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Coanil llama a participar en programas de voluntariado

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De acuerdo a las últimas cifras reveladas en la Encuesta Nacional de Voluntariado -realizada por la Fundación Trascender y GFK Adimark en 2015-, sólo un 12% de la población del país realiza acciones de voluntariado, cifra que ha mostrado mínimas variaciones desde 2009 a la fecha.

El estudio además indicó que uno de cada cuatro voluntarios, decide ayudar de manera independiente, sin formar parte de alguna fundación u organización social.

La razón que explicaría la baja participación voluntariado es la falta de tiempo, dado que gran parte de horas del día se destinan a estudiar o trabajar, y lo que resta, a la familia y amigos, quedando en último lugar el tiempo para terceros. Para la Fundación Coanil, de más de 40 años de atención a personas con discapacidad intelectual, no se trata de una realidad desconocida.

Según afirmó el coordinador nacional de Voluntariado de Coanil, Luis Villar, a la fecha la institución cuenta con, aproximadamente, 290 voluntarios permanentes. "Sin embargo, es innegable que la incorporación de nuevas personas que estén dispuestas a colaborar de manera desinteresada, no es una tarea fácil", sostuvo. En este sentido, la fundación hace una invitación a inscribirse en alguna de sus cuatro áreas de voluntariado:

1) Voluntariado de ocio: principalmente estudiantes de enseñanza media y universitaria, quienes donan parte de su tiempo libre, y participan en actividades de relacionamiento y entretención en las distintas residencias.

2) Voluntariado de Profesionales: grupo de profesionales de las áreas de la salud y educación, quienes entregan parte de su tiempo y conocimientos para apoyar la labor de los profesionales de Coanil.

3) Voluntariado extranjero: son jóvenes extranjeros que llegan por pasantías o agencias. Son multitareas y tienen interés de participar.

4) Voluntariado Corporativo: empresas que tienen dentro de sus políticas el desarrollo de actividades de RSE, y que forman alianzas estratégicas con Coanil.

Diabetes y alimentación: una dieta personalizada

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Las personas que tienen diabetes deben alimentarse de manera adecuada para normalizar los niveles de glicemia y evitar las complicaciones futuras, asociadas a condiciones de comorbilidad y a desórdenes concomitantes. Para lograr los objetivos del tratamiento es necesario seguir un plan de alimentación complementado con el tratamiento farmacológico y ejercicio.

Así, un enfoque simple de planificación de comidas, que incluya la elección de alimentos saludables o control de las porciones puede ser más adecuado para las personas con diabetes tipo 2.

Hasta la fecha, la evidencia sugiere que las dietas bajas en carbohidratos son eficaces para la pérdida de peso y la mejora en el control glicémico y las enfermedades cardiovasculares, pero que no son superiores a otros enfoques dietéticos. Por esta razón, las dietas bajas en carbohidratos no pueden recomendarse como la estrategia por defecto para las personas con diabetes tipo 2. Sin embargo, son otra herramienta útil para aquellos que desean adoptarlas, aunque los efectos secundarios a largo plazo de estas dietas siguen siendo desconocidos

Los estudios han mostrado que los diabéticos que consumen dietas altas en fibra tienen niveles más bajos post-comida de glucosa sanguínea, hemoglobina A1c, colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL (el ejercicio puede incrementarlo) triglicéridos y niveles de insulina (en las personas con diabetes de tipo 2). Por lo tanto no sólo la fibra ayuda a controlar la glucosa sanguínea sino también ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Entre los alimentos prohibidos o restringidos podemos nombrar azúcar, bebidas de fantasía, jarabes, jugos, néctar, jaleas, flanes, dulces, caramelos, chicles con azúcar, manjar, mermeladas, mieles, helados, galletas dulces con y sin crema, pasteles, tortas, productos de pastelería en general, fruta confitada y en conserva, lácteos altos en grasas, leche condensada, leche con sabor, yogur con azúcar, carnes altas en grasas, conservas en aceite, grasas saturadas como crema, embutidos, mantequilla, margarina, mayonesa, tocino y también productos de cóctel, entre otros.

Es importante plantear eso sí que no un hay plan de alimentación estándar o patrón de alimentación que funcione de forma universal para todas las personas con diabetes.

Con el fin de ser eficaz, la terapia de nutrición debe ser individualizada para cada persona en función de sus objetivos individuales de salud; preferencias personales y culturales; conocimiento sobre la salud; el acceso a opciones saludables; y la disposición, la voluntad y la capacidad para cambiar.

Las intervenciones nutricionales deben hacer hincapié en una variedad de alimentos ricos en nutrientes mínimamente procesados en tamaños adecuados a las porciones como parte de un patrón de alimentación saludable y a la vez proporcionar a la persona con diabetes, herramientas prácticas para el plan de comida del día a día y para lograr el cambio de comportamiento que se pueda mantener a largo plazo.