Marlon Romero: "Creo que esta posta la deberán tomar las nuevas generaciones"
Músico y gestor de la iniciativa artística en 2004, confiesa sentirse orgulloso de haber generado una instancia donde comparten músicos de edades diversas, entre los 4 y 70 años.
Una de las cosas que más llena de felicidad y orgullo al pianista local Marlon Romero, cuando habla del Festival Nacional de Jazz Otoño-Invierno, es ver la posibilidad de compartir escenario a luminarias de la escena sincopada con niños, que recién se están formando en las lides de la música popular, particularmente, desde las corrientes del jazz.
Un aspecto que ha estado presente desde los inicios de este evento en 2004. El próximo 20 de abril, a las 20 horas, no será la excepción en la versión número 18 de la cita organizada por la Academia de Música, que dirige el pianista de 70 años hace casi dos décadas.
"En un principio este festival tenía la intención de celebrar los avances de nuestros estudiantes en formación con la comunidad, pero con el tiempo también se convirtió en una forma de darle la bienvenida al año académico y los estudiantes que llegan a nuestra ciudad", señala Romero, apuntando así a la calidad universitaria de Concepción.
La parrilla artística para esta versión en la Sala Principal del Teatro Biobío, pensada para dos horas y 15 minutos, cuenta con Marlon Romero Trío + invitado Alejandro Castro, Carla Romero Trío, Los Niños de la Academia (tres cantantes y un trío), Paz Díaz + Trío y Federico Dannemann + Christian Gálvez Trío.
Con dos pausas obligadas los años 2020 -cuando en marzo estaba todo listo se supendió- y 2021, a raíz de la pandemia; volvió a las rutas musicales el año pasado con una versión algo más acotada. Tuvo la presencia de gente como el propio Gálvez, Ignacio González y Claudio Rubio, entre otros nombres.
El cambio de escenario también se anota entre las novedades de este 2023, pues será el Teatro Biobío quien reciba a los participantes (finalmente, no fue posible realizarlo en el Teatro UdeC).
"La conversación se dio a principio de marzo y programaron esta fecha, dando cuenta de un estado de ánimo totalmente positivo de parte de ellos", saludó el productor y artista con más de 50 años de carrera.
Camina solo
Además de la posibilidad de sumar una variada gama de edades en escena (este año contará con una niña de cuatro años cantando "Route 66"), el financiamiento del mismo no deja de sorprender al propio organizador, ya que éste se produce por la venta de entradas.
"O sea es un festival que se autofinancia, porque acá no hay proyectos involucrados para obtener fondos, y así lo ha sido de siempre", resalta Romero, apuntando a que no hay fines de lucro, sino que se busca satisfacer los costos de los músicos invitados y personal para la operación técnica.
- Imagino que también tiene o suma otros objetivos, más de fondo.
- Por supuesto, porque está siempre la idea de mantener el alma del jazz viva de gente y músicos penquistas, considerando que actualmente hay muchos eventos de esta naturaleza realizados en Concepción, como el ciclo Jazz, Vinos y Blues o el Picnic Jazz en el Parque Ecuador. Ya no es un festival único, como sí lo fue durante unos 10 años, en las primeras versiones.
- ¿Cómo lo observas actualmente?
- Lo principal es seguir haciéndolo, y creo que su relevancia está en la cantidad de tiempo que lleva, porque hacer jazz es complejo. Creo que se ha mantenido por el alma y para motivar a la comunidad penquista que conozca el jazz, de alguna manera, fomentando otros espacios. Éste es como el hermano mayor de otros eventos similares, y que hizo que otros productores y músicos se interesaran por hacer festivales relacionados con el jazz.
- ¿Y el futuro cómo se viene?
- Creo que ésta es una posta que deberán tomar las nuevas generaciones, o sea, tendrán que tomarla, ya sea mis hijos (Carla o Marlon) o cercanos, incluso, a la propia academia, para que esto siga, también con la inquietud de enseñar. Ahora organizar un evento como este festival tiene sus complejidades, tanto musicales como de producción, porque hay que entender que siempre te vas a encontrar con gente que no es tan musical como uno, que ven la organización como una función y razonan distinto.