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Nuevos instrumentos para el Simce, una responsabilidad docente

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Los estudios realizados en educación establecen que los factores que explican el desempeño académico de los estudiantes son múltiples y que con distintos grados de influencia está el capital cultural de las familias, el contexto social del cual provienen y ciertamente la gestión que realiza la propia escuela.

Algunas perspectivas, como la denominada 'escuelas efectivas' ponen el énfasis precisamente en la capacidad de los centros educativos, sus directivos y docentes -al margen de la situación propia de los hogares de los cuales provienen- en obtener logros académicos, demostrando que pese a las adversidades y las condiciones de vulnerabilidad en la cual desarrollan su labor formativa 'se puede'.

Para sostener esta afirmación existe un conjunto de evidencias relacionadas con escuelas que en efecto han mejorado sustantivamente sus resultados en las pruebas estandarizadas, las mismas que el Colegio de Profesores tanto ha cuestionado.

Por estos días en que los/as maestros/as mantienen un paro para mejorar la carrera docente y cuestionan los procedimientos de evaluación propuestos, me parece que sería conveniente que se detengan a reflexionar como gremio acerca de los resultados del Simce 2014 entregados ayer. Tanto lenguaje como matemática tuvieron una baja, aunque sólo en el primer caso significativo. Como sea, no es posible que la mera descalificación del instrumento sea argumento para desestimar la responsabilidad que les cabe en estos resultados.

A estas alturas no basta con insistir en la necesidad de una formación integral, cosa que nadie podría cuestionar, señalando que el Simce está lejos de medir las competencias que los/as estudiantes pueden desarrollar en ese ámbito porque tiene una mera vocación mercantil.

Sin embargo, es obvio que nuestros niños/as deben aprender matemática o ser capaces de comprender lo que leen y eso también es parte de una formación integral. Por lo mismo, sería conveniente que el propio Colegio de Profesores proponga un instrumento de medición que asegure los estándares que ellos mismos reclaman.

Mientas eso pasa y bajo el supuesto que no son los únicos que deben rendir cuentas por la calidad de nuestra educación, sugiero que como gremio también puedan hacer una autocrítica frente a resultados que hablan a todas luces de serias deficiencias. Tal vez eso les otorgue mayor legitimidad para negociar nuevas formas de evaluación o incrementos salariales.

Periodistas en el ojo del huracán

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En algunos países de Latinoamérica, los periodistas se han convertido en el centro de atención estos días, debido a que son atacados y amordazados y no pueden cumplir con su labor.

En Venezuela, a raíz de una demanda por difamación presentada por el presidente de la Asamblea Nacional, hay 22 editores y periodistas que no pueden salir de su país y han sido sentenciados sin haber comparecido ante un tribunal y presentar su defensa. Los comunicadores son hostigados por el gobierno quien en una medida desproporcionada ordenó quitarles sus pasaportes.

Por otra parte, el caricaturista francés Julien Berjeaut, colaborador del semanario satírico Charlie Hebdo, no pudo participar en el foro de escritores "Centroamérica Cuenta" en Nicaragua porque el gobierno le negó la entrada. Estas son trabas directas contra el periodismo, la misión es acallar al periodista, cuando el centro del trabajo reporteril es la independencia y la libertad para movilizarse sin pedir permiso a nadie.

El acceso a la información es un derecho inalienable, no solo de la prensa sino del público en general. Por ejemplo la ley de libertad de información en Estados Unidos brinda el derecho a acceder a la información del gobierno, y dispone que cualquier persona puede obtener acceso a registros de dependencias federales, exceptuando algunas excepciones o exclusiones especiales. Pero lo importante es que la ley es reconocida por permitir a los ciudadanos mantenerse informados sobre la actividad de su gobierno.

La información administrada por las autoridades no pertenece a ellos, sino a la opinión pública. El gobierno de turno no es dueño sino un ocasional administrador, quien debe dar acceso a la misma, para consideración de periodistas y público en general.

Ya es hora que estas arremetidas contra la prensa terminen. No hay dudas que el gran perjudicado es el público, quien al no recibir información no puede emitir juicios de valor. La prensa y los periodistas necesitan libertad e independencia, el periodista no puede cumplir sus funciones si está trabado por órdenes, amenazas y presiones.

No es difícil en estos países eliminar el mensaje, sólo basta con eliminar al mensajero. En ellos se han escuchado voces críticas de muchos sectores, pero la mayoría de los gobernantes de otras naciones de la región, que se dicen democráticas y libres, guardan silencio. El principio de no intervención no debe ser utilizado para que gobiernos y administradores inescrupulosos controlen la mente de los ciudadanos. Debería ya ser tiempo que la opinión pública internacional reaccionara con una voz más firme y con el apoyo de los gobiernos que dicen defender estas libertades.

El periodismo está cambiando. Los medios tradicionales dejan paso al mundo digital, donde se concentra el interés en el futuro. Pero de igual forma, el periodismo, el rol del periodista es central; se necesita de profesionales que seleccionen y distribuyan las informaciones de interés público y que sean los fiscales de la sociedad, observando los excesos de poder de gobiernos abusivos.

Si no existen periodistas empoderados con un marco de libertad, las sociedades se mantendrán controladas solo con una información parcial.