Expertos y músicos valoran el legado de Mauricio Basualto en Los Bunkers
La banda confirmó su salida a través de un comunicado sin detallar su reemplazo definitivo, más allá que Cancamusa ocupe su lugar desde febrero.
Hasta hoy, Los Bunkers han publicados ocho discos de estudios, todos marcados por el pulso de las baquetas de Mauricio Basualto.
Sin embargo, el célebre músico no va más en el quinteto penquista, ya que -a través de un comunicado- la banda anunció el alejamiento definitivo del músico de la banda con la que alcanzó la fama.
Con una decisión que el grupo calificó como "compleja, meditada y consensuada", pero en sincronía "con la historia del grupo, su presente y su desarrollo en el futuro", el quinteto aseguró que "Mauro siempre será parte de la historia de Los Bunkers y nos sigue uniendo una amistad de más de 20 años".
"Le deseamos lo mejor y mucha luz en los caminos que decida transitar desde ahora en adelante", puntualizaron.
Un gran valor
En medio de la gira "Ven Aquí" el baterista sufrió una descompensación cardíaca durante una presentación en Iquique a inicios de febrero, repitiendo un episodio que ya le había sucedido en 2017.
A partir de la ahí, las baquetas de la banda penquista estuvieron tomadas por Cancamusa, nombre artístico de la baterista y compositora Natalia Pérez.
La artista, precisamente, acompañó a la agrupación en fechas clave como su presentación en el Festival de Viña del Mar, sus dos fechas en el Estadio Nacional y su triunfal regreso a México.
De acuerdo al musicólogo y profesor de Música de la UdeC, Nelson Rodríguez, "Mauricio no estuvo presente en cosas importantes este año, pero el público general lo reconoce como integrante, eso no se puede obviar".
"Sobre todo del grupo más acérrimo de fans de la banda. Desde lo musical, Mauricio es un baterista destacado, ya que se adapta muy bien a las musicalidades que Los Bunkers han explorado a lo largo de su trayectoria", destacó.
Siendo el mayor del grupo, el profesional también valoró la madurez que le aportó al grupo en momentos cruciales de su trayectoria. Al mismo tiempo, para Rodríguez, hay que ver qué pasará con Cancamusa, ya que la artista también tiene su propia e incipiente carrera solista.
"Habrá que ver qué decisión toma la banda, si la mantienen o viene otro baterista, quizás desde Concepción, porque la banda tiene ese sello y se toman muy a pecho su identidad", agregó.
Un gran legado
Precisamente, gran parte de su valor como baterista está en su forma de tocar el instrumento, algo que destacan algunos colegas penquistas.
En esa línea, el baterista de Los Insolentes y también solista -Víctor Hernández, Vírtoc- recordó que "la primera vez que vi a Los Búnkers fue el 2001 en La Casa del Deporte, inmediatamente quedé peinado para atrás con la calidad de su sonido, muy prolijo en todo sentido, y como dicen, 'toda banda es tan buena como su baterista'".
"Fiel militante de la escuela de Ringo, con una presencia escénica importante, era el más grandote de Los Bunkers. Además, en las entrevistas era de los más elocuentes, cosa que era extraña en las dinámicas de banda. Sin duda los seguidores antiguos lo extrañarán", señaló, valorando también el trabajo hecho hasta hoy por Cancamusa.
Contemporáneo a Basualto, para el baterista de De Saloon, Ricardo Barrenechea, cataloga a su coterráneo como "muy importante para la música chilena y de Concepción".
"Siempre ha estado clara su calidad, profesionalismo y solidez en sus interpretaciones, que han marcado a muchas generaciones. Le deseo lo mejor para sus proyectos en el futuro y en todo sentido", aseveró.
Por su parte, para el baterista de Niño Cohete, Joaquín Cárcamo, uno de los principales aportes de Basualto en lo rítmico, es que "marca muy bien el tiempo y, en general, mantiene una estructura bien cuadrada en las canciones".
"Es muy coherente con la identidad de la banda y con la intención de las canciones, porque Los Bunkers son una banda más bien de guitarras y ahí el trabajo consiste en marcar bien el ritmo. Me quedo con algo muy positivo de su forma de tocar", valoró.