Programa de atención a víctimas de violencia rural suma 716 personas atendidas en Biobío
Son varios los entes públicos que están insertos en la estrategia. Con el Ministerio de Vivienda, por ejemplo, se han otorgado subsidios, mientras que con Sernameg se espera establecer una mirada de género, entendiendo que buena parte de las víctimas son mujeres.
El Programa de acompañamiento a víctimas de violencia rural comenzó en 2018 y desde aquel año se ha encargado de brindar una serie de apoyos a las personas que han sufrido de forma directa o indirecta los efectos de los ataques perpetrados en la Macrozona Sur. Desde la Delegación Presidencial del Biobío explican que en sus inicios el plan apuntaba solamente a la reactivación económica -temática abordada por este medio en su edición del lunes pasado-, diversificándose posteriormente a temas de acompañamiento psicológico, jurídico o social.
El catastro del Ministerio del Interior concentra sus estadísticas, fundamentalmente, en la Provincia de Arauco e indica que en los cinco primeros años de operación se han atendido a 716 víctimas en la Región, de las cuales 250 corresponden a 2022 y 70 a 2023. Los números son generales, pues hay un trabajo particular a través de servicios estatales y otras entidades, entre lo que destacan, por ejemplo, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Fondo de Organización Regional de Acción Social (Orasmi), las pensiones de gracia, el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg), así como Sercotec, el SII, el Fogape, o Fosis, en el ámbito económico.
Las ayudas
Juan Carlos López, coordinador regional del programa, ejemplifica algunas intervenciones. El año pasado, cuenta, generaron convenios con camioneros en los que se fijó el acompañamiento a víctimas. "Principalmente, ellos son víctimas en zonas de Mulchén, en todo lo que es la ruta 5. En 2022 reparamos y acompañamos a 177 personas con más de $104 millones y este año ya tenemos 103 por más de $80 millones, y ellos son parte de los grandes camioneros que están en toda la zona centro sur", plantea.
Esta parte de la iniciativa incluye planes dirigidos a camioneros con giftcards, bonos de alimentos, medicamentos, bienes y servicios básicos, además de pensiones de gracia cuando se ven afectados o invalidados para seguir trabajando. Respecto a las pensiones, dice que tienen una finalidad social cuando existen muertes o lesiones graves que impiden a la persona seguir trabajando, "y en donde hemos entregado 12".
López agrega que el conflicto experimentado en la zona acarrea varias consecuencias, especialmente en el área social. Afirma que la gran herramienta que tienen son los centros de atención a víctimas de violencia rural ubicados en Cañete y Los Ángeles. Los profesionales de este último comenzaron a operar en enero de este año y se espera que el inicio oficial de la oficina se concrete en julio o la primera semana de agosto.
"Los centros de atención son muy importantes porque son la primera respuesta cuando ocurre un atentado. Nuestros equipos de psicólogos, trabajadores sociales y abogados, junto con sus coordinadores y administrativos, son quienes intervienen en el territorio apenas ocurre algo y son quienes relevan la información necesaria para que las víctimas ingresen al programa, pero también realizan las primeras respuestas de emergencia o auxilio psicológico", indica López, quien añade que la estrategia se vincula a otras instituciones del Estado como la Unidad de Víctimas de la Fiscalía o la Unidad de Víctimas de la Subsecretaría de Prevención del Delito, o los municipios de Tirúa y Contulmo.
Otros apoyos
En el momento que una persona pierde su hogar producto de un atentado, el programa inicia un trabajo directo con Vivienda para reponer, de alguna forma, el inmueble siniestrado, o brindar otra alternativa. El año pasado se otorgaron a nivel local dos subsidios de vivienda, dos de arriendo y uno de construcción. A través de Orasmi, en tanto, se busca satisfacer necesidades básicas, ya que las ayudas van destinadas a cubrir gastos asociados a salud o vivienda. Por medio de esta última herramienta se aportó a 310 personas en 2022 por un monto de $162 millones, mientras que este año ya van 176.
Con Sernameg se espera establecer una mirada de género, entendiendo que las víctimas atendidas en la zona son transversales, es decir, hay grandes empresarios camioneros, pero también mujeres emprendedoras que tienen cabañas o mujeres indígenas que sufren de usurpación violenta, "y la afectación que sufren las mujeres tiene una particularidad".
Antes de terminar el mes se realizarán encuentros regionales y la primera semana de julio se efectuará un encuentro nacional para someter el programa a evaluación.
70 personas han sido atendidas en lo que va del año, según estadísticas de la Delegación Presidencial del Biobío.