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El último accidente volvió a demostrar la necesidad de una mejor conectividad

Isla Mocha y la crisis permanente que la rodea

La falta de una mejor atención en salud, los problemas de infraestructura de la escuela, los precios altos de los productos y el desabastecimiento que los isleños enfrentan regularmente son otros de los temas que llaman a resolver con urgencia. Piden a las autoridades vivir una semana en la isla.
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Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl

En isla Mocha tienen un refrán: "cuando gritan las bandurrias, es porque don Juan Carlos viene". Juan Carlos Paul, experimentado piloto, murió el domingo pasado en un accidente aéreo. El y otras cuatro personas cayeron a las aguas de la ínsula, a unos 150 metros de la costa, minutos después de que la nave PA-32 300 despegara en dirección a Cañete. Sólo una mujer logró salvarse luego de nadar y ser rescatada en la orilla.

El hecho viene a engrosar la lista de accidentes aéreos asociados al lugar. Ya hubo otros en 2013 y 2017, con peor y mejor suerte para los viajeros. También viene a constatar una de las urgencias más grandes de los isleños: la conectividad. Con el fin del prolongado servicio privado entregado por Juan Carlos Paul, la desconexión con el continente se acentuó al punto de que esta semana, por ejemplo, la ronda médica venida desde Lebu no se pudo efectuar. Los habitantes se muestran preocupados por los medicamentos de la posta y los alimentos del colegio, insumos que regularmente eran traídos en la nave de Paul, según recalcan. Actualmente, sigue operando el servicio subsidiado de la aerolínea ATA, aunque no es suficiente. Las autoridades aseguran que trabajan con esmero en reforzar el servicio aéreo.

Así como esta urgencia, parte de los vecinos de este lejano territorio -que inspiró a Herman Melville a publicar la novela "Moby Dick", en 1851- dan cuenta de otras materias que les afectan, como los elevados precios de los productos, la falta de un mejor equipo de salud y de una infraestructura decente para albergar a sus estudiantes.

Conectividad, inflación salud y educación

En isla Mocha viven hoy unas 600 personas, aunque hace unos 25 años eran alrededor de 1.600, lo que demuestra desinterés por quedarse a "hacer patria". Buena parte de quienes se mantienen se dedican a la recolección de algas, las que recogen en verano y sirven de sustento para los meses de otoño e invierno, momento en el que también se echa mano a la ganadería y a los animales que son vendidos a compradores del continente. Aquellos que no cuentan con animales, están obligados a viajar fuera de la isla.

"En esta época está la temporada de la jibia en Lebu y la gente necesita trabajar, pero si no tenemos la conectividad aérea, ¿cómo lo harán para ir y llevar el sustento a su hogar?", cuestiona Yoani Durán, vecino de isla Mocha, quien ruega, además, por un nuevo servicio aéreo que sea complementario a la aerolínea ATA, pero más moderno -el avión de ATA es de 1978- y acondicionado para emergencias, así como una barcaza adaptada al transporte de pasajeros. La que hay actualmente, subsidiada por el Estado, realiza sólo un viaje al mes para llevar y traer carga.

Durán suma otro problema relacionado a la inflación. Por ejemplo, si un cilindro de gas cuesta $21 mil en Lebu, en la isla puede llegar a costar $38 mil. Lo mismo con el quintal de harina, que en el continente lo encuentran a $19 mil y en la isla a $30 mil. "Tengo a mi cuñado que gana el sueldo mínimo, pero él trabaja, prácticamente, para comer, porque no le da para comprar otra cosa. No tiene para hacerse de una lavadora, por ejemplo. Acá con $20 mil no se hace nada en un negocio, y eso da pena y rabia", enfatiza.

Lorena Gavilán, otra vecina del lugar, coincide e incluso dice que es normal ver desabastecimiento en los únicos tres negocios que hay en la isla, algo que podría verse agudizado ante los problemas de conectividad. Eso sí, plantea que su mayor preocupación tiene que ver con el tema médico. Gran parte de la población es de la tercera edad y presenta enfermedades como diabetes e hipertensión, se valen diariamente de tres técnicos en enfermería que trabajan en la posta y las rondas médicas quedaron suspendidas tras el último accidente, según dice.

