Hace un año que Daniela no puede tener el contacto que ella quisiera con sus tres hijos. Una medida cautelar de un Tribunal de Familia se lo prohíbe. El motivo: el abuso excesivo de alcohol y drogas, en su caso, de pasta base.
Como esta joven de 28 años, otras tres mujeres también intentan recuperar a sus hijos, familias o las vidas que la droga y el alcohol les arrebató. Estas son las primeras usuarias del primer centro de tratamiento residencial para población femenina que está en la Región del Biobío.
El director regional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), contó que esta es una oferta única en la zona para mujeres de 20 a 60 años.
"Hay más de 40 programas ambulatorios que atienden a mujeres, pero lo importante de éste es que es el único exclusivo y específico para mujeres. Hay un centro residencial, que es Villamavida, el que atiende a mujeres (igual hombres), pero no con la especificidad de que sea con sus hijos", contó la autoridad, quien agregó que la residencia ubicada en Coronel también permite a mujeres embarazadas. Actualmente hay una joven que tiene 4 meses de gestación.
Asimismo, Martínez expuso que muchas veces, el hecho de que no pudieran realizar el tratamiento con sus hijos, se convertía en una barrera de entrada para que las mujeres se propusieran salir de las drogas y del alcohol.
"Muchas han perdido toda su red familiar y para ingresar a un proceso terapéutico no tienen donde dejar a sus hijos. Entonces aquí pueden ingresar con sus hijos menores de 5 años, lo que es un aliciente para su recuperación", precisó el director regional del Senda.
ESPERANZA
Son tres los hijos que Daniela tiene y con los que quiere estar y cuidar si logra superar el tratamiento que le ofrecen en el centro. Actualmente, los niños de 12, 8 y 7 años están con una abuela, pero comentó que se los iban a enviar a un hogar de menores debido al consumo que hace 9 años realiza de pasta base y de alcohol. A raíz de está misma situación es que la joven de 28 años tiene hace un año una cautelar que le prohibe acercarse a ellos.
"Ingresé por mi hijos, porque para poder recuperarlos tengo que rehabilitarme (...). Es triste no estar con ellos", contó Daniela, quien con un mes, es la que lleva más tiempo en la residencia.
La joven expuso que durante estos 30 días las actividades, manualidades y tareas que ha realizado la han mantenida con la mente ocupada, por lo que no ha sentido la necesidad de consumir drogas: "Mi hijo mayor me vino a ver. Él me dijo que me ve bien, y que ni me daré cuenta de cómo van a pasar los meses para estar cerca de él", expresó con un tono de alegría.
Agregó que "primero debo recuperarme, porque si estoy bien yo, también lo estarán mis hijos".
Rosa, de 38 años, es otra de la usuarias que ingresó al programa. Ella es de Chillán y tiene 5 hijos. Cuatro de ellos están con abuelos, pero el menor, de 6 meses, fue enviado a un hogar. Comentó que hace 10 meses que comenzó a consumir pasta base. Problemas familiares y el hecho de sentirse sola la llevaron por ese camino.
El propósito de la mujer, al igual que Daniela, es recuperar a sus hijos, en especial al menor, ya que fue a raíz del consumo de pasta base que se lo quitaron.
A tres semanas de su integración al programa explicó que ha sido complicado, pero que considera que "todos los días para nosotros es un avance estar aquí (...), porque es un día más que uno está sin consumir". Rosa declaró que en el centro le están enseñando a leer y a escribir, ya que tiene como objetivo estudiar.
Durante los últimos días, se han realizado las entrevistas para que 5 nuevos usuarias lleguen a la residencia, una de ellas con un bebé. Las usuarias pueden estar 12 meses como máximo en la residencial. Después de ese tiempo deben ir a un programa ambulatorio.
TRATAMIENTO
El dispositivo financiado por el Senda -son $90 millones- es ejecutado por la Comunidad Terapéutica Mirabal, entidad con experiencia en este tipo de tratamiento. Adolfo Soto, director técnico de la entidad, comentó que los pacientes que llegan a este dispositivo son derivados del sector secundario de salud, principalmente de la atención primaria, y también de los tribunales de justicia
"Estamos hablando de mujeres que tienen un compromiso biopsicosocial que va de moderado a severo, y eso quiere decir que son personas que ya tienen una historia y frecuencia de consumo bastante alto", expuso Soto. Además contó que a esta situación se le suman otras condicionantes que hacen aún más complejos los casos.
El director técnico de la Comunidad Terapéutica declaró que el equipo que trabaja con las usuarias es de 13 personas, y que van desde un médico psiquiatra hasta las cuidadoras de fin de semana, ya que la atención son los 365 días del año, las 24 horas del día.
"Se entrega un cúmulo de prestaciones; atención psicológica, acompañamiento social y legal cuando los casos son judicializados; tratamiento de otras enfermedades que se ven en alianza con el hospital de Coronel. Hay una oferta programática de lunes a domingo", describió Soto.
Actualmente el programa tiene capacidad para 12 personas, pero el director regional del Senda expuso que la idea, si se cumple con las expectativas, es ampliarlo a otras provincias de la Región.