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Es desarrollado por investigadores estadounidenses

Un experimento en macacos abre la puerta a tratar el trastorno por consumo de alcohol

Modificar la información genética con un vector vírico podría ofrecer una nueva estrategia para tratar a quienes experimentan episodios de abstinencia y recaídas.
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Por Agencias

Las personas con trastorno por consumo de alcohol suelen experimentar ciclos repetidos de abstinencia seguidos de recaídas. Ahora, un experimento realizado en macacos demuestra que la terapia génica -técnica que modifica la información genética- podría ofrecer una nueva estrategia de tratamiento.

La investigación se publica en la revista Nature Medicine en un artículo que firman, entre otros, científicos de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón, ambas en Estados Unidos. La terapia génica, dicen los autores, "ha sido increíblemente eficaz".

Esta redujo casi a cero el consumo de alcohol en los animales, resumen sendos comunicados de las universidades.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos definen el trastorno por consumo de alcohol como una afección médica caracterizada por la capacidad disminuida de detener o controlar el consumo del alcohol a pesar de las consecuencias adversas sociales, ocupacionales o de salud. Considerado un trastorno cerebral, puede ser leve, moderado o intenso.

Sin tratamientos

Por el momento, no existen tratamientos dirigidos a los circuitos cerebrales alterados por este consumo excesivo y continuado de alcohol, pero "una forma de terapia génica utilizada actualmente para tratar el párkinson podría reducir drásticamente su consumo entre los bebedores agudos crónicos", según los autores.

La terapia génica es una forma experimental de tratamiento que usa la transmisión de genes a la célula de un paciente para tratar una enfermedad; el objetivo es alterar el material genético responsable del trastorno, para que esa célula recupere su normalidad.

En este estudio los investigadores se centraron en una proteína conocida como factor neurotrófico derivado de la glía o GDNF -por sus siglas en inglés-. La glía son células del sistema nervioso central que dan soporte a las neuronas.

El objetivo, introducir un vector vírico -portador de un gen- en el cerebro con el fin de inducir la actividad continua de GDNF y disminuir así el consumo de alcohol y evitar una recaída tras la abstinencia.

"se redujo casi a cero"

El experimento se hizo con ocho macacos rhesus. A cuatro de ellos -los otros cuatro conformaron el grupo control- se les transfirió el vector vírico con el gen directamente en una zona del cerebro llamada tegmental ventral.

Tras el procedimiento, los científicos comprobaron que el consumo de alcohol en estos cuatro animales se redujo en más de un 90% en comparación con el grupo control.

"El consumo de alcohol se redujo casi a cero", afirma Kathleen Grant, del centro de Oregón. "Durante meses, estos animales optaron por beber agua y evitar por completo el alcohol, hasta tal punto que no registramos el nivel de alcohol en sangre", prosigue.

Se sabe que el GDNF mejora la función de las neuronas que sintetizan dopamina, una sustancia química liberada en el cerebro que produce bienestar. En el caso del trastorno por consumo crónico de alcohol, la liberación del neurotransmisor dopamina se ve disminuido.

Los científicos creen que este estado "hipodopaminérgico" puede obligar a los consumidores de alcohol excesivo a volver a beber tras períodos de abstinencia.

Según Grant, "el consumo agudo de alcohol puede aumentar la dopamina, pero al beberlo de forma crónica, el cerebro se adapta de tal manera que disminuye la liberación del neurotransmisor".

En este trabajo los científicos potenciaron la dopamina administrando GDNF a una zona del cerebro donde esta se localiza.

"Los monos que fueron tratados con este gen de forma permanente empezaron a sobreexpresar dopamina y disminuyeron sustancialmente su consumo de alcohol", afirma la científica.

Krystof Bankiewicz, de la universidad de Ohio, resume que "este enfoque de terapia génica se dirige a los cambios en la función de la dopamina en la vía de recompensa mesolímbica del cerebro, que son causados por el consumo crónico de alcohol".

"Nuestros hallazgos sugieren que esta terapia puede prevenir las recaídas sin requerir una adherencia al tratamiento a largo plazo".

No obstante, en la medida que requiere cirugía, la terapia se limitaría a quienes padecen las formas más graves del trastorno y que han demostrado que los enfoques normales no funcionan para ellos.

Vinculan el aumento de la contaminación con mayor resistencia a los antibióticos

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El aumento de la contaminación atmosférica está potencialmente relacionado con un mayor riesgo de resistencia a los antibióticos en todas las regiones del mundo, según un estudio que destaca que esta vinculación se ha reforzado con el tiempo.

Disminuir, por tanto, los niveles de contaminación reduciría en gran medida las muertes y los costes económicos derivados de las infecciones resistentes a los antibióticos, según el artículo de la revista The Lancet Planetary Health.

