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La emergencia generó anegamientos, deslizamientos, goteras y voladura de techos

La huella de las últimas lluvias en los campamentos del Biobío

En la zona hay 225 campamentos. Tras la última emergencia se aplicaron 147 Fichas Básicas de Emergencia, las que se concentraron en ciudades como Lota, Concepción y Curanilahue. Desde TECHO-Chile dicen que más de la mitad de los asentamientos locales sufrieron daños.
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Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl

Las últimas e intensas lluvias que azotaron a la Región del Biobío tuvieron también un gran efecto en los campamentos. El catastro vigente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo al 1 de marzo de 2024 da cuenta que en la zona existen 225 asentamientos de este tipo -cifra que aún está en revisión y que hasta el momento es 44% más alta que la evidenciada en 2022-, siendo la Provincia de Concepción la que más registra, con 125, es decir, el 56% del total regional. Más atrás están Biobío y Arauco, con 67 y 33, respectivamente. A nivel comunal, la mayor cantidad de campamentos se encuentran en Talcahuano (32), Lota (30), Curanilahue (26), Tomé (17) y Coronel (16).

Desde la Seremi explican que con las emergencias de junio los campamentos locales sufrieron afectaciones de importancia debido a remociones en masa, inundaciones y anegamientos. Por lo mismo, insisten en que estas condiciones, exacerbadas por la precariedad habitacional característica de sus construcciones, resultan en daños significativos en muchos casos. Es así como hasta la fecha se han aplicado 147 Fichas Básicas de Emergencia (Fibe) a las familias de campamentos en la Región, especialmente en comunas como Lota y Curanilahue, que han registrado un alto número de afectados.

A nivel local, Lota contabiliza el número más alto de fichas Fibe aplicadas, con 46. En la lista siguen Concepción (34) -la cifra es alta debido al campamento Tres Pascualas que resultó inundado por la laguna-, Curanilahue (26), Arauco (12), San Rosendo (9), Talcahuano (7), San Pedro de la Paz (4), Lebu, Tomé (ambas con 3), Coronel, Mulchén y Hualpén (todas ellas con 1).

"Como Ministerio de Vivienda y Urbanismo nuestra acción principal implica una coordinación constante con los municipios y como Estado proporcionar ayudas tempranas a estas familias. Los desafíos derivados del cambio climático son particularmente complejos en asentamientos informales como los campamentos, donde la exposición y la vulnerabilidad habitacional aumentan el riesgo de desastres", sostiene la seremi Claudia Toledo, a lo que suma que dentro del Programa Asentamientos Precarios se implementan medidas informativas y preventivas en territorios de riesgo, incluyendo la identificación de zonas críticas y rutas de escape potenciales en colaboración con las familias, además de establecer acciones para el traslado transitorio en casos de riesgo inminente.

"Más allá de la contingencia provocada por las lluvias, nuestro compromiso con los campamentos es constante y continuo (...) Esta realidad nos impulsa a seguir trabajando para resolver las situaciones de las familias que residen en campamentos en la Región y estamos comprometidos en continuar trabajando conjuntamente con las familias para explorar opciones de radicación o erradicación, enfocándonos en encontrar las mejores soluciones. Esto incluye considerar tanto el arraigo con su territorio, donde han generado sus raíces, como la búsqueda de nuevas alternativas que el Minvu tiene disponible para estos campamentos", agrega.

Constante alerta

Desde la experiencia de TECHO-Chile advierten que más de la mitad de los campamentos con los que trabajan en la Región están en estado de afectación, de menor a mayor grado. De hecho, cuentan que hay casos críticos puntuales asociados a goteras o filtraciones, o derechamente anegamientos, y que las comunas con los casos más difíciles son Curanilahue, Coronel, Talcahuano y San Pedro de la Paz.

Valentina Monsalves, directora regional de la entidad, grafica los daños: "Hay campamentos con problemas de goteras y problemas de filtración en paredes y pisos, mientras en otros la afectación es mayor y el agua entró a las viviendas por anegamiento en las calles. Esto pasó especialmente en aquellos que están cerca de zonas de riesgo donde se elevó el nivel de canales, ríos o humedales, lo que nos recuerda cómo las familias en campamentos están en una constante alerta durante el invierno".

