Arquitecta. Dra en Arquitectura y Patrimonio. Profesora Titular Universidad de Concepción
Uno de los principales ríos de Chile es el Biobío. Se destaca por sus notables cualidades físicas, significado histórico y cultural, importancia económica y relevancia ambiental. Pedro de Valdivia lo describió como un río ancho y profundo, infranqueable y muy diferente a otros cauces por su condición delimitadora. Por eso, en los espacios ubicados al sur del Biobío, ordenó que las ciudades se fundaron a distancias menores. Al norte del río, la separación entre las villas era de 500 km; al sur, esta medida se reduce a la mitad. Este carácter de frontera territorial se consolidó tras el alzamiento indígena y destrucción de las ciudades fundadas en la zona sur de Chile, entre el río Biobío y el canal de Chacao. La situación derivó en el retroceso de la urbanización y despoblamiento español del territorio ubicado al sur del río. Por esto, el año 1610, el marqués de Montes-Claros, virrey del Perú, decidió establecer al Biobío como línea de delimitación entre territorios indígenas y españoles. Esta condición explica la implantación de un sistema defensivo que comenzaba en la desembocadura del río, con los fuertes de San Pedro y Chepe, y abarcaba hasta la cordillera de Los Andes, donde se construyeron la plaza fuerte de Santa Bárbara y el fuerte de Antuco para proteger la parte alta de la cuenca del Biobío.
La ribera norte del río fue seleccionada el año 1754 como sitio para trasladar a Concepción. Esta nueva fundación señalaba el límite de la colonización en base a una economía agraria como respaldo a las ciudades y, a la vez, destacaba al río Biobío, por su atributo de eje geográfico que constituía una insalvable frontera interna de carácter natural y cultural. Esta cualidad se mantiene hasta el año 1888, cuando se construyó el puente ferroviario para conectar a la zona carbonífera de Arauco con el puerto de Talcahuano.
La cuenca del Biobío abarca 24.029 km2 y es una de las más extensas del país. Nace en la cordillera de los Andes (Región de La Araucanía) en los lagos Icalma y Galletué y recibe el aporte de varios afluentes donde se destacan el Duqueco, Bureo, Vergara y Laja. En su recorrido de 380 km atraviesa diversos territorios que constituyen el despliegue geográfico de la región.
El río Biobío es fundamental para el desarrollo urbano y económico ya que proporciona agua para sustentar a la población regional y es esencial para la agricultura, el desarrollo industrial y la generación de energía. La jerarquía del río como soporte territorial de primer nivel adquiere mayor significado por el alto valor ambiental de la cuenca. Esta característica explica la creación del Centro de Ciencias Ambientales EULA-Chile de la Universidad de Concepción, en marzo de 1990, para organizar un grupo de investigadores académicos de Italia y Chile, orientados inicialmente a colaborar en el proyecto "Gestión de los Recursos Hídricos de la Cuenca del río Biobío y su Área Costera Marina Adyacente". En los 35 años transcurridos desde la creación del Centro Eula se instauró el primer Doctorado en Ciencias Ambientales del país y se ha consolidado el aporte universitario a la sociedad mediante la formación continua de pre y postgrado, investigación en temas ambientales, vinculación con el medio y asistencia técnica orientada a la sustentabilidad de los sistemas hídricos continentales. Una actividad emblemática, continua y destacable por su aporte al desarrollo sustentable es el Programa de Monitoreo de la calidad del agua del río Biobío.
En su recorrido, el río estructura variados ambientes y contextos, con paisajes cordilleranos en la parte alta del sistema fluvial, paisajes de valles en el curso medio del cauce y paisaje costeros en la desembocadura. Estos diversos paisajes muestran cambios derivados del clima, relieve, vegetación y formas de vida. El Biobío se destaca por la belleza y diversidad de sus paisajes; también es imprescindible para el país y región por su cualidad de soporte vital para ciudades y comunidades de distinta complejidad; por su condición de ecosistema fluvial que sustenta la biodiversidad, por su valor de recurso básico para el desarrollo de actividades económicas y por su condición de símbolo cultural que impregna de valores sociales al territorio de su cuenca.
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