La normativa legal que regula el proceso constitucional en marcha encomendó la coordinación de la participación ciudadana a las Universidades de Chile y Católica de Chile, a través de una secretaría ejecutiva y con el apoyo de universidades acreditadas de todo el país. Las universidades han asumido esta tarea conscientes de que deben contribuir a los grandes procesos sociales y con la confianza puesta en sus capacidades y en su arraigo y despliegue territorial.

La Secretaría de Participación Ciudadana comenzó su trabajo en enero, abocándose a la recopilación, sistematización y análisis de procesos previos, lo que generó valiosos insumos para la actual experiencia. El miércoles 7 de junio se abrieron los mecanismos de participación previstos, los que estarán disponibles en el sitio web secretariadeparticipación.cl durante 30 días, hasta el 7 de julio, en lo que se ha denominado el Mes de la Participación.

Los canales de participación son cuatro. 1. Consulta ciudadana: encuesta digital a través de la cual las personas puede opinar sobre la propuesta de Constitución elaborada por el Consejo de Expertos/as. 2. Diálogos ciudadanos: espacios de conversación entre ciudadanos/as o grupos de la sociedad civil para intercambiar y recoger opiniones sobre el articulado del anteproyecto 3. Iniciativa popular de norma: las personas u organizaciones podrán presentar, hasta el 18 de junio, propuestas de norma que modifiquen o enmienden algún artículo del anteproyecto. La norma propuesta se someterá a un proceso de admisibilidad, tras los cual se hará pública y deberá reunir un mínimo de 10 mil firmas en 4 regiones para ser presentada al Consejo Constitucional. 4. Audiencias públicas: las personas o grupos de la sociedad civil podrán solicitar, hasta el 14 de junio, exponer sus propuestas u opiniones ante los consejeros constitucionales.

En cumplimiento de la misión y vocación que la anima como Universidad estatal y birregional, la Universidad del Bío-Bío conformó una mesa triestamental a cargo de difundir y promover la participación de la comunidad universitaria y externa en la discusión del anteproyecto de Constitución. Nos interesa el rol formativo que podemos cumplir, en torno a la importancia de que ciudadanos y ciudadanos reflexionen y se involucren en los cambios que Chile está viviendo.

Las observaciones que se recojan en este Mes de la Participación no son vinculantes, pero las opiniones y aportes serán sistematizados y entregados al Consejo Constitucional como representación del sentir de la ciudadanía. Invitamos a todos y todas a participar. El fortalecimiento de la democracia y la legitimidad del debate dependerá en gran medida de la conexión de los chilenos y chilenas con las decisiones que se adopten para el devenir del país.

Las universidades son un puente para incentivar y coordinar la participación ciudadana y visibilizar la mirada desde regiones, colaborando a partir del conocimiento que cultivan. Es tiempo de reflexionar sobre los caminos que la sociedad está tomando y, sobre todo, cuidar y relevar la democracia como sistema de convivencia y no sólo como método de toma de decisiones electorales.

Basura Cero, nombre de la gira que me permitió ir al País Vasco recientemente, mandatada por el Consejo Regional del Biobío, para conocer los sistemas de gestión de residuos domiciliarios con lo que tienen resuelto el problema de la basura y actualmente es un gran negocio sostenible.

Un enfoque holístico e integral es lo que se necesita la Región, para que promueva la reducción, reutilización, reciclaje y valorización. Para ello, debe contar con una recolección selectiva en los hogares a través de diferentes contenedores y/o bolsas para separar los residuos, sean orgánicos, plásticos, papel, cartón y vidrio, entre otros. Al mismo tiempo, la disposición de puntos de recogida selectivas, es decir, las ciudades tengan la habilitación e instalación de contenedores en distintas zonas, para que las personas puedan llevar sus residuos separados y contar con un contenedor especifico. En el caso de la ciudad de Bilbao encontrábamos 5 contenedores distintos, cada dos cuadras.

Todos los residuos clasificados llegan a estaciones de transferencias específicas, siendo cada una un modelo de negocios promoviendo la economía circular, usando estas empresas distintas tecnologías para valorizar los residuos e ingresar al mercado nuevamente. Todo lo que no se puede reciclar o valorizar se lleva a plantas integrales de tratamientos para su valorización energética, en este caso, la incineración, que aprovecha el calor producido para la generación de energía eléctrica o térmica, como también plantas de compostaje, para la producción de abonos y generación de biogás.