Al comienzo del semestre, TECHO-Chile activó el Plan de Invierno, medida con la que destinan recursos a todas las regiones donde tienen presencia para que los campamentos puedan anticiparse y enfrentar de mejor manera las tormentas y fuertes lluvias. Asimismo, durante los sistemas frontales hicieron un monitoreo de los campamentos a través de las directivas de cada comunidad, en particular aquellas que se encuentran emplazadas en lugares con más riesgo y posibilidad de inundación o desborde, de tal manera de evaluar el nivel de afectación para poder definir las líneas de acción posteriores.

"Llevamos adelante un trabajo colaborativo con las familias que habitan los campamentos con que trabajamos. Ellas levantan las necesidades y a partir de ellas podemos llegar con artículos de primera necesidad y llevar adelante distintas acciones, como distribución de materiales, áridos y canalización de agua estancada en comunidades mediante el trabajo con maquinarias", cuenta Monsalves.

En esta línea, la directiva regional cree que la clave es la prevención, promover comunidades preparadas y elaborar planes de gestión de riesgo para poder prever, por lo que "es urgente que saquemos aprendizajes a partir de esta última emergencia", ya que "año tras año volvemos a ver colchones mojados, ropa mojada, niños que se enferman y accesos imposibles de transitar". A su juicio, se trata de situaciones de riesgo constante, "por eso hablamos de que las familias en campamento se encuentran en una emergencia permanente e instamos a las autoridades y a la ciudadanía a trabajar en planes que hagan disponibles otras opciones de vivienda a las familias, como son los subsidios habitacionales y soluciones transitorias, ya sean los barrios transitorios o el subsidio de arriendo".

Impacto comunal

En Concepción, los reportes recibidos a través de la Oficina de Asistencia Social llevaron a atender emergencias en tomas como Villa Alegre, Lo Galindo, Fray Juan Gallego y Andrés Lamas, lo que motivó la visita a las familias afectadas y la entrega de ayuda de primera necesidad. A esto se sumó la aplicación de la Ficha Básica de Emergencia en algunos casos más críticos.

"Se explicó que solamente podemos entregar ayuda de primera necesidad y ver que las familias más afectadas tuvieran un lugar donde quedarse. Los primeros días estaban afectados principalmente por voladuras de techo, entonces ahí nos preocupamos de que las familias fueran acogidas en otro lugar, principalmente donde había niños y niñas. Y también hubo inundaciones en las casas, por lo que tuvimos que entregar también otro tipo de materiales como carbón y nylon, como medidas de mitigación (...) No se hace una diferencia porque sean tomas, se atienden de igual forma y se llega hasta donde se nos permite, o sea, no podemos entregar materiales de construcción, por ejemplo, ya que no son propietarios del terreno", recalcan desde el municipio.

En la Provincia de Biobío, San Rosendo contabiliza dos campamentos, Antena y Matadero, que en conjunto suman 54 familias que ocupan sitios irregulares y de altas pendientes. El alcalde Rabindranath Acuña cuenta que en los últimos temporales estas familias se vieron bastante afectadas por deslizamientos y remoción en masa. "Sernageomin hizo un primer informe que es bastante lapidario en cuanto a las condiciones del sector, por tanto ya desde Vivienda se enviaron equipos para ver situaciones que pudiesen significar sacar en el mediano plazo a las familias, porque no vemos que haya solución por la vía de construcción de zonas de mitigación", dice.

Si continúan las lluvias, la autoridad cree que seguirán los deslizamientos en un área en donde la totalidad de las personas ya se vieron perjudicadas. Unas cinco familias, de hecho, ya dejaron los campamentos para transformarse en allegados.

"Cualquier proyecto de vivienda se demorará, a lo menos, dos o tres años, y eso es en el mediano plazo (...) Los planes se demoran porque hay que calificar los lugares en donde se construirá, pero nosotros tenemos avanzados terrenos que estamos permutando y trabajando con CMPC, y también podríamos construir un pequeño condominio en terrenos que son del Serviu, o en las zonas rurales, en donde hay alternativas que se pueden visualizar. Si logramos calificar por terreno en un año, evidentemente el gobierno puede poner recursos para que se avance en subsidios", recalca Acuña.