"La izquierda debe tomarse en serio ese deseo de orden tras tantos años de alteración"
En su visita a la zona, una de las intelectuales más influyentes para el Gobierno analizó el panorama electoral que afrontará el Frente Amplio y su desarraigo en Biobío.
El pasado viernes, la socióloga y directora ejecutiva de la fundación Nodo XXI -uno de los principales espacios de investigación y reflexión del Frente Amplio- Pierina Ferretti dialogó con militantes de la tienda de Gobierno en un conversatorio en Concepción, donde se abordaron las conclusiones del estudio "Ganar sin Perder", con miras al desafiante año electoral en curso.
Minutos antes de su encuentro con la militancia, la doctora en Estudios Latinoamericanos -y una de las intelectuales más influyentes en el gobierno del Presidente Gabriel Boric- dialoga con Diario EL SUR respecto a las conclusiones del estudio impulsado a la luz del rechazo del primer proceso constitucional en 2022 respecto a la votación en sectores populares, y como la izquierda debe afrontar la próxima elección presidencial y parlamentaria.
"Es un momento donde tenemos que pensar el porqué las últimas elecciones nos han sorprendido con un problema que antes sospechábamos -pero que está presente en las encuestas y en este estudio-, relacionado con que las izquierdas tienen menos arraigo del que quisiéramos y debiéramos tener en los sectores populares, que son naturalmente los que deberíamos representar. Algo pasa ahí", introduce.
-En el estudio se apunta a la necesidad de conectar con las demandas y urgencias de los sectores alejados de las grandes urbes.
-Hay una preocupación muy marcada por la economía, la seguridad y los derechos sociales. La derecha ha manipulado mucho esta preocupación, planteando que algunos sectores están pidiendo un Bukele chileno. Y sí, en una primera vuelta, nosotros hicimos conversaciones donde la gente dice que hace falta, pero cuando empiezas a hurgar un poco más la gente expresa que quiere un orden razonable, para poder llegar tranquilo a tu casa y tener una vida tranquila. Hay una sensación de desorden, de declive, y yo creo que eso es real y que la izquierda debe tomarse en serio ese deseo de orden, sobre todo después de tantos años que fueron de alteración, entre el estallido social, después vino una pandemia.
En su análisis, también expone que existe claridad respecto a la necesidad de hacer cambios, pero "eso no significa que las personas estén dispuestas para cualquier cambio, o que no se asusten ante los cambios".
-¿Y que ocurre en regiones como Biobío, donde la votación se aleja de esta nueva izquierda, y más bien fuerzas de derecha o de la nueva derecha son respaldadas con el voto?
--De lo poco que podría decir o especular respecto a lo que pasa en esta zona -con una larga tradición de la izquierda-, me da la impresión de que lo que ocurre tiene que ver con los procesos de desindustrialización, de debilitamiento de la economía regional y del abandono de sectores de trabajadores en ese proceso.
En su análisis, Ferretti apunta a que el tejido social de sectores como la cuenca del carbón se fue "desgranando", y que "paralelamente, las iglesias evangélicas empezaron a ocupar un lugar de articulación social que antes ocupaba las izquierdas en sus diversas familias".
"Es una Región que ha sido afectada por las consecuencias negativas de la globalización neoliberal, y eso deja heridos en el camino, los perdedores de la modernización. Creo que esa gente acumula mucha rabia, frustración con la política tradicional", suma.
Desafío presidencial
Parte de las reflexiones que entrega Pierina Ferretti respecto al desafiante año electoral que está en curso se centran en la necesidad del oficialismo, y en especial del Frente Amplio, de mantener latente el proyecto político que logró llegar a La Moneda en 2022 ante un impredecible panorama internacional.
"No se trata de perder una elección y de pensar 'bueno, volvemos en cuatro años más'. No sabemos en qué va a estar el mundo en cuatro años más, y no nos debiéramos permitir ese paréntesis", plantea, para luego señalar que la urgencia radica en conectar con las necesidades de la ciudadanía.
"A la gente le cuesta creerle a los políticos en general, y uno puede decir que está conectado y comprometido con sus principales demandas, pero tiene que mostrar que es capaz de hacerlo, y eso implica hartas cosas", expone.
-¿La izquierda está en condiciones de hacerlo luego de tres años de un gobierno que se ha visto expuesto a tantos cuestionamientos en temas de probidad, o el estándar ético, que también han ocurrido antes?
-Este Gobierno y el Frente Amplio ha cometido errores, y como tú dices, otros gobiernos también han cometido errores graves.
Ahora, los empates nunca sirven, pero también este es un gobierno que puede decir que va a terminar su mandato habiendo subido el salario mínimo, reducido la jornada laboral, implementado el Copago Cero para quienes somos Fonasa, o que logró una reforma de pensiones.
Es un gobierno que, con todo, tiene cosas para mostrar, que en los cuatro años que estuvo hizo cuestiones concretas en beneficio de una mayoría bien considerable. Creo que se puede mostrar cosas y que uno puede decir, 'si nosotros siguiéramos al mando del país, podemos seguir avanzando en esta dirección'.
Es en ese punto donde la socióloga destaca que el Gobierno aún debe "sacarle lustro" a ciertos logros - "viene la cuenta pública, yo creo que va a tener bastante de eso, de hacer un recuento de todo lo que se ha aprobado y avanzado con un parlamento en contra"- y que el proyecto del Frente Amplio está más vigente que nunca, al apostar por la candidatura de Gonzalo Winter.
"El Frente Amplio tiene que demostrar en esta elección que nació como proyecto político para construir un Chile donde el nivel de desarrollo que tengamos no deje a nadie afuera y que, digamos, pueda liderar un nuevo ciclo de crecimiento, de desarrollo, de modernización de la economía, de generar un país que pueda dar trabajo digno y valorado", reflexiona.