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Patricia Chavarría, cantautora e investigadora de cultura tradicional:

"Siempre se piensa que lo antiguo se contrapone a lo moderno y eso no es así"

En medio de un trabajo que se encumbra ya por las seis décadas, la destacada gestora cultural es toda una referente en cuanto a tradiciones se trata.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

Si bien, septiembre es el mes que se asocia con las tradiciones más propias de nuestra tierra, lo cierto es que la cultura tradicional no sigue esa lógica. Es más, ni siquiera funciona de forma lineal, sino que cíclica.

"En el pueblo de Chile, en los campos, también existe la idea de septiembre, pero la festividad es todo el año. Por lo menos, dentro de la cultura tradicional campesina a través de las generaciones hay muchísimas fiestas que se celebran y son importantes todo el año", señala la investigadora Patricia Chavarría.

Es más, para la cantautora, que lleva casi seis décadas investigando arduamente la cultura identitaria del campo y las tradiciones, incluso existen fechas que pueden ser aún más importantes.

Aquí entran, por ejemplo, las novenas a San Juan, a la Virgen del Carmen o Santa Rosa. "La gente no se reúne en el pueblo y no se ponen sus tenidas más elegantes, eso se hace en septiembre. En la intimidad familiar y de las comunidades, hay celebraciones todo el año", señala.

Investigadora

Desde finales de 2005, Chavarría tiene su centro de operaciones fijo en la Corporación Cultural Artistas del Acero, entidad que resguarda el Archivo de Cultura Tradicional, una recopilación de casi 60 años de trabajo investigativo.

Los orígenes de esta abnegada labor se remontan a 1964, cuando una joven Patricia empezó a recoger música para un conjunto del cual era parte. Sin embargo, "a los pocos meses me di cuenta que esto tenía una trascendencia mayor y siempre tuve la idea de guardar".

"De hecho, todavía tengo las grabaciones de estos años. Las que pude hacer, ya que se hacían en grabadoras de cintas magnéticas y eran pesadísimas. En la Biblioteca Nacional me las traspasaron a cassette. Ahí las digitalizamos acá, y las tenemos en un computador y en discos", comenta.

-El próximo año cumplirá 60 años en esta labor.

-Sí y parece que no sé nada (ríe), de verdad. Nunca se termina de aprender, parece que cuando uno escucha, ve, siente… Tanto que debo aprender aún, es interminable.

-¿Cuál cree usted que es valor cultural y patrimonial no solo del Archivo, sino que también de los conocimientos y saberes del mundo campesino?

-El valor que tiene es que nos dice quiénes somos y cómo somos. Siempre se piensa que lo antiguo se contrapone a lo moderno y eso no es así. Lo antiguo es como tener una semilla y de ella va a nacer, va a brotar algo. Y con mucha diversidad, porque Chile es un país tan largo y heterogéneo. Eso nos entrega la cultura tradicional. En el trabajo del Archivo, eso es lo que queremos mantener. Todo a través de un Archivo que sea vivo y no unos muebles con cosas guardadas que nadie puede ver. En las actividades que hacemos y las expresiones que mostramos, la música, por ejemplo, los cuentos o la cueca, tratamos de que se despierte en la gente la memoria. Todos, de alguna forma, estamos vinculados con lo antiguo y no nos damos cuenta.

-Cuando inició todo este trabajo, no existía el concepto de patrimonio inmaterial que se usa hoy…

-Claro, pero la verdad es que muchas personas usan ahora solo el término de patrimonio. El material e inmaterial están totalmente unidos, no existe el uno sin el otro. En esa época se hablaba solo de folclor, término que no ocupo hace muchos años, porque está muy manoseado y mal orientado.

-¿Cuál es el problema con el concepto de folclore?

-El problema es que todo el folclore. Si dices un par de garabatos, 'uy que eres folclórico (ríe). Una empanada y un vaso de vino o vestirse de huaso hasta una postal, también lo es. Los conjuntos folclóricos igual, que de tradicionales no tienen nada. Muy poco, empezando por la ropa que se ponen, que nunca ha existido, especialmente la de las mujeres. Esos son mundos inventados detrás de un escritorio.

Una concepción fuera de lo lineal

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Otro aspecto que destaca la profesora Chavarría como una diferencia con respecto a las tradicionales celebraciones del 18, son el carácter cíclico y conectado con la tierra de la vida campesina.

"Todo se vincula, en el fondo, a una forma de entender el mundo. Es un tiempo circular, no lineal", señala.

Es así que más de 100 cantoras son las que dan vida al Archivo, uno que sigue creciendo y está abierto a la comunidad e investigadores, a través de diversas fotografías, videos y audios. Aquí, la figura de Zulema Aguayo, la primera cantora que entrevistó en 1974, es algo que siempre recuerda.

