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De acuerdo a datos regionales de la Asociación Nacional Automotriz de Chile

Venta de autos cae casi 30% y sector reconoce que se trata de "cifras fuertes"

Septiembre mostró resultados negativos. Pese a todo, las automotoras del Biobío destacan la participación local y prevén repuntes.
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Por Nicolás Álvarez Arrau

A diferencia de otros períodos, la venta de vehículos nuevos sufre hoy una caída que no deja de ser importante, tanto a nivel nacional como regional. Datos de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) muestran que el país registró en septiembre 25.503 unidades vendidas -livianos y medianos-, lo que representa una caída de 30,5% respecto a igual mes del año pasado. En Biobío la cifra es muy similar, aunque menor: la baja fue de 29,1%, con 1.781 automóviles comercializados.

En términos acumulados, Chile ha vendido este año 236.079, con una merma 29%. En la Región, en tanto, se han ofertado entre enero y septiembre 15.884 unidades, evidenciando una disminución de 27,8%.

Desde la ANAC explican que todo esto responde, en parte, a la contracción económica, "que según las últimas cifras del IMACEC es más profunda de lo estimado", a las restricciones de acceso al financiamiento para familias y emprendedores, junto a la menor liquidez de los hogares. "Estas cifras demuestran que ha sido un año particularmente difícil por el desempeño económico, las tasas difíciles de acceso al crédito, la desconfianza en los consumidores y la baja en los índices de inversión y confianza empresarial, en un escenario económico generalmente afectado y que redunda en todas las industrias, no sólo las automotoras", plantea Diego Mendoza, secretario general de la ANAC.

Agrega que el desempeño es "bastante parejo" en todas las regiones del país y en todos los sectores -camionetas, vehículos de pasajeros o comerciales-, "lo que demuestra que esta afectación llega a todos los segmentos e impacta todos los bolsillos".

Análisis local

El gerente comercial de Maritano Ebensperger, Mauricio Fuentes, coincide con el análisis de la ANAC y advierte que estas son "cifras fuertes", sobre todo en consideración a que históricamente septiembre es un mes bueno para esta industria. Viendo lo positivo, señala que la Región tuvo una óptima participación, "ya que es la tercera a nivel país, y eso quiere decir que, pese a las caídas, la Región ha tenido un buen comportamiento; está cayendo menos que el mercado y eso alienta al rubro en la zona".

Sobre sus proyecciones, Fuentes reconoce que hay optimismo, "porque esperamos lograr números que nos permitan tener un buen cierre, mirando con buenos ojos el 2024". A eso suma que las marcas "están empujando bien, con bonos atractivos, buenas ofertas y oportunidades en créditos, y eso se traduce en una buena oportunidad", aunque igualmente mira con preocupación el alza que sufre el dólar, escenario que podría incrementar el valor de los vehículos.

Julio Cartagena, gerente comercial de Sergio Escobar, cree que la caída de casi 30% en las ventas sorprende a estas alturas del año. "Cayó más de lo que se esperaba, que iba en torno al 20%. Pienso que esta tendencia se va a mantener y disminuirá levemente, así que nuestro trabajo con las marcas es disminuir la brecha para tener un buen remate en este último trimestre", enfatiza.

Al igual que su par, asegura que más allá de la incertidumbre económica actual y las complicaciones para acceder a financiamientos -que disminuye expectativas de ventas-, "las marcas están haciendo grandes esfuerzos para seguir mejorando las ofertas, en especial las alternativas con financiamiento, acción que apalanca el crecimiento de ventas, por lo que la mano debería ser tomar ese camino. Si esto se cumple, deberíamos tener una brecha algo menor al 30%, que va a la baja".

Según el registro acumulado expuesto por la ANAC, los vehículos más vendidos en Biobío son los modelos SUV (7.900), camionetas (3.354), de pasajeros (3.199) y comerciales (1.431).

FEM Biobío reúne a más de 250 estudiantes para impulsar área tecnológica

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Más de 250 niñas y adolescentes de diferentes liceos y colegios de la Región participaron en los talleres presenciales de FEM Biobío, que tienen por objetivo acercar las Ciencias, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas (STEM) a estudiantes locales.

Durante toda la semana, el equipo de FEM Biobío se trasladó hasta las Provincia del Biobío, Arauco y Concepción, llevando consigo el espíritu del empoderamiento STEM. El objetivo es claro: motivar a las jóvenes y prepararlas para liderar el futuro en campos como la ciencia y la tecnología.

