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Muestra disponible en la UBB

Arquitecto español expone su mirada sobre el espacio

Flavio Celis D'Amico comparte por estos días los dibujos que hizo en Casa Poli, a partir de la técnica del grafito y pastel.
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Por Redacción

En la Sala de Exposiciones de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño (Farcodi, de la Universidad del Bío-Bío se encuentra disponible la exposición "Arquitectura, paisaje y materia; dibujos de una estancia", del arquitecto español Flavio Celis D'Amico.

El profesional hizo una residencia artística en Casa Poli entre el 8 y el 31 de enero, gestionada por la Dirección de Extensión de la casa de estudios, en el marco de su proyecto ADAIN 2293 junto al Ministerio de Educación, lo que se transparenta acá.

En ese sentido, la visión del arquitecto español cobra en ésta especial protagonismo. En tanto para éste es relevante el espacio como forma y sustento para pensar aspectos de la profesión.

Es así, que durante su estada en el espacio de Coliumo, el artista tuvo una experiencia enriquecedora, la cual puede observarse en las paredes de la sala de la carrera expuesta en su sede de Concepción. Allí también aparecen los resultados de un workshop que tuvo con estudiantes novatos.

Casi Lola y Rayén García: ojo con su música

Parte de la novísima generación de voces penquistas, ambas han hecho de su discurso sonoro algo que busca una ruta propia.
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Por Sebastián Grant Del Río

Uno de los aspectos que hace de la música una imborrable expresión (y experiencia) en el tiempo es su vigencia. Es decir, la obra de tal o cual artista podrá escucharse en 20 ó 30 años, como si estuviera compuesta "hoy".

Efectivamente, hay música que envejece bien, mal o que se refresca, lo cual se agradece en una época donde todos los días -todas las horas, todos los minutos - hay algo nuevo que escuchar.

Un ejemplo, al paso, está en los surcos de "Congregación viene...", trabajo lanzado en 1972, donde cada uno de los 47 minutos propuestos ahí, efectivamente, parecen compuestos "hoy".

Un detalle al respecto, eso que Roland Barthes llamaba "punctum" en la fotografía; se puede sentir en este trabajo en las melódicas, ritmos y armonías planteadas desde la emoción de líricas que tienen claro el sentido del diseño sonoro.

Bajando esta información y proyectándola al paso del último REC, algo de ello se palpó en lo desarrollado en escena por los Hermanos Millar, sumando más de 40 años de carrera artística.

La gracia es que esta suerte de tesis -desde la escucha y mirada individual- también se palparon en las voces de dos cantantes con muchos menos años de escenarios, acotémoslo a dos: Casi Lola y Rayén García.

Claro estuvieron en REC, pero lo interesante de ellas está en su propuesta sonora y en cómo ambas están formando su mirada para compartirla con las audiencias. En este caso, a través de líricas que no tienen problemas para transitar por ritmos como el charleston (Casi Lola) o el bossa, como es el caso de García.

Buscar es la idea

Dueña de una voz potente, profunda y que atrapa la atención Casi Lola -se alcanza a notar- tiene la música marcada en su ADN. Vocalizaciones y formas que igualmente recuerdan a Mon Laferte -a estas alturas referente generacional-, pero que también apuntan intencionadamente a un camino que la artista quiere recorrer en su propia ruta.

Acompañada por buenos músicos (clave Daniel Freire), el amor para Lola es dulce, pero también agrio, molesto y hasta dramático en los tonos del bolero, allí donde la voz toma un protagonismo particular. Claro, la muestra como un nombre para tener presente y que debiera ser orientada por un buen productor.

Uno que entienda la música que a ella le interesa, desde el bolero al blues a lo Janis Joplin con pausas y atmósferas y, por supuesto, el jazz. Casi Lola está para subir con toda propiedad por su propia escala. Tiene la voz, la presencia necesaria de una cantante que hace de la música una cuestión amorosa y sensual desde intenciones y búsquedas sonoras y líricas que vienen desde lo interno.

Ella es una canción

Rayén García es, actualmente, una de las voces más interesantes de las emergidas, justo, hace unos dos años. Pero se nota que la también arquitecta penquista viene escuchando música hace rato, detalle que la hace protagonista con toda propiedad de un disco como "Solántica".

Otra vez el amor como fragmentos de canciones, para un discurso "amoroso" bien planteado y estructurado. Allí la voz de García atrapa, seduce, lleva y hace regresar al plano terrenal (Cantáreman está en esta línea).

Acá con letras que cuentan desde la emoción y seducción de tránsitos sonoros que Rayén García ha hecho suyos o apunta hacia allá. Aquí hablamos, por supuesto, del bossa nova, jazz y ese indie folk tan manido estos años, y que acá es una apuesta concreta, de una particular calidez sonora. O, por lo menos, así se siente.

Por supuesto, hay referentes acá, otras voces y otros ámbitos, los cuales le han ayudado a construir su propia apuesta. Ojo, un tema como "Estar contigo" es para volver a escucharlo, tiene esa cadencia y sonoridad grácil del bossa y una voz que reluce propia, consciente y fundamentada. Como si fuera un buen cruce del indie folk, bossa, bolero -por ahí- y algo de Roberta Flack.

Es verdad, las voces importan, y Rayén García la tiene en suficiente grado como para -otra vez- alcanzar pisos superiores en su carrera. Y ella se escucha en vivo o en estudio, atrapa la atención de la audiencia, desde una propuesta bien planteada desde la arquitectura de los arreglos, estructuras y trabajo en torno a la musicalidad en una ciudad musical como ésta, según dicen por ahí.

Muy interesante trabajo el de ambas, búsquedas con argumentos para realizar buenos giros en las carreras de artistas -ambas- que tienen claro lo que significa la música, meterse en ella, para luego hacer un ejercicio expositivo en composiciones con sentido. La clave acá es saber llevar el rumbo, rodearse de buenos músicos -con los que ya están- y sorprender siempre con fuerza y ternura.


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