Alzas del precio de las gasolinas
Existe preocupación en los consumidores y en especial los automovilistas, por las sostenidas alzas en los precios de las gasolinas, que han bordeado los 30 pesos por litro en las últimas semanas.
Expertos proyectan nuevas alzas del valor de los combustibles para las dos actualizaciones del próximo mes. Según los economistas, el 5 de octubre volverán a subir los precios de las gasolinas en torno a los 30 pesos y es probable que el 26 de octubre se registre una nueva alza, manteniéndose esta tendencia al menos hasta noviembre.
Los principales factores que inciden en el aumento de los precios son el valor del dólar, que ha oscilado entre los 800 y 900 pesos en septiembre, además del alza en el precio del barril de petróleo en el mercado mundial, debido a la baja producción de crudo en Arabia Saudita. Algunas autoridades dicen que si no estuviera operando el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) las gasolinas estarían 130 pesos más arriba de los valores actuales.
El automóvil ha dejado de ser un lujo, como se estimaba en el pasado, y en las últimas décadas han sido muchísimas familias que han tenido acceso a esos vehículos, mientras otras han optado por comprar camionetas o camiones tres cuarto para trabajar en ellos, por lo que es su fuente de ingresos. Pero las frecuentes alzas de precios no solo impactan en el bolsillo de los consumidores, sino que también tiene consecuencias en la inflación, porque los efectos, sobre todo en los vehículos de carga, se transmiten y se multiplican en toda la economía.
Alrededor de la mitad del precio que pagan los conductores por la bencina corresponde a impuestos, donde una fuerte incidencia la tiene el tributo específico, que nació en 1985, con carácter de temporal, cuando el gobierno del general Augusto Pinochet requería recursos para que el Estado reconstruyera las carreteras y los puentes que fueron dañados por un terremoto que destruyó gran parte de la infraestructura de la zona central del país. Pero como suele suceder en el tema tributario, los gobiernos siguientes se han resistido a eliminar esos impuestos temporales, que después quedan como definitivos.
Lo cierto es que este tributo ya cumplió con creces su objetivo. Es más, como hoy las carreteras son concesionadas y las construyen consorcios privados, se condena al automovilista a una doble carga: a pagar peajes a las empresas privadas que hicieron las obras y además, a pagar el impuesto específico de beneficio fiscal, cada vez que van por combustibles a las estaciones de servicio, cuestión que es carente de toda lógica.
Se recuerda que el 19 de abril del año 2022 la Sala de la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de resolución que solicitó al Presidente de la República, Gabriel Boric, eliminar de manera permanente o transitoria el impuesto específico a las gasolinas. Entonces, se estimó que eliminar el tributo en cuestión, habría permitido una rebaja de más de 400 pesos en el precio del litro de gasolina a los consumidores. En la oportunidad, el entonces ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson, indicó que el Gobierno ya estaba estudiando la posibilidad de que los consumidores individuales, pudieran tener una devolución de este impuesto específico.
Rebajar o eliminar el impuesto específico, que nació como una medida transitoria hace casi cuatro décadas, es una idea que se ha planteado con fuerza en los últimos años a cada gobierno, e incluso hay proyectos que han presentado en ese sentido algunos parlamentarios, pero que se encuentran detenidos en el Congreso. El impuesto específico en las actuales condiciones deteriora aún más la condición de desempleo y la caída de los ingresos de las familias, a la vez que se transforma en un generador de mayor inflación. Este es un problema que requiere de una solución definitiva.
Rebajar o eliminar el impuesto específico, que nació como una medida transitoria hace casi cuatro décadas, es una idea que se ha planteado con fuerza en los últimos años a cada gobierno.