Compromiso con la tranquilidad del Biobío
Jacqueline Cárdenas, Seremi de Gobierno, Región del Biobío,
La seguridad de nuestras comunidades no puede ser una promesa que se repite en épocas de crisis. Debe ser una política constante, con visión de futuro y acciones reales. En la Región del Biobío, sabemos que la tranquilidad de las familias es un derecho y una prioridad. Por eso, como Gobierno, estamos avanzando con decisiones firmes y una estrategia clara.
Uno de los pasos más significativos ha sido la creación del Ministerio de Seguridad, una institución pensada para fortalecer la seguridad en todo el país y para coordinar de manera más eficiente a las policías y organismos vinculados a esta tarea. Este ministerio concentra su trabajo en siete ejes estratégicos: orden público, seguridad pública, prevención del delito, ciberseguridad, crimen organizado y terrorismo, protección ciudadana, y el desarrollo de políticas, estudios y datos que permitan tomar decisiones informadas. Esta mirada integral marca un antes y un después en la forma en que el Estado enfrenta los desafíos en esta materia.
En nuestra región, estas transformaciones ya comienzan a tomar forma concreta. El nuevo Centro Integrado de Coordinación Policial (Cicpol) permitirá coordinar operativos de alta complejidad con una capacidad de respuesta mucho más rápida y eficaz. A esto se suma la implementación del Sistema Nacional de Protección Ciudadana, una red que facilitará la atención inmediata frente a emergencias y delitos, similar a los sistemas de respuesta como el 911 en Estados Unidos.
Este avance no solo representa un hito institucional, sino también un cambio de lógica: pasar de una seguridad reactiva a una basada en la prevención, la inteligencia y la articulación territorial. Queremos anticiparnos a los hechos delictuales, no solo enfrentarlos cuando ya han ocurrido. Por eso, la planificación, el análisis de datos y la participación comunitaria serán pilares clave en esta nueva etapa.
El Ministerio de Seguridad también liderará el nuevo Sistema de Seguridad Pública, que articula a Carabineros, Policía de Investigaciones, Gendarmería y otros organismos responsables del combate al crimen organizado. Para asegurar una gestión territorial adecuada, ya se han designado Seremis interinos de Seguridad Pública en todas las regiones del país, incluyendo el Biobío, lo que fortalece el enfoque preventivo y la planificación local.
Estos avances no son teóricos. Países como España han demostrado que una institucionalidad sólida, basada en tecnología, prevención y cooperación internacional, puede disminuir significativamente los índices de criminalidad. En Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional ha sido clave para enfrentar amenazas complejas como el crimen organizado o el terrorismo, mediante sistemas de inteligencia y respuesta rápida.
En el Biobío, tenemos la convicción de que la seguridad se construye con planificación, trabajo conjunto y medidas sostenibles en el tiempo. No basta con reaccionar; es necesario anticiparse y fortalecer las capacidades del Estado. Esa es nuestra ruta, y no nos desviaremos. Porque cuando hablamos de seguridad, no hay espacio para la improvisación ni para los discursos sin respaldo. Hay espacio para la acción. Y hoy más que nunca, esa acción está en marcha.
Este avance no solo representa un hito institucional, sino también un cambio de lógica: pasar de una seguridad reactiva a una basada en la prevención, la inteligencia y la articulación territorial.