Pilar Pardo, directora de FEM Biobío, enfatizó que "nuestro Programa se enfoca en empoderar y cultivar habilidades STEM, promoviendo una estrecha colaboración entre docentes y estudiantes, preparándolas para un torneo programado para diciembre de 2023".

"Estamos impactadas positivamente por el nivel de convocatoria que hemos tenido, es un orgullo lo que estamos logrando y agradecemos la motivación de las niñas y sus docentes", sostuvo. Las actividades comenzaron con un taller para docentes, realizado en la Facultad de Aeroespacial de la Universidad de Concepción.

FEM Biobío es una iniciativa respaldada por el Gobierno Regional del Biobío, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), y es llevada a cabo con entusiasmo por la Universidad de Concepción, en colaboración con la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT). Karen Salas, docente del Liceo Técnico Femenino, dijo que "permitió conocer otras facetas del mundo científico, en particular el área aeroespacial, donde pudimos lanzar cohetes, lo cual, aunque parecía simple, representó un gran desafío".

Opinión

Señales de alerta en la economía

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Durante las últimas semanas hemos sido testigos del horror que ha significado el surgimiento de un nuevo conflicto armado en Medio Oriente, que a la fecha ha cobrado la vida de un sinnúmero de víctimas inocentes. Evidentemente, es imposible (y moralmente cuestionable) cuantificar el 'costo' asociado a un conflicto en el que se pierde tan solo una vida humana, pero si podemos aventurarnos a bosquejar sus consecuencias sobre nuestro país.

En lo inmediato, este conflicto ha significado presiones extras sobre el precio del dólar cuyo valor durante los últimos quince días promedió los $935, con máximos cercanos a los $950. Esto pone tarea inmediata a la autoridad monetaria local (Banco Central), quien deberá sopesar esto al momento de definir su actuar futuro respecto a la tasa de política monetaria.

Los efectos derivados del conflicto en Medio Oriente son solo una de las múltiples señales que el resto del mundo nos envía respecto para este 2024. El magro desempeño esperado de la economía china (una de las economías más importantes para nuestro país), significa menor demanda para nuestros bienes, y por tanto menor crecimiento del gasto para nuestro país.

Asimismo, la potencial alza en las tasas de interés de los Estados Unidos con objeto de mantener bajo control posibles brotes inflacionarios en ese país supone presiones extras para el valor del dólar en Chile, lo que complica aún más la tarea del Banco Central.

A todo esto debemos sumar las magras proyecciones de crecimiento para nuestro país por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ubica a Chile en lo bajo de la tabla de crecimiento esperado para el 2024 con un 1,6%. Vale la pena contrastar esta cifra las proyecciones para otros países de la región tales como Perú (2,7%), Argentina (2,8%), Bolivia (1,8%), o Brasil (1,5%).

Y como si todo esto no fuera suficiente, Standard & Poor's (S&P) anunció hace algunos días la rebaja en la perspectiva crediticia de Chile (de estable a negativa), lo que en términos prácticos significa el potencial aumento en el costo de financiamiento para nuestro país.

Todas esta señales suponen un panorama externo pesimista para 2024. Por tanto, cabe preguntarse que hacer en un escenario como éste. Dado que hemos hablado de factores externos que están fuera de nuestro control, lo razonable es ajustarnos de la mejor y más inteligente manera a ellos. Y

en este proceso sí que tenemos mucho que decir o más bien, que hacer. Como primer elemento, se hace urgente lograr consenso político y social respecto a medidas que no solo fomenten el crecimiento, sino que permitan reducir el elevado nivel de incertidumbre al que hemos estado (y estamos) expuestos. Si bien no podemos eliminar la incertidumbre asociada con el resto del mundo, sí podemos reducir la producida localmente. Y es que a menor incertidumbre, mayores son los incentivos a invertir (y consumir).

Estos consensos deben incluir medidas con efectos de corto plazo (medidas tributarias o laborales, por ejemplo), así como otras de mucho más largo aliento tales como aquellas orientadas a potenciar la formación de capital humano (educación) y generar conocimiento. Y tanto como alcanzar consensos, es vital hacerlo lo más rápido posible y pasar inmediatamente de la palabra a la acción. No hacerlo solo significaría un deterioro en nuestra posición para enfrentar las turbulencias con las que nos espera este 2024.

Cristián Troncoso

Académico e Investigador

Facultad de Economía y Negocios UNAB