"Es un problema país, Chile necesita ciencia y tecnología propias"
Que considere las conclusiones entregadas por la comisión presidencial "Ciencia para el desarrollo de Chile" y que cuente con canales de participación para las distintas organizaciones y referentes científicos del país. Esas son las dos condiciones que el astrónomo Mario Hamuy, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015, considera esenciales para la elaboración del proyecto de ley que dará pie a la creación del Ministerio de la Ciencia y que ayer la Presidente Michelle Bachelet se comprometió a tener listo antes de junio de este año.
De paso en Concepción para participar en la Cuarta Escuela de Verano de Astronomía para Profesores, organizada por el Departamento de Astronomía de la UdeC, el director del Instituto Milenio de Astrofísica sostuvo que el anuncio presidencial es una buena y esperada noticia, que de alguna manera recoge las inquietudes de la comunidad de investigadores nacionales, que en los últimos meses ha sido testigo de una serie de complicaciones al interior de Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, Conicyt, como la renuncia de dos de sus presidentes.
Eso sí, estima fundamental que el gobierno no se encierre a trabajar sin la respectiva participación de los entes que representan a los científicos locales, así como también considere la propuesta entregada por la comisión presidencial que trabajó durante seis meses en el tema, documento que permanece sin novedades desde junio pasado.
-El proyecto debe reflejar las conclusiones de una gran mayoría de los miembros de la comisión presidencial, que indicaron que el modelo a seguir es de un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. La verdadera innovación emana del nuevo conocimiento que genera la ciencia, están íntimamente enlazados.
-Claro, la creación del ministerio es el momento para ordenarla, para reunir las distintas agencias, tanto Conicyt como los institutos científicos Milenio y una parte de Corfo. Pero me he opuesto a una fusión de la iniciativa Milenio y Conicyt antes de la creación del ministerio, porque tal como ha quedado demostrado, Conicyt ha tenido una seria de dificultades administrativas y eso viene a corroborar las aprensiones que teníamos los directores de los institutos Milenio en cuanto a la interrogante que significaba un traslado de Conicyt.
-Creo que hay que trabajar, pero creo que están bien encaminadas las iniciativas para que Conicyt vuelva a tener un presidente empoderado y, por lo pronto, un presidente con sueldo, que defina junto al consejo los lineamientos científicos.
-Absolutamente, porque el investigador conoce muy bien cuáles son las necesidades y los tiempos para poder realizar investigación, que a veces colisionan con el aparato administrativo chileno. Para alguien que no es científico es muy fácil implementar bases de concurso que estén apegadas a la ley, a las normas, pero que no cumplen con el objetivo de ayudar al científico o al becario a hacer bien su trabajo. Si no se tiene el punto de vista del científico esto se complica, porque no puede pasar la mitad del tiempo llenando planillas Excel o archivos Word.
-Creo que se pueden corregir y hay que corregirlas. Para eso hay que hacer trabajar a una persona que tenga la experiencia científica con el director ejecutivo y con el fiscal, el abogado de Conicyt, para facilitar el trabajo a los becarios, quitarles las trabas que han tenido. Por ejemplo, los beneficiarios de Becas Chile, que se habían atrasado un día después del plazo de cuatro años que les había dado Conicyt para graduarse, quedaron inhabilitados de por vida para volver a postular al sistema Conicyt, lo que es ridículo. Ahora, justamente, Conicyt está tratando de enmendar el problema vía una ley corta que está siendo enviada al Congreso para mejorar ese tema. Entonces son cosas que se pueden mejorar y se deben mejorar.
-Creo que refleja la frustración del mundo científico frente a esos problemas. Encuentro que ha hecho bien que la comunidad científica hable de estos temas, ha venido a remecer el ambiente y ha dejado claro que Chile no se preocupa de su ciencia, de sus científicos. Este es un problema de país, Chile necesita ciencia y necesita tecnología propia. Nadie resolverá los problemas de energía o los problemas con los salmones, tenemos que resolverlos nosotros y no podemos renunciar a generar el conocimiento que conduzca a resolver nuestros problemas. No podemos pensar que importando tecnología o soluciones que han desarrollado otros países vamos a resolver nuestros propios problemas. Creo que, en ese sentido, el ruido mediático ha ayudado.