Seguridad informática
Chile tiene una de las tasas de penetración de Internet más altas de Latinoamérica, sin embargo, esto también ha representado un desafío por los millones de ataques informáticos o intentos que se se realizan cada año.
A pesar de que las organizaciones de Chile están encaminadas hacia un proceso de transformación digital y fortalecimiento de la ciberseguridad, según el National Cyber Security Index, el país se encuentra en el puesto 56 a nivel mundial, mientras que a nivel latinoamericano está en el cuarto lugar, por debajo de Paraguay, Argentina y Perú, lo que se traduce en una caída de diez puestos de la tabla.
El 30 de noviembre se conmemoró del Día Internacional de la Ciberseguridad, con el fin de que las personas y empresas meditaran sobre la importancia de proteger el futuro digital a través de la implementación de soluciones de ciberseguridad y adoptar medidas preventivas. La seguridad informática ya no es un concepto exclusivo de las empresas, sino que también de los usuarios que buscan la mejor manera de proteger sus datos ante los ciberataques.
Los especialistas dicen que el ataque más recurrente en Chile es el ransomware, una técnica utilizada por los hackers para bloquear dispositivos, ya sea para demostrar su poder o para exigir un rescate a cambio de recuperar el acceso. Nuestro país se ubica en el tercer lugar en Latinoamérica y es décimo en el mundo entre los que más sufren ataques por ransomware. La segunda amenaza recurrente es el phishing o robo de información personal, como contraseñas o datos de tarjetas de crédito, que perjudica principalmente actividades y clientes del comercio mayorista, multitiendas y empresas de servicio. En tercer lugar, están los ataques web, donde Chile ocupa también el tercer lugar en Latinoamérica y 40 en el ranking global por esta amenaza.
Hace tiempo que se ha planteado que en nuestro país hay falencias, por ejemplo, en la seguridad de los datos bancarios y comerciales. Hace unos años el Banco de Chile sufrió el ataque de un virus informático perpetrado desde Europa o Asia, que tuvo como objetivo el robo de casi diez millones de dólares desde sus arcas. En la oportunidad, las autoridades plantearon que se debían adoptar medidas adicionales a las vigentes para que no sólo haya un ambiente más seguro, sino que además los usuarios reciban el mensaje de que la banca está preocupada de la seguridad en las operaciones.
Con frecuencia se despliegan campañas nacionales de educación y preparación en "higiene digital" enfocada especialmente en niños, adolescentes y adultos mayores, para elevar los estándares en seguridad. También se ha llamado a las familias a preocuparse de que las cuentas de sus hijos escolares no sean intervenidas por personas inescrupulosas que pudieran obtener datos privados de sus padres, como claves bancarias. Del mismo modo, ha aumentado la distribución de correos en línea en los cuales supuestamente los bancos y las instituciones financieras anuncian a las personas que tienen créditos aprobados y piden que el interesado ingrese todos sus datos y claves para actualizar la información e iniciar el proceso de entrega del dinero.
Ha habido un significativo aumento de este tipo de ataques, no sólo en Chile, sino que a nivel mundial, provocados por bandas organizadas, con conocimientos cada vez más sofisticados sobre vulnerabilidades, lo que obliga a tener una actitud proactiva en cuanto a la protección de datos para mitigar los riesgos.
En Chile hemos avanzado a nivel normativo, con la reciente promulgación de la Ley de Protección de Datos Personales y la Ley Marco de Ciberseguridad. Existe mucha incertidumbre respecto de la protección de los datos, y es necesario crear una cultura preventiva entre todos. La tecnología continúa siendo la mejor aliada, en la medida que sepamos prevenir los riesgos que también encierra, haciendo el mejor uso de ella.
Hemos avanzado en normas, con la promulgación de la Ley de Protección de Datos Personales y la Ley Marco de Ciberseguridad, pero aún hay incertidumbre en protección de los datos.