Estos modelos e instalaciones de plantas de tratamientos están instalados en toda Europa, insertas en los corazones de las ciudades turísticas, cuyos funcionamientos cumplen por debajo de las normativas ambientales, que por cierto, en Europa son muy estrictas.

Para que la Región logre estos modelos necesitamos 3 grandes actuaciones. Primero una política regional de gestión de residuos, la cual permitirá tener una hoja de ruta y elaboración de planes y programas para las comunas y/o provincias.

Segundo, necesitamos un trabajo mancomunado público-privado. Las empresas son fundamentales para la implementación de economías locales, en primer lugar, instalación de estaciones de transferencia, que actualmente son nulas en la Región y segundo, concesiones de empresas especialistas para el diseño de plantas de valorización energética.

Y tercer acto, y aquí, todos estamos invitados, es la separación de origen que ocurre en nuestros hogares, hacernos conscientes y responsables en destinar tiempo para separar, preparar los residuos y luego disponer en los contenedores que la ciudad habilita.

Basura Cero, se llamó esta gira tecnológica guiada por el Centro de Investigación de polímeros avanzados de la Región del Biobío y a basura cero es lo que debemos alcanzar urgentemente.

Como Región, nos encontramos en el momento de inflexión para que la basura sea un negocio sostenible y liderar la valorización.

El lunes 5 de junio se constituyó oficialmente el comité asesor ministerial conocido como Más Movilidad para el Gran Concepción. El hito contó con la presencia de distintos actores del sector público, tales como Gobernador Regional, representantes del Consejo Regional, subsecretarios, EFE, seremis y alcaldes. En resumen, tomadores de decisiones tanto del nivel central como local. Una innovación necesaria para poder responder con proporcionalidad a la envergadura del problema que nos aqueja. Son décadas sin inversión en nuevas infraestructuras transformadoras, sobre todo al sur del Biobío.

Por cierto, el terremoto de 2010 jugó un rol importante, ya que nos obligó a reponer más que a planificar. Es decir, tenemos un circuito de infraestructura desactualizado, inconexo, con cuellos de botella evidentes, con severas limitaciones a la hora de poder entregar, por ejemplo, transporte público de calidad.

En el ámbito productivo también vemos una tendencia a la baja, con ausencia de circuitos logísticos. Concepción necesita urgentemente un orbital que separe carga de movilidad de personas. También, un nuevo impulso en materia ferroviaria que expanda el rol del Biotrén y permita generar una logística barata y eficiente que fomente la creación de nuevos servicios y favorezca la actividad portuaria en importaciones y exportaciones. Lo anterior, nos obliga a planificar no solo las inversiones, sino a ordenar la entrada de las distintas iniciativas para evitar generar externalidades negativas adicionales a las inherentes de toda obra nueva.

En ese sentido, el aporte del Gobierno Regional está concentrado en dos dimensiones fundamentales. En primer lugar, tenemos un compromiso de financiamiento de aquellas obras que, por distintos motivos, están fuera del presupuesto de los ministerios. La ampliación de las terceras pistas en la ruta 160 es un claro ejemplo, y el Gobierno Regional se hará parte con el 100% del financiamiento para apurar al máximo su implementación. Son más de 160 mil millones de pesos que han sido aprobados por el Consejo Regional del Biobío para suplir aquellos vacíos que deja la planificación ministerial centralizada.

Adicionalmente, queremos aportar con otra innovación: el financiamiento por 3.500 millones en cinco años (700 millones anuales) de una fuerza de tarea local que tenga un objetivo único: presionar al sistema por los plazos y generar un sentido de urgencia en la implantación de soluciones acorde con los dolores de la ciudadanía.

Porque Biobío puede más es que empujamos este proceso transformador, gracias al liderazgo de nuestro Gobernador Rodrigo Díaz y al apoyo de los alcaldes y vecinos que participaron de la consulta ciudadana del año pasado, que nos permitió conocer de primera fuente qué es lo que sienten las personas. Con ellas es nuestro compromiso.