Acuicultura chilena desarrolla una fuerte presencia en los mercados internacionales
Investigadores del centro INCAR destacan la relevancia de productos nacionales en el extranjero, como el salmón del Atlántico y el chorito chileno. Pese al éxito, persisten desafíos, por ejemplo, en materias ambientales y de sostenibilidad.
No es misterio que Chile es un país privilegiado a nivel mundial en lo respectivo al acceso al mar. Eso abre alternativas variadas y ventajas para el país con respecto a otras naciones, ya sea en el ámbito náutico, como también en la producción y comercialización de productos extraídos del mar.
En ese último sentido, la acuicultura, actividad encargada de criar y cultivar organismos acuáticos en entornos controlados para consumo humano o para otros fines, se presenta como relevante para el desarrollo de Chile, en especial, con miras a la exportación.
Sobre la importancia de la acuicultura chilena en el concierto mundial, el Dr. Leonardo Salazar, investigador de la línea Sustentabilidad Socioeconómica del centro INCAR, ubica al país dentro de los productores sobresalientes, en particular de ciertas especies.
Salazar mencionó al salmón del Atlántico como el producto más conocido. "Por ejemplo, Chile es el principal oferente de filete de salmón fresco, refrigerado o congelado para Estados Unidos. También existen otros mercados importantes para el salmón del Atlántico, como Brasil (salmón fresco o refrigerado, excluye filetes) y Rusia (salmón congelado)", expresó.
Sin embargo, el salmón del Atlántico no es la única especie producida y exportada, advirtió el también académico de la Universidad de Concepción. "Otro producto acuícola importante es el chorito chileno. Somos el segundo productor mundial y es el primero en términos de exportaciones, siendo su principal destino la Unión Europea, específicamente España, Francia e Italia", afirmó.
Agregó como otras especies acuícolas chilenas destacadas: la trucha arcoíris, el salmón coho, ostión del norte y el pelillo (alga).
Cómo seguir creciendo
Si bien hay un avance importante en las últimas décadas respecto a la actividad acuícola en Chile, lo cual hace eco en los resultados en el extranjero, existen desafíos para que el sector pueda crecer.
Leonardo Salazar detalló cinco puntos para enfrentar. El primero son los desafíos ambientales, asociados al impacto ecológico de la alta concentración de centros de cultivo, principalmente de salmón, y al cambio climático, vinculado a la reducción de precipitaciones y al aumento de la temperatura y salinidad del agua, la cual genera condiciones favorables para el desarrollo de floraciones de algas nocivas.
En segundo término, postuló los desafíos sanitarios, "conectado a la persistencia de enfermedades e infecciones persistentes y al uso de antimicrobianos".
También están los desafíos de sostenibilidad y percepción internacional, relacionados al requerimiento de mercados internacionales de la certificación de prácticas responsables de la producción acuícola y a la imagen que los mercados internacionales poseen de Chile, a causa de crisis sanitarias enfrentadas.
"En cuarto lugar podemos mencionar los desafíos de marco regulatorio, ligados a la superposición de múltiples organismos competentes en materias acuícolas y a la dificultad de seguir expandiendo las áreas de engorda de salmones en extensión por la demanda de espacio marino para distintos usos alternativos".
Finalmente, indicó los desafíos de innovación y diversificación, "asociados a la alta dependencia que tenemos en la producción del salmón, la cual debe ser reducida y estimular la producción sustentable de otras especies y/o añadir valor agregado a las existentes".
En el contexto de todo lo anteriormente descrito, ¿cuál es el papel de INCAR en el desarrollo del sector acuícola y su contribución? El Dr. Manuel Estay, también investigador de la línea Sustentabilidad Socioeconómica del centro INCAR y académico de la Universidad de Concepción, señaló que tienen como misión contribuir en la generación de conocimiento científico relevante para el desarrollo sustentable del sector acuícola chileno.
"Lograr una acuicultura sostenible sólida en Chile es un desafío muy complejo que requiere una mirada interdisciplinaria, por lo cual todas las investigaciones realizadas por el centro están bajo el Enfoque Ecosistémico de la Acuicultura (EEA). Este considera la acuicultura no solo como una actividad productiva, sino también como una parte integral de un ecosistema más grande, donde las interacciones entre los seres vivos, el medioambiente y las comunidades humanas son fundamentales", respondió.