Parlamentarios prevén difícil negociación por la merluza
Cuando se votó en la sala de la Cámara de Diputados quedó en un escenario más adverso para la región: se entregó 70% a los artesanales y 30% a los industriales.
Si bien la primera reacción por la votación separada de la cuota de la merluza en ambas salas del Congreso fue tomada como que se abría una "ventana de esperanza", lo cierto es que el escenario que se debe enfrentar ahora no es -necesariamente- más alentador respecto a que se fije un porcentaje que no vaya a impactar el empleo en la Región del Biobío.
Así lo han dejado de manifiesto parlamentarios locales al referirse al trabajo que se debe concretar en los próximos días para que la votación favorable al escenario local. Sin embargo, se tiene presente que fue justamente en la Cámara de Diputados donde el guarismo quedó en 70% artesanales y 30% industriales, una cuota mucho más negativa que la de 58% artesanales y 48% industriales que votó la semana pasada la Comisión Mixta.
Sergio Bobadilla (UDI), integrante de la Comisión Mixta, fue enfático en decir que no cree que exista mucho cambio en la Cámara Baja, "es difícil cambiar la postura de algunos diputados, pero yo he hecho y voy a seguir haciendo mis mejores esfuerzos para influir en que votemos en que generemos estabilidad".
Asimismo estimó que finalmente la expectativa está puesta en el Senado, donde -en caso de que se rechace la cuota- se volvería a la división actual del 60% para los industriales y el 40% para los artesanales. Y ese sería el mejor caso, según Bobadilla.
Pertinencia
Otros parlamentarios locales, pese a no ser integrantes, llegaron hasta la sesión de la Comisión Mixta para poder dar a conocer su parecer. Uno de ellos fue el senador Gastón Saavedra (PS), quien indicó que una de las preocupaciones es "cómo balanceamos este sistema que tiene el país. Necesitamos entender que en las regiones hay un desarrollo distinto y, en el caso de la Región del Biobío, Coronel, Talcahuano y Tomé, tienen un desarrollo mixto, en donde hay industria y artesanales. Eso tiene que observarse y tiene que legislarse para resolver este problema".
Fue enfático en que no quieren volver al 70-30 votado en la Cámara y recordó que las otras pesquerías quedaron de la siguiente manera: sardinas y anchovetas 90% artesanales y 10% para la industria; jurel 30% artesanales y 70% industriales; reineta 90% artesanales y 10% industriales. Esto, representa un aumento respecto a la cuota actual de los artesanales para todas las pesquerías.
En el caso de María Candelaria Acevedo (PC), afirmó que hace falta tener certezas en este tema y que se pueda llegar a un mecanismo que "aporte tanto a la industria como a los trabajadores que pueden quedar sin su fuente de trabajo. Buscamos justicia social y entregarles la certeza que necesitan".
Asimismo, Marlene Pérez (IND-UDI), también presente en la instancia, puntualizó que "lo que viene ahora es que el informe de la Comisión Mixta deberá ser votado tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. En caso de que sea rechazado en una de ellas, no habrá norma en ese punto y se mantendrá lo que establece la actual ley (...) Esperamos finalmente tener una ley mucho más equitativa que la actual, que proteja el empleo en todos los ámbitos y que tenga legitimidad ciudadana".
Otras posturas
Tal como lo expresó el senador Saavedra, en otras regiones el escenario respecto a la pesca presenta un mayor desarrollo artesanal que industrial.
Y, en esa línea, hay dos parlamentarios miembros de la Comisión Mixta, que han planteado sus reparos al argumento de la afectación al empleo en la Región del Biobío.
En el caso de Jorge Brito (FA), indicó que "entre las regiones de Coquimbo y Biobío no hemos logrado la mayoría suficiente, hemos cedido de un 70% a un 52% para garantizar las plantas de proceso y aún así para algunos ha sido insuficiente".
Mientras que Daniella Cicardini (PS) fue más allá en la crítica y respecto a la situación laboral en el Biobío dijo que "hace varios años ya que PacificBlue viene desvinculando trabajadores, este error de información (del subsecretario Salas) fue la excusa perfecta para poder tener el cierre inminente por sus problemas financieros (...) lo encuentro lamentable y eso habla muy mal justamente de una empresa que pone por delante a los trabajadores y nos obliga a transparentar información que no nos hubiera gustado decir. Acá hay una empresa que venía a la baja en cuanto a la sustentabilidad de este negocio, nos pone a los trabajadores en contra y nosotros no vamos a caer en ese juego".
De ahí que el escenario futuro respecto a la votación siga siendo incierto para el sector.