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Morales reconoce la derrota, pero dice que "la lucha sigue"

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El presidente boliviano, Evo Morales, reconoció ayer su derrota en las urnas, un día después de que el Tribunal Supremo Electoral declarara ganador al "No" a la reforma constitucional que le habría permitido postular a un cuarto periodo consecutivo en 2019.

"Respetamos los resultados del referendo. El pueblo no quiere una modificación a la Constitución, pero no es un voto contra el proceso de cambio. No ganó el neoliberalismo. No somos un gobierno más, somos una revolución y en esa revolución hemos perdido una pequeña batalla, pero no la guerra. No estamos derrotados. La lucha sigue con más fuerza", expresó el mandatario en una rueda de prensa.

El "No" logró el 51,31% de los votos frente al 48,69% del "Sí". La cerrada disputa entre ambas opciones mantuvo en vilo al país desde el domingo hasta el martes a la medianoche, cuando se anunció el resultado tras un lento recuento.

Los escándalos de corrupción, el cansancio del electorado y una crisis económica que ya deja sentir sus efectos debilitaron la credibilidad del primer presidente indígena del país, según analistas.

Morales, sin embargo, dijo que fue víctima de una "guerra sucia" de los opositores en combinación con la "conspiración externa". "¿Corrupción? Por primera vez hay 27 dirigentes (de su partido) detenidos. En la historia de Bolivia, ¿cuántos corruptos han sido detenidos? En el pasado buscaban inmunidad legislativa para evitar investigaciones", declaró.

El mandatario aseguró no sentirse derrotado y que el referéndum mostró que tiene un "voto duro (leal)" de casi 50% del electorado frente a una "derecha racista", lo que lo alienta a mantenerse en la política al frente de los movimientos sindicales.

Por otro lado, Morales acusó al ex mandatario Carlos Mesa de tener doble discurso y haberlo usado a él y a la causa marítima del país para impulsar su propia candidatura presidencial.

Esto, en reacción a lo publicado el martes por el vocero del reclamo marítimo en su cuenta de Twitter, donde señaló: "Presidente, lo que ha dicho el voto de los bolivianos es que no hay personas imprescindibles, solo hay causas imprescindibles".

La del domingo es la primera derrota electoral de Morales en los diez años que lleva en el poder con una exitosa gestión económica por los altos precios de las materias primas y reformas que cuadruplicaron los ingresos por exportaciones.

polarización

Para analistas, el país salió polarizado de la consulta y las palabras de Morales no ayudan a bajar las tensiones. Asumió su derrota con una "resignación desafiante", dijo a The Associated Press el analista político y profesor universitario Carlos Cordero.

No obstante, el mandatario dijo que privilegiará la gestión en los cuatro años que le quedan. Su reto es mantener la estabilidad económica, social y política, según el analista Marcelo Silva.

Morales tiene varios frentes por delante: al deterioro de una economía altamente dependiente de la exportación de materias primas se suman crecientes presiones sociales y luchas internas en su partido por la sucesión.

"No es momento de hablar de sucesor, hay tiempo para eso", afirmó ayer Morales.

La fragmentada oposición salió mejor parada después de cuatro derrotas, pero también tiene desafíos por delante como lograr su unidad y renovarse.

El gobernante MAS, por su parte, deberá procurar mantenerse unido ante las presiones por la sucesión. "No es el momento de pensar en líderes opositores. No es la oposición que se jugó en este referendo y la prioridad debe ser afrontar la crisis económica que se viene", comentó el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), líder de los demócratacristianos.

Socialistas y liberales firman en España un pacto de Gobierno

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El Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y los liberales de Ciudadanos firmaron un pacto para la formación de un Gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez, sin cerrar la puerta a futuros acuerdos con otras fuerzas.

Sánchez indicó que el pacto con Ciudadanos es solo "el primer paso" para que haya un cambio político en España e hizo un llamado a otro partidos a "abandonar el verbo vetar y abrazar el verbo acordar".

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuyo partido está representado por primera vez en el Congreso de los Diputados, no descartó entrar en un Gobierno presidido por Sánchez, aunque dijo que no es su prioridad.

El acuerdo contempla más de 200 iniciativas, entre ellas modificar la Constitución y una reforma fiscal y laboral que asegure los derechos sociales y complete el funcionamiento federal de la organización territorial de España, detallaron sus firmantes.

En este sentido, los partidos manifiestan "su permanente e inequívoco compromiso compartido con la unidad e integridad" del Estado, ante el desafío independentista planteado en Cataluña.

Este acuerdo político llega dos meses después de las elecciones generales de diciembre pasado, que dejó un Congreso plural, con cuatro grandes formaciones: PP (centroderecha, 123 escaños), PSOE (90), el izquierdista Podemos (69) y Ciudadanos (40), lo que hace imprescindible un acuerdo para conseguir formar Gobierno.

Sin embargo, el pacto de Psoe y Ciudadanos no garantiza la elección de Sánchez como Jefe del Ejecutivo, puesto que necesita el apoyo o, al menos la abstención, de otros partidos, para conseguir una mayoría entre los 350 escaños del Congreso.

Más allá de la investidura, Psoe y Ciudadanos necesitarían el apoyo del PP para reformar la Constitución, ya que para ello es obligatoria una mayoría reforzada en el Congreso.

Sin embargo, el PP rechazó ayer el acuerdo Psoe-Ciudadanos, y el Presidente del Gobierno en funciones y líder del partido, Mariano Rajoy, afirmó que el pacto "ni es de investidura ni es de Gobierno ni de nada".