"Todas las señoras, cada una son pura sabiduría. Todo se conecta con los trascendente, lo celestial, y eso es una gran enseñanza. Desde la primera cantora", destaca.

A fines de año, probablemente, muchos de los archivos originales terminarán en el Archivo Nacional para garantizar su preservación.

Con más de 40 años de trabajo en Artistas del Acero, Chavarría es una agradecida del espacio que la corporación brinda a su largo trabajo.

Comentario de literatura

Lila Layers: los mundos que habitan en nuestro interior

Oriunda de Talcamávida, la escritora ha construido un universo literario, a partir de Li, un personaje infantil de varias aventuras.
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Por Nidia Smith Oñate

Las mas ricas y trascendentes obras escritas han contado con un factor común, se han amalgamado lejos de los centros urbanos y de poder, así, las biografías de nuestras artistas nacionales, como Gabriela Mistral o Violeta Parra, en esa distancia de lo estandar conformaron una mirada profunda y auténtica que les permitió conectarse con lo escencial.

La tradición literaria chilena respecto a sus escritoras, empezó a visibilizarse desde el s. XIX, ennobleciendo a autoras como a la Mistral, Marta Brunet y María Luisa Bombal entre muchas otras. Hoy, podemos colmar páginas de nuestra historia con nombres de autoras, pero no todas han sido reconocidas por la tradición o rescatadas del anonimato.

Lila Layers, es el seudónimo de la escritora penquista Ana Sepúlveda Sayers. Nacida en la década de 1940 en Talcamávida, en la comuna de Hualqui, rodeada de tierras altas, con el silencio y la introspección que provoca la desconexión, entre el vacío del barullo urbano y la naturaleza plenipotenciaria.

Sus primeros estudios fueron en la Escuela Pública Nº. 11 de Niñas, continuando con Humanidades en el Internado de Señoritas del Colegio Santa Filomena de Concepción y en el Liceo Gabriela Mistral de Temuco. Ingresó a la carrera de Sociología en la UdeC, carrera que fue cerrada en 1973 a raíz del golpe de estado.

Más tarde, estudió Literatura en la misma casa de estudios, hecho que la distinguió como una prolífica creadora que sembró desde el conocimiento especializado, una carrera que venía ejercitándose desde niña, con sus poemas que formaban parte de ese mundo e imaginario infantil en Talcamávida.

Las aventuras de li

Ana Sepúlveda, como Lila Layers, es autora de cuentos infantiles con destacado prestigio internacional, títulos "La pequeña Li", colección de 8 tomos que narran el mundo fantasioso de la niñez desde la perspectiva de la vida en el campo, la naturaleza, el espacio y la historia.

Esta colección fue autorizada en 1992 por el Ministerio de Educación como ayuda didáctica para la enseñanza básica en Chile de la asignatura de castellano. La autora, además, cuenta con 5 títulos de cuentos para adultos, el primero de ellos publicado en 1980, titulado "Juego de niños para adultos".

También, formó parte de las primeras voces femeninas que emergieron en la escena literaria nacional, creando junto con Dolores Pincheira Oyarzún la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) y su filial en Concepción en 1979.

Este ímpetu creativo constituye mucho más que la consecuencia productiva de una escritora, hay opciones que de algún modo hacen más sensible el despliegue de las historias y aventuras de Li, la protagonista de sus relatos.

El público al cual está dirigida esta obra determina inculcar valores y conocimientos en la capa más sensible de nuestra sociedad, donde la autora tiene claridad de las complejidades de los contenidos, que podríamos decir tienen varias capas de lectura. Imposible no pensar en "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry, que muchos atesoramos como un manual de enseñanzas profundas de la vida misma, que reposa dulce en las bellas metáforas que construye el autor.

Li, la protagonista genuina, se proyecta en "La pequeña Li en el mundo de las hormigas", "Li y Atolonias", "Li en el espacio", "Li y las abejas" y muchos escenarios más, que construyen diferentes mundos que se conectan con recuerdos y vivencias de la autora.

Aquí, la pulsión creativa nace desde lo vivido, desde el espacio hasta las prácticas del apicultor en su mundo de abejas flores y naturaleza. La amalgama que se robusteció como un cimiento duradero y eterno mazerado en la tranquilidad natural del campo y su naturaleza. Su obra es de un discurso universal, reconocido en distintas partes del mundo, una luz para educar una aventura y develar los mundos de nuestro interior.

Son varios los libros que ha escrito Lila Layers, donde devela espacios infantiles y, también, adultos.