Aumento de campamentos en Biobío
Un 15,1% aumentó la cantidad de campamentos en la Región del Biobío entre 2023 y este año, según las cifras entregadas por el catastro nacional elaborado por la fundación Techo-Chile, lo que ubica a la zona como la segunda con mayor número de asentamientos a nivel nacional después de Valpaíso.
En el país, actualmente hay 120.584 familias viviendo en este tipo de asentamientos y el estudio confirma que existen 1.428 campamentos a lo largo del territorio, alcanzando la cifra más alta desde 1996, con un incremento del 10,6% respecto de la última medición. Solo estos últimos dos años se han incorporado al menos 6.000 nuevas familias a estos espacios.
La situación puntual de la Región del Biobío no es mejor. El catastro la ubica con 228 campamentos, con un alza respecto a la última medición y, como es de esperar, con un aumento del 19% en la cantidad de familias que habitan estas zonas, que suman un total de 11.864. En el desglose, se informa que 8.987 menores de 14 años residen en campamentos, 2.479 adultos mayores, 906 personas en situación de discapacidad, y 1.106 son familias migrantes, representando un 9,3% del total regional.
El crecimiento de estos asentamientos en los últimos dos años no sólo es preocupante en el análisis de los datos recientes, sino también porque Biobío se mantiene en el segundo lugar del listado nacional desde 2011, es decir, 14 años. Es un periodo de tiempo extenso, que en periodos de cuatro años cruzan no solo tres mandatos presidenciales, sino también diversidad de representantes del Congreso, los municipios e, incluso, en el Gobierno Regional.
En el ánalisis realizado desde la fundación Techo-Chile se apunta que una de las principales razones que mantiene sin cambios la situación de miles de familias que habitan en estos campamentos es la falta de herramientas y alternativas reales para salir de su condición. El estancamiento en la situación habitacional de quienes habitan en los asentamientos tiene relación directa con el actual alto costo de los arriendos, los bajos ingresos percibidos y la necesidad de independencia, evitando vivir junto a otros grupos familiares. Estos factores mayormente económicos inciden en la decisión de las familias, que finalmente perpetúan esta condición y adoptan una forma de vida de precariedad e irregularidad, a la espera de una solución concreta que implica plazos extensos, al punto que pueden superar una década.
El documento respalda esta afirmación al informar que un 35% de las familias que viven en campamentos lleva más de 14 años esperando una solución definitiva, lo que fue calificado como una "crisis habitacional alarmante" por parte de la organización. Hay que considerar que se detalla que entre 2023 y 2025 se cerraron 346 campamentos, pero menos de un 30% de esos cierres corresponde a soluciones habitacionales definitivas, ya que en su mayoría hubo desalojos, traslados, migraciones entre campamentos u otras estrategias de las familias para encontrar alternativas.
En el caso de la Región, Techo-Chile detalla que los campamentos activos se formaron principalmente en el período 2010-2019, con un total de 87, y en tanto 45 de estos lo hicieron desde 2020 en adelante, lo que coincide con la emergencia de la pandemia por covid 19.
Una de las conclusiones es que la planificación urbana de la Región no ha logrado responder al crecimiento de la demanda de vivienda y de servicios urbanos, además de que la desigualdad territorial entre Concepción y comunas más rurales incidiría en las cifras. Los pasos a seguir para que estas familias avancen y logren alcanzar mejor calidad de vida dependen en gran medida de las definiciones de políticas públicas que se apliquen al respecto, con la seriedad y proyección necesaria para que puedan salir de esta compleja situación a la que, sin dudas, no llegan por opción.
El crecimiento de estos asentamientos en los últimos dos años no sólo es preocupante en el análisis de los datos recientes, sino también porque Biobío se mantiene en el segundo lugar del listado nacional desde 2011, es decir, 14 años.