Prioridades para la nueva autoridad regional
Hoy son más de un millón 300 mil personas las que están convocadas a emitir su sufragio para definir, en segunda vuelta, al nuevo gobernador regional del Biobío, el segundo de la historia y que asumirá el próximo 6 de enero. Los postulantes que obtuvieron las primeras mayorías en las elecciones realizadas hace casi mes son los independientes Sergio Giacaman (Chile Vamos) y Alejandro Navarro (Regiones Verdes Liberales), quienes concluyeron el segundo periodo de campaña el pasado jueves 21.
Desde hoy, cuando los resultados de las urnas determinen quién será la futura autoridad, hasta enero habrá seis semanas de transición entre la administración regional liderada por el actual gobernador Rodrigo Díaz y el arribo del nuevo equipo de trabajo del Biobío. En ese marco, es relevante conocer cuáles son los énfasis que diversos actores sociales, políticos y económicos estiman que deben llevarse adelante a nivel regional, sobre todo por los cambios que ha experimentado la realidad local desde 2021 a la fecha.
Diversos son los planteamientos realizados a este medio por los representantes de los distintos ámbitos en un amplio reportaje contenido en esta edición. En lo económico, casi de forma unánime, las ideas apuntan al crecimiento y la anhelada reactivación, en especial luego del cierre de industrias emblemáticas, como fue el caso de la Compañía Siderúrgica Huachipato, y al alero del Plan de Fortalecimiento Industrial, iniciativa impulsada por el Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía, y que cuenta con más de una treintena de medidas que en su mayoría serán puestas en marcha dentro de los próximos meses.
Ahí, estiman los presentantes de gremios productivos, es donde deben concentrarse las prioridades del nuevo gobernador regional, con el fin de impulsar iniciativas que generen empleo, fortalezcan los sectores estratégicos y estimulen la inversión en el territorio. De hecho, tienen claro que la futura autoridad deberá asumir en condiciones distintas a hace tres años, ya que se viven momentos complejos, pero apuntan a que su rol será crucial para ayudar a que el Plan Industrial se concrete durante el próximo año, que será también el último año del actual Gobierno.
Un punto destacado es el de los emprendimientos, ya que la estrategia definida por el Ministerio de Economía puede ser complementada localmente a través de la asignación de recursos para instrumentos de apoyo a quienes impulsan negocios. Entre todos estos puntos, se menciona también la misión de construir una relación público-privada que permita la creación de una unidad que impulse proyectos estratégicos concesionados.
En otros aspectos operativos, se recomienda potenciar la Unidad de Control del Gobierno Regional, revisar la Estrategia Regional de Desarrollo o la alianza con la Asociación de Municipios del Biobío para que los gobiernos locales sean quienes lideren la tarea de ejecutar proyectos locales.
Desde la Asociación de Municipalidades del Biobío se plantea que se debe fortalecer la planta de funcionarios del Gobierno Regional, con más unidades que trabajen en la revisión de proyectos o aquellas instancias contraloras, todo ello relacionado directamente con los efectos que ha tenido el caso Convenios y los cuestionamientos que han surgido en torno a las imputaciones en contra de representantes de fundaciones y de exfuncionarios del mismo Gore.
Aseguran que una mejor fiscalización y transparencia ayudarán a obtener también mejores resultados en la gestión y a volver a retomar el apoyo a proyectos que tienen relevancia para los municipios de la Región. De hecho, afirman que es más importante que nunca desarrollar una relación cercana con los municipios, cuyas alcaldías se renuevan en un alto porcentaje a partir del 6 de diciembre, y también con la asociación que los agrupa.
Por último, y no menos importante, quienes serán parte del nuevo Consejo Regional, que también renueva una buena parte de sus integrantes, sostienen que es urgente que la persona que se convierta en el nuevo gobernador regional asuma un rol de liderazgo, pero no sólo desde el ámbito público, sino que también privado y ante el Gobierno central, en especial los distintos ministerios.
Conceptos como la descentralización y regionalización surgen nuevamente con fuerza, marcados también por una eventual caída del presupuesto regional, que todavía está en discusión en el Congreso, pero que se estima tendrá una importante merma para el próximo año. Por último, se vuelve sobre la transparencia y el control de los recursos, por lo que hay quienes advierten que la aplicación de una auditoría podría ser un buen inicio de la gestión para despejar todas las dudas.
El Gobierno Regional son claves para el desarrollo de la zona en una amplitud de ámbitos, por lo que será vital que la nueva autoridad ejerza a cabalidad no solo sus atribuciones, sino también su liderazgo.
Desde hoy, cuando los resultados de las urnas determinen quién será la futura autoridad, hasta enero habrá seis semanas de transición entre la administración regional liderada por el actual gobernador Rodrigo Díaz y el arribo del nuevo equipo de trabajo del Biobío.