"Además, la posta está desabastecida en este momento, y no hemos tenido respuesta de nadie. Por último, que nos informen algo (...) Acá la salud es súper mala, porque una interconsulta nos demora hasta un año, pudiendo, incluso, fallecer primero la persona. Ahora que don Juan Carlos, que siempre estaba aquí, no está, ¿cómo van a venir los médicos? Es obvio que también sientan miedo de venir, pero no nos dan solución", deja entrever Gavilán. Ante tanta urgencia, pide que algún representante del Ejecutivo viaje hasta la isla y se quede por una semana, al menos, para que vea la situación extrema de abandono que viven los isleños, sobre todo en estas fechas.

"Yo ofrezco mi casa para que alguna autoridad venga. Le doy alojamiento y las tres colaciones al día", remarca la vecina.

Desde el punto de vista municipal, el alcalde de Lebu , Cristián Peña, cree que en salud es vital mejorar la posta, "primero cambiándola de terreno porque está en una zona inundable tras el terremoto". Sin embargo, prevé complejidades, ya que de las 32 parcelas que tiene la isla, 31 son particulares, "y también hay que modificar el sistema de red, pero eso es mucho más amplio".

Otro problema que advierte dice relación con la educación y el mal estado de la escuela mochana, que tiene "condiciones insalubres". La buena noticia, dice, es que el municipio tiene un proyecto aprobado "con recomendación técnica, con RS, para que llegue el gobierno y lo financie". El plan contempla una inversión de $7 mil millones y apunta a construir un espacio de 2 mil metros cuadrados para cerca de 80 estudiantes.

La meta es que la obra se financie este año y se licite en 2024.

Respuestas del ejecutivo y propuestas del gore

El delegado provincial de Arauco, Humberto Toro, reconoce que la gente de isla Mocha vive una situación difícil. Por lo mismo, precisa que trabajan en una estrategia que permita resolver "el tema humano y de sociedad" del territorio insular. Argumenta que hay una necesidad que también pasa por el rol turístico del lugar, algo que podría ser aprovechado como efecto de su relación con Moby Dick y la literatura. "Eso es relevante porque hay prioridad para resolver el tema", comenta.

La dificultad, sobre todo en materia de conectividad, pasa por lo complicado que es encontrar empresas que quieran hacer el trayecto entre la isla y la Provincia de Arauco. "Los isleños nos propusieron una empresa, porque ya no le tienen confianza a ATA, que se adjudicó el recorrido, y porque su firma les ofrecía aviones más nuevos y de repuesto. Resulta que llamamos a esa empresa a licitación, pero no se presentó", advierte Toro. Pese a todo, sabe que tienen que acelerar el proceso para mejorar la conexión aérea, o de lo contrario el bienestar de los habitantes y la vocación productiva de la isla Mocha, fundamental para el turismo de la Provincia, se verá irremediablemente dañado.

En materia de salud, el delegado cuenta que el Servicio de Salud Arauco trabaja hoy en aspectos de medicina telemática, "lo que significará capacitar de mejor manera al personal de salud de la posta".

Desde la óptica del Gobierno Regional, la isla Mocha es un sitio que "nos tiene acostumbrados a pasar de crisis en crisis" y en donde "pena un enfoque más integral que primero asuma que la isla es un patrimonio de la Región". Óscar Ferrel, jefe de la División de Infraestructura y Transporte de la entidad regional, ve al turismo como la meta final, algo que se alcanzará sólo si hay factores habilitantes, es decir, cosas básicas como la luz, el agua, los caminos y las telecomunicaciones.

Actualmente, trabajan con el municipio de Lebu para generar un proyecto que ayude a evitar los microcortes de electricidad, a fin de impactar, por ejemplo, en la buena implementación del servicio de telemedicina. Con Desafío Levantemos Chile, además, esperan generar soluciones de paneles solares y biodigestores para recuperar la basura orgánica del lugar.

Dentro de esa labor, analizan la eventual pavimentación de los caminos, un tema en el cual también participa Vialidad. "Eso permitiría un circuito que favorezca la llegada a la Reserva y el movimiento interno de los turistas (...) Igual hay que avanzar en pavimentaciones sustentables con materiales de la propia isla para evitar los traslados de material, y ahí estamos realizando un estudio de diagnóstico ", precisa Ferrel.

Este año el Gobierno Regional volverá a insistir al Ejecutivo sobre la idea de implementar una glosa presupuestaria especial para los territorios insulares del Biobío. Dicha alternativa se anunció el año pasado en el marco de la discusión presupuestaria 2023, pero no hubo respuesta positiva del nivel central.