"La situación de Isla Mocha va a seguir mientras no haya una política especial"
Desafíos como la violencia rural y la conectividad isleña son los que fija como aquellos por abordar para su sucesor.
Lebu ha sido históricamente la principal puerta de salida hacia el océano de la provincia de Arauco, su capital desde mediados del siglo 19 y una comuna estratégica para el sur de la Región, por su vocación portuaria, minera en el pasado y también en épocas recientes como polo de desarrollo para energías renovables.
Pero también la pobreza y conectividad como dos de sus desafíos más emergentes, como consecuencia del terremoto de 2010 y también la disposición geográfica con la isla Mocha como permanente foco de atención.
El alcalde Cristian Peña Morales, que en diciembre entregará el sillón municipal después de completar sus tres periodos, explica a Diario EL SUR que, pese a lo extensa de su gestión, no siempre el tiempo es suficiente para dar respuesta a todos los desafíos que tiene la comuna de más de 23 mil habitantes.
"Son doce largos años que se terminan haciendo cortos, porque siempre quedan cosas pendientes, muchas cosas por hacer. Son tantas las necesidades de una comuna como Lebu, que por mucho tiempo no tuvo la atención necesaria de los gobiernos centrales, de los ministerios, no así del empeño que tuvieron los alcaldes anteriores. Soy testigo del trabajo que ellos realizaron", cuenta en el ciclo de entrevistas desarrolladas con quienes entregan el mando este año, quien también fuera desde inicios de los 90' funcionario municipal y en 2008 iniciara su carrera como concejal.
Desde ese punto, el jefe comunal explica que la mayor problemática que encontró al momento de asumir fue la falta de capacidad para generar proyectos de inversión: "Nos propusimos en invertir en los equipos formuladores de proyectos, -profesionales técnicos con un compromiso con la comuna- mirábamos ejemplos de otras comunas con muy buena inversión y allí estuvo el énfasis, en generar proyectos y postularlos a fondos".
En ese punto, destaca proyectos vinculados a la recuperación de espacios públicos u obras que califica emblemáticas, como el edificio consistorial, la escuela de isla Mocha, el Cesfam Lebu Norte, la Biblioteca Municipal, el estadio provincial o la feria techada.
"Estos proyectos tardan diez años, y por eso digo que se hace corto el periodo. Pero también es clave manejar las ansiedades, apostando por estos proyectos que sabíamos que no los íbamos a ver construidos, pero si listos para su ejecución. Muchas veces los alcaldes se concentran en resultados inmediatos, pero uno al entrar al sistema ve que las cosas inmediatas son las más pequeñas, necesarias de hacer, pero apostar por lo más grande demanda mucho más tiempo. Lo importante es mejorar la calidad de vida de las personas más allá de lo que se demore, algo que muchas veces cuesta explicar", añade.
-Para este año, según el sistema Nacional de Inversiones registra una inyección de recursos superior a los $12 mil millones en distintos proyectos, mientras que ante instituciones como el Gobierno Regional o la Subdere ustedes son reiteradamente favorecidos.
-Fue una visión que tuvimos, pero mirando otras experiencias. Aquí no inventamos la rueda, sino que apostamos a conversar con otros alcaldes y vimos lo clave que era formular iniciativas. Que haya venido el Gobierno Regional o la Subdere y nos digan "presenten proyectos que nosotros los financiamos" es algo sumamente importante, porque eso no se da en uno o dos años. Se requiere tiempo, se requiere gestión y esfuerzos, no es inmediato.
Igual, debemos reconocer que hubo cuatro años en que no tuvimos inversión del Gobierno Regional, y hoy ha habido un flujo de aprobación de proyectos a nivel transversal en la provincia, siendo la diferencia que llegamos con más proyectos. En esos cuatro años era mucho más discrecional y cuando claramente había una discriminación política, con una mirada egoísta poniendo por delante los colores políticos, nos vimos profundamente castigados.
En ese punto, lanza una crítica directa a los ministerios, cuestionando el real alcance de su inversión, y cuestionando que proyectos tan anhelados como el de un hospital de mediana complejidad aún estén pendientes.
