Salud mental de niños y adolescentes
Investigaciones recopiladas por Unicef dicen que la pandemia tuvo un gran impacto en la salud mental de la población, y se observó un incremento en los niveles de depresión, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad, negatividad, trastorno de conducta y adicciones entre niños, niñas y adolescentes.
Esto se ha visto reflejado en episodios de violencia, agresiones, e incluso de suicidios en torno a comunidades escolares. Recientemente el Gobierno de Chile dio a conocer la Estrategia de Fortalecimiento de la Salud Mental en Comunidades Educativas, impulsada por tres ministerios -Educación, Salud y Desarrollo Social- que busca implementar una serie de medidas para garantizar el bienestar socioemocional de estudiantes y equipos docentes, y que es parte del Plan de Reactivación Educativa.
Esta estrategia contempla medidas en torno a la prevención y promoción, atención focalizada y respuesta especializada oportuna, y pone el foco en entregar a las comunidades educativas herramientas concretas para abordar y prevenir los desafíos de salud mental, así como fortalecer la relación entre las familias, los colegios, centros de salud y la red de protección social.
Entre las principales medidas se cuenta el aumento de la formación de los educadores en el tema, para lo cual habrá dos programas de formación en salud mental, con el fin de dar a los educadores las herramientas necesarias para abordar estos problemas de manera efectiva. También se amplía en un 25%, de la cobertura del Programa Habilidades para la Vida, con una inversión de 21 mil millones de pesos. Este programa, reconocido a nivel mundial, brinda apoyo en salud mental a estudiantes en situaciones de vulnerabilidad.
El suicidio constituye un grave problema de salud pública, por lo que a fines de 2019 se dictó el Decreto de Vigilancia Universal, que establece la obligación de todos los centros de salud de reportar a la autoridad sanitaria cualquier intento de suicidio o lesiones autoinfligidas, lo que permite no solo monitorear los casos, sino entender mejor quiénes son las personas que toman ese camino y qué cuadros de salud mental poseen. A la vez, se elaboró la primera Guía Práctica para la Prevención de Suicidio para estudiantes de la Educación Superior, ya que el 20,3% de las personas que terminan con su propia vida en Chile son jóvenes entre 20 y 29 años.
El Termómetro de Salud Mental que elaboran la Asociación Chilena de Seguridad y la Universidad Católica confirmó que la pandemia hizo empeorar la salud mental de los ciudadanos. A fines de 2021, un tercio de las personas presentaba síntomas asociados a problemas de ese tipo, seis puntos más que la medición de noviembre de 2020. Un porcentaje relevante de los llamados por ideas suicidas correspondió a jóvenes. Otro segmento en riesgo es la población adulto mayor, que sufrió fuertemente por el aislamiento social que provocó la pandemia. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, anualmente en Chile 1.800 personas se suicidan y por cada uno de ellos, alrededor de veinte realizan un intento suicida sin lograrlo. Según se desprende de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, más de 220 mil chilenos sobre los 18 años planificaban su autoeliminación y más de 100 mil reconocieron que intentaron quitarse la vida.
La Estrategia de Fortalecimiento de la Salud Mental en Comunidades Educativas, dada a conocer por el Gobierno, establece una colaboración directa entre los establecimientos educacionales y los equipos de salud, para que desarrollen una planificación conjunta de acciones e intervenciones en salud mental, haciendo más eficiente la respuesta ante casos que requieren apoyo especializado. Junto a esto, se duplicarán los cupos para los cursos de formación en prevención y manejo de intentos de suicidio en el ámbito escolar. La salud mental debe ser una prioridad para que en los colegios exista un ambiente saludable para niños y adolescentes.
La Estrategia de Fortalecimiento de la Salud Mental establece una colaboración directa entre colegios y equipos de salud, para que desarrollen una planificación conjunta de acciones en salud mental.