Líderes políticos de la Región llaman a reivindicar el valor de la democracia y del diálogo político
Conceptos como la defensa de los derechos humanos, el respeto por el disenso en la política y los desafíos pendientes de la Región coinciden en el análisis de quienes tienen sobre sus hombros la conducción política de los destinos del Biobío.
"Debemos reivindicar la política como una forma de resolver los problemas sociales"
Rodrigo Díaz cuenta que para 1973 tenía seis años, y que parte de sus recuerdos de niñez transitan en la cotidianidad de la vida familiar con los contrastes de la época.
"Cuando crecí vi que la Región era extremadamente pobre. Hoy ha cambiado bastante, y si bien quedan zonas importantes aún pobres, sobre todo en la cordillera, Biobío es distinta hoy en día, es mucho más abierta al mundo, antes estaba abocada al crecimiento hacia adentro", reflexiona, apuntando luego a que "se mantiene la descalificación como una forma de hacer política, estaba presente cinco décadas atrás y pareciera que vuelve a estar presente".
El primer gobernador electo en el voto y exintendente reconoce que su intención era que la llegada de los 50 años del golpe de Estado encontrara a un país y una Región "más unida, con más consenso sobre que la democracia es la única forma de salir adelante, y el respeto a la persona humana debe predominar. Hoy día, llegamos a esta conmemoración con más polarización que cuando se cumplieron 30 o 40 años del golpe de Estado, y eso es un retroceso".
En su análisis, Díaz también reflexiona sobre el hecho de que "las partes que produjeron el quiebre de la democracia no sólo vienen de un sector. Viene de un choque de distintas posiciones que tratan de imponer ideas absolutas, y hay que aprender de eso. Creo que cuando se conmemoran 50 años de la pérdida de la democracia y casi dos décadas de violencia instalada en el país, nos debe hacer reflexionar maduramente para sacar aprendizajes y el aprendizaje es que siempre hay que cuidar la democracia".
"Hay que cuidar la dignidad de la persona humana, siempre hay que hacer todo lo posible por no caer en el camino de la tentación de la violencia, de la descalificación o imponer verdades absolutas, y que el que está al frente es prójimo. Mi convicción personal es que uno debe estar comprometido siempre con la democracia, y siempre hay que respetar la dignidad de la persona humana", añade.
-¿Qué esfuerzos se pueden avanzar desde el Gobierno y Consejo Regional para revertir la polarización y fortalecer el respeto a la democracia y la dignidad de la persona humana que señala? Hace algunas semanas, aprobaron recursos para el Museo de la Memoria y la Democracia con votos transversales del Consejo.
-Hay dos grandes líneas. Una apunta a la conmemoración, y vale señalar que por ejemplo aprobamos recursos para un Museo de la Memoria y la Democracia. Hago el énfasis porque no está en mi mente hacer una apología de la Unidad Popular; obviamente existió, tuvo aciertos y desaciertos, pero cuando hablamos de un Museo de la Memoria es para recordar lo que pasó tras el quiebre de la institucionalidad, la violencia estatal.
Pero también tiene un apellido con la Democracia, porque queremos hablar de las personas que hicieron esfuerzos por defender la dignidad de la persona humana en dictadura y defender la democracia, algo que se recuperó por vías pacíficas. También apoyamos iniciativas que dejarán recuerdos a través de murales distribuidos por la Región, y ese es un aporte.
-¿Y la segunda forma?
-La segunda forma me parece más profunda y permanente aún, que es reivindicar la política como una forma de resolver los problemas sociales, y la distingo de la politiquería. Es hacer primar el diálogo y bien común con hechos concretos. Por eso nuestro Gobierno Regional ha aprobado iniciativas sin discriminar por el color político de la autoridad comunal de turno, o entre universidades tradicionales o privadas, sino que, siempre pensando en el fondo, en la materia, y si lleva bien común a través de la Estrategia de Desarrollo y el programa de gobierno.
Es el mejor homenaje que uno puede hacer a las personas que sucumbieron por las casi dos décadas en el tiempo sin democracia, es reivindicarlas en lo cotidiano, en el buen trato y voluntad de resolver los problemas confiando en las personas, pero también pensando que los gobiernos son para todos, no para los partidarios.