos trabajando en la declaración de Áreas Emergentes de Investigación: hasta ahora tenemos dos áreas prioritarias -Desarrollo Costero Sustentable y Educación y Desarrollo- que han contado con centros de investigación avanzada a su alero. Ese modelo lo queremos replicar para las áreas emergentes, que se deben definir en base a temáticas sensibles y necesarias para el desarrollo de nuestra sociedad regional y nacional.
CONFIANZA
-Vivimos tiempos complejos, en los que la ciudadanía desconfía, entonces buscamos no solo cercanía, sino que soluciones efectivas a sus problemas, rapidez de reacción, menos palabras y más acción, pero también actitudes genuinas de las autoridades, y no un "marketineo". Cuesta construir confianzas, pero pese a ello, tengo una visión optimista de nuestra comunidad universitaria, porque aquí se aglutina un grupo de personas que por lo general son comprometidas, con valores y principios morales, y que por consiguiente nos permite trabajar en conjunto. Llamo a poner en práctica nuestro sello valórico, que estamos trabajando intensamente por medio de una comisión.
-Pese a todo lo que está sucediendo, a factores de crisis, creo que el proceso que vive la Iglesia Católica y nosotros como institución de iglesia, nos ha hecho bien. En cierta manera bajamos de una posición abstracta, de predicar, a una más humilde, de cercanía y reconociendo defectos. Ese es un cambio tan significativo e inconmensurable, liderado por el Papa Francisco, que no es otra cosa que humanizar la iglesia católica. Como nuestro arzobispo Chomali lo ha dicho en la carta pastoral, implica reconocer errores y generar cambios que muchas veces son dolorosos y cambios que pueden ser resistidos, por personas adversas a los cambios, y también por la naturaleza humana. Este proceso va a significar que la Iglesia saldrá fortalecida de esta crisis.