"A nivel sectorial faltó mucha más inversión, los sectores no cumplieron con el rol de capital provincial. Ha habido una demora excesiva del Ministerio de Salud respecto al hospital de mediana complejidad Lebu-Los Álamos, ya sea en la planificación o derechamente de no querer terminar este proyecto; hicimos una gran inversión con el terreno, pero sentimos que hay una deuda pendiente", lamenta.
Violencia y conectividad
-¿Como analiza la situación actual que vive la comuna y la provincia respecto a la crisis de violencia rural, y su evolución en el tiempo? Lebu no concentra altos indicadores de atentados en la provincia. Además, usted hasta ahora encabeza la coordinación provincial de los alcaldes.
-Pasamos por años bastante complejos, y el sentir de la provincia también llegaba a nuestro territorio: se duele Cañete, Contulmo, Tirúa, y nos dolimos todos. Eso independiente que en el cono norte de la provincia no fuera tan grave como al sur, donde hubo dificultades enormes.
En el último tiempo, la situación ha ido cambiando con los niveles de inversión, la implementación del estado de emergencia -que por sí solo no iba a solucionar el conflicto- y haciéndonos cargo del problema de fondo, vinculado a recupera la paz social. Al manifestarlo así, nos tranquilizó a todos y también los resultados se ven con la mayor eficiencia de la labor policial, deteniendo a personas que hacían negocios con esto.
En su análisis, el alcalde de Lebu apunta a la carga emocional con que lidian a diario los alcaldes más afectados por la violencia y porque aceptó tomar la vocería política de la provincia.
"Asumí la responsabilidad de hacer el nexo con las autoridades porque ellos estaban ahí mismos cuando se incendiaban las casas, con protección policial. Esa carga emotiva es demasiado alta, algo que se ha visto y yo creo que se seguirá viendo con muchos líderes a nivel nacional, porque como todo es cuestionado y estamos en un ambiente complejo", dice, para luego reconocer que "es imposible tener el cuero duro ante las cosas que pasan, porque ahí tu pierdes la sensibilidad, la humanidad y la clave es estar conectado".
"Acá ocurre mucho con la desaparición de pescadores o ver la tragedia constante con los accidentes en isla Mocha, que son tragedias reiterativas, es una carga no menor que uno vive por dentro. Es algo que uno no comenta mucho, que cuesta asimilar, porque esto es constante. Más que las críticas o el cuestionamiento a la gestión, la carga emotiva de estos años es lo que más cuesta llevar, lo que más agota", revela.
-¿Qué tan pendiente quedarán los aspectos vinculados a la conectividad con la isla Mocha? Se ha avanzado en una década, pero continúan las problemáticas que cada cierto tiempo vuelven la opinión pública.
-La situación de la isla va a seguir en el tiempo mientras no haya una política especial para territorios aislados, pero que sea efectiva. La forma del país de abordar sus problemas, descansando en el privado, no sirve para la isla Mocha, y mientras el país no se dé cuenta de eso no habrá cambio. El Estado debe cambiar su estructura para poder atender estos territorios, porque lo que tenemos hoy con un rol subsidiario y eso hará que sigan ocurriendo estas situaciones. No tiene las herramientas para resolver nuestro, y eso a los mochanos hay que decírselo porque no ha sido capaz.
Esto pese a que hoy tienen conexión aérea con un subsidio del Ministerio de Transporte y una barcaza que hace diez años no estaba. A pesar de eso, de que se construirá una escuela, hay muchas carencias que tienen y es absolutamente normal que sientan que hay un abandono porque los problemas aún no se resuelven.
Siempre se puede hacer más. No basta con decir que se ha hecho todo lo posible, si siempre se puede hacer más, pero tengo la tranquilidad de que hemos hecho bastantes esfuerzos, y al menos creo que en un par de años más, se verá y valorará la inversión que se está haciendo.
En el cierre, Cristian Peña revela que aún no tiene decidido su futuro político -"no me niego a nada, pero estoy enfocado a terminar mi periodo"- y a su sucesor le dice que "ojalá que tengan el compromiso y cariño por la comuna. Cuando se hacen las cosas con cariño, siempre salen mejor".