La preocupante realidad de la clase media
Una buena parte de los chilenos se define como de clase media, pero las encuestas revelan que esas familias sienten que han quedado desprotegido por décadas. Los gobiernos priorizan programas sociales para los más pobres, pero el estrato medio se siente postergado y vulnerable ante emergencias, imprevistos, los altos costos de la vivienda, la salud, la educación universitaria e incluso les golpea muy fuerte la cesantía, como ocurrió durante la pandemia, cuando se perdieron un millón 800 mil empleos en el país.
Un reciente estudio llevado a cabo por Equifax reveló que en el transcurso de un año, 135.663 personas han dejado de formar parte de la clase media para integrarse a los segmentos vulnerables. En marzo de 2022, los segmentos C2 y C3, descritos como clase media típica y clase media baja, respectivamente, concentraban un poco más de 6.199.054 personas. A marzo de este año, los mismos segmentos reúnen a 6.063.391. Entretanto, el segmento D, catalogado como "clase vulnerable" por Equifax, tuvo un aumento de 184.804 personas en el último año. La economía pasa por un momento complejo, con inflación, desempleo del 9%, que afecta a 890 mil personas, y contracción económica, que han golpeado fuerte a la clase media.
Hace un par de años una encuesta de Espacio Público e Ipsos dio cuenta que el 77% de los chilenos se consideraba entonces de clase media y un 35% decía que con esfuerzo y trabajo llegó a esa posición después de haber nacido en un hogar de clase baja. Pocos países han conseguido lo obrado por Chile en las últimas tres décadas, como fue la fuerte reducción de la pobreza. Esa transformación implicó que cambiaron la sociedad y las personas, porque generó en ellas nuevas expectativas, modificó sus sentidos, urgencias, transformó su interpretación de la realidad, del trabajo, del entretenimiento, y la expresión de sus necesidades prioritarias.
Pero el estudio "Bajo presión: la reducción de la clase media", realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), afirmó que el 47% de los hogares chilenos es considerado de clase media y que ese sector se ha ido reduciendo en los últimos años, mientras la calidad de vida de las familias va a la baja.
La clase media chilena ha llegado a esa ubicación socioeconómica gracias a su esfuerzo, con ahorro y endeudamiento para llevar a sus hijos a un mejor colegio, para mantener una cobertura de salud a través de una Isapre o pagar la universidad. Pugnan por renovar la casa, el auto, por viajar y tener las últimas tecnologías. Es la fuerza emprendedora, pero a la vez es muy sensible a las crisis económicas, al desempleo, a las alzas de los impuestos, de los aranceles universitarios, de los planes de salud, de los combustibles, los alimentos, etc.
En los últimos años se ha hecho recurrente la frase "la clase media sigue esperando", porque es el segmento que no se siente reflejado en los mensajes ni en muchas de las medidas que anuncian las autoridades y los políticos. Mención aparte merece la cesantía, por el impacto que generó la pandemia en el cierre de empresas o la restructuración de ellas, y ahora por los despidos derivados de la crisis económica. Es usual que al haber perdido el empleo, un subsidio sea de gran ayuda para una familia pobre, pero para la clase media puede ser una gota de agua frente a su nivel de compromisos.
Larga es la lista de inquietudes, pero tal vez los temas más recurrentes son las bajas pensiones; la delincuencia desatada y la violencia que se han instalado en el país; el endeudamiento excesivo, con el fin de conseguir pagar sus compromisos; los problemas de financiamiento de la educación superior y las dificultades para solventar los gastos de salud. Las familias sienten que van perdiendo el estatus que tanto les costó alcanzar, aun a costa de endeudamiento. Ese segmento espera que las autoridades no olviden que constituye la fuerza emprendedora y tradicionalmente el sector olvidado por los gobiernos.
Un reciente estudio llevado a cabo por Equifax reveló que en el transcurso de un año, 135.663 personas han dejado de formar parte de la clase media para integrarse a los segmentos vulnerables.