Los ruidos molestos
En los últimos años, la fisonomía de Concepción ha cambiado y se advierte un acelerado proceso de densificación poblacional. Antiguas y amplias casas han dado paso a edificios que se han levantado incluso en áreas que por años habían permanecido estancadas.
Sectores como Prat, Padre Hurtado, Chacabuco y calles cercanas a las universidades han visto cómo aparecen altos edificios bajo la modalidad de uno a dos dormitorios, destinados a estudiantes, especialmente. En forma paralela, los complejos de estacionamientos subterráneos, así como sitios que por mucho tiempo estuvieron vacíos, dan paso a playas de aparcamientos, mientras el municipio ha licitado nuevamente el sistema de parquímetros en el centro, para tratar de resolver las necesidades de un parque automotor que crece en forma acelerada.
No obstante, uno de los tema recurrente ligado a las edificaciones es el de los ruidos molestos y el poco respeto que algunas constructoras demuestran por el vecindario donde se desarrollan esas obras. No obstante el proceso de renovación de las edificaciones, es evidente que el centro penquista tiene muchas deficiencias. Se señala con frecuencia que si bien hay controles esporádicos, hace falta ser más persistente en las fiscalizaciones. Es una situación que con frecuencia plantean nuestros lectores, al señalar que deben sufrir una serie de trastornos que se prolongan por meses y hasta años, mientras se realizan los trabajos. Bien vale la pena recordar que la Organización Mundial de la Salud ha dicho que la segunda mayor amenaza ambiental, luego de la polución, es la contaminación acústica.
Se recuerda que en junio del año 2017, un vecino se subió a la grúa de una constructora que levantaba un edificio en San Martín con Paicaví, para protestar por los ruidos molestos. Los residentes explicaban que esa situación se mantenía por largo tiempo y que habían hecho las denuncias respectivas en la Superintendencia de Medio Ambiente, la que detectó que los ruidos generados superaban la norma establecida, por lo que abrieron entonces un proceso sancionatorio, debido a que la empresa no tomó las medidas de mitigación.
Asimismo, son frecuentes los altos niveles de ruidos molestos que provocan las motos y algunos automóviles tipo Torino arreglados para ello, que suelen participar en carreras improvisadas que se realizan de noche y madrugada en calles como Los Carrera y en Padre Hurtado. Las personas suelen preguntarse si los niveles de ruidos no se controlan cuando estos vehículos van a la revisión técnica.
Del mismo modo, hay agrupaciones vecinales que se quejan por algunos locales con patente de alcoholes, por el impacto negativo que generan en los residentes el alto volumen de la música y el uso de terrazas interiores en las noches, en especial los fines de semana. También se han conocido casos de ruidos molestos y desórdenes que se producen en calles como Barros Arana, Diagonal Pedro Aguirre Cerda y Paicaví, entre otras, por parte de asistentes que concurren a locales nocturnos.
El ruido es un contaminante invisible y sus efectos se producen por una exposición prolongada, por lo que las molestias se van acumulando en las personas, para producir efectos que van desde stress y alteraciones del sueño, hasta hipoacusia o pérdida de la audición, cuando la generación de ruidos se mantiene por largo tiempo. El decreto N.º 38 del Ministerio de Medio Ambiente clarifica la norma de emisión, los procedimientos de medición y los niveles permitidos. Hace unos años se elaboró en Concepción un mapa de la contaminación acústica en la comuna. Aparte del centro penquista, se mencionó Prat, Pedro de Valdivia, Manuel Rodríguez, Paicaví, Ejército y Plaza Perú, entre otros, por los centros nocturnos.
En consecuencia, se deteriora la calidad de vida de las personas y de eso nuestros lectores dan continuos testimonios en cartas que envían al diario.
Los ruidos que producen algunas constructoras, los tubos de escape arreglados de automóviles y motos, así como música estridente de locales nocturnos, afectan la calidad de vida.