"La resistencia a los antibióticos y la contaminación atmosférica se cuentan por derecho propio entre las mayores amenazas para la salud mundial", señala Hong Chen, de la Universidad de Zhejiang, China, pero hasta ahora no se tenía "una idea clara de los posibles vínculos entre ambas".

"Este trabajo sugiere que los beneficios de controlar la contaminación podrían ser dobles: no solo reduciría los efectos nocivos de la mala calidad del aire, sino que también podría desempeñar un papel importante en la lucha contra el aumento y la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos", señala.

El uso incorrecto y excesivo de antibióticos son los principales impulsores de esta resistencia, pero las pruebas sugieren que la mala calidad del aire también contribuye.

7.300 millones expuestos

La contaminación atmosférica es un cóctel de componentes tóxicos y el término PM -Particulate Matter- se usa para describir una mezcla de pequeñas partículas sólidas y líquidas que se encuentran en el aire.

Estas partículas se dividen en categorías según su tamaño y las especialmente finas -como las PM2,5 y las PM0,1- son las más preocupantes en cuanto a los efectos perjudiciales para la salud.

En este estudio se analiza el papel de las PM2,5 (2,5 micrometros), provocadas por procesos industriales, transporte por carretera y combustión doméstica de carbón y madera.

En el mundo, 7.300 millones de personas están expuestas directamente a niveles medios anuales de PM2,5 que no son seguros y el 80% de ellas vive en países de renta baja y media.

Los autores crearon un amplio conjunto de datos para explorar si las PM2,5 son un factor clave que impulsa la resistencia global a los antibióticos, utilizando información de 116 países desde 2000 hasta 2018. En total, incluyeron datos que abarcan nueve patógenos bacterianos y 43 tipos de antibióticos.

Resultados

Los resultados indican que la resistencia a los antibióticos aumenta con las PM2,5, y que cada incremento del 1% en la contaminación atmosférica está vinculado a aumentos en la resistencia a los antibióticos de entre el 0,5 y el 1,9%, dependiendo del patógeno.

La asociación se ha reforzado con el tiempo, y los cambios en los niveles de PM2,5 han provocado mayores aumentos de resistencia en los últimos años. Los niveles más altos se registran en el norte de África, Oriente Medio y el sur de Asia. En Europa y Norteamérica son bajos.

El análisis indica que la resistencia a los antibióticos derivada de la contaminación está relacionada con unas 480.000 muertes prematuras en 2018 y costos económicos adicionales de 395.000 millones de dólares.

Sin cambios en las políticas sobre contaminación, en 2050 los niveles de resistencia a los antibióticos en el mundo podrían elevarse 17% y el número anual de muertes prematuras aumentaría a unas 840.000.

Hallados fragmentos del antiguo puerto de Ostia que relatan la época del emperador Adriano

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Dos fragmentos de los "Fasti Ostienses", unas losas de mármol con inscripciones que relataban noticias de la antigua Roma, fueron hallados en las excavaciones del Parque Arqueológico de la Antigua Ostia, cerca de la capital, y en uno de ellos se relatan hechos de la época del emperador Adriano, en el año 128.

Tras cruzar la información de este fragmento con la procedente de otras fuentes "literarias, epigráficas y numismáticas" se pudo establecer que la inscripción "muestra que el 10 de enero del 128 de enero Adriano asumió el título de pater patriae y su esposa Sabina el de Augusta", explicó el ministerio de Cultura.

Para celebrar esos títulos, el emperador ofreció al pueblo una donación de dinero (Congiar Dedit dice la inscripción) y a su regreso de África, a donde había partido el 11 de abril de ese año, consagró (Consecravit) entre finales de julio y principios de agosto consagró (Consecravit, reza la inscripción) un templo en la ciudad.

Ese templo podría ser el Panteón o más probablemente el Templo de Venus y Roma, se explica un comunicado.

"Se trata de un descubrimiento extraordinario que aumenta y completa lo que sabemos sobre la actividad del gran emperador Adriano, aportando nuevas adquisiciones sobre la importantísima actividad constructora que llevó a cabo en Roma", dijo el director del Parque de la Antigua Ostia, Alessandro D'Alessio.

El hallazgo se produjo en la segunda campaña de excavaciones del Parque, un gran edificio rectangular porticado en tres lados y con una sala absidal pavimentado originalmente en "opus sectile" o con losas de mármol de diferentes colores.

Esta campaña "proporciona tesoros y fuentes documentales de incalculable valor para comprender las actividades del gran emperador Adriano" y "permite desvelar piezas importantes de la vida de Ostia y de la capital", además de "sacar a la luz los restos de varias decoraciones y amplias porciones de suelos de mosaico que pronto serán visibles para el público", resaltó el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.

Los "Fasti Ostienses" son una especie de crónicas grabadas sobre losas de mármol, que contienen valiosa información sobre la historia política y monumental de Roma y Ostia y cuya redacción estaba a cargo del pontifex Volcani, la máxima autoridad religiosa local.-