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Hoy tiene concierto en el Teatro Biobío

Cantáreman y pérdidas por incendios: "Fue un ejercicio de desapego"

Músico local, que se vio afectado por los siniestros forestales en Santa Juana, sorprende y agradece la ayuda que ha recibido de colegas y el medio artístico.
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Por Sebastián Grant Del Río

Giros, cambios, sorpresas. Esperados o inesperados, pareciera que los ciclos en algunas personas le ponen siglos de exclamación a sus vidas.

Algo así le pasó a Javier Toloza ("Cantáreman"), quien junto a su pareja, Lucía Haristoy, protagonizan una situación que -como apunta el músico penquista de 38 años- "nunca imaginamos que nos pasaría a nosotros".

"En realidad nadie cree que le va a pasar algo así", agrega el artista con 14 años de carrera, la misma que los últimos incendios forestales en la región hizo girar a un nuevo horizonte.

Ya de madrugada, el viernes 3 de febrero pasado, a eso de las cinco de la mañana, no había otra alternativa que evacuar la casa que habían arrendado hace dos años en el sector de Santa Juana.

El campo y el paisaje rural siempre habían sido opción para ambos, pese a que a eso de las ocho de la mañana de aquella jornada de febrero, las llamas arrasaron todo a su paso, dejando en cenizas y desechos prácticamente todas sus pertenencias personales, artísticas y las propias del funcionamiento de una casa. Lo perdieron todo, menos las ganas para volver a pararse y sus mascotas.

"Se quemó la casa completa, y todas nuestras cosas, el taller de Lucía (Haristoy es artista visual), mi estudio y nuestras cosas de siempre, libros discos, lo del living, la cocina y nuestros materiales de trabajo", resume Cantáreman, en palabras que -considerando las ausencias- suenan tranquilas.

"Todo esto fue un ejercicio de harto desapego. En eso estamos ahora e igual tiene sus cosas buenas tratando de ser positivo. A partir de todo aquello surgieron otros proyectos -musicales/visuales- y nos volvimos a acercar un poco más a la ciudad", cuenta el cantautor, quien luego estar más o menos un mes viviendo con la madre de su pareja; tomaron la decisión de volver a Santa Juana, donde a principios de marzo se instalaron en el pueblo.

Y la mirada puesta en la afectada comuna tiene una explicación muy válida, pues allí están construyendo la casa que, justamente, querían habitar desde este mes.

Ubicada frente al espacio siniestrado, Cantáreman cuenta que a este inmueble, fortuna mediante, no le pasó nada.

"Quedó como estaba con la estructura y techo armado, que terminamos en enero. Por supuesto, en estos meses vamos a estar en nuestro proyecto, y apenas nos recuperemos vamos a seguir construyendo ahí", ilustra el artista.

- No cambian lo rural.

- Desde siempre teníamos ese sueño de vivir en un entorno de naturaleza, y como en algún momento recibí un sitio en ese sector dijimos vamos y partimos.

Contar con ayuda

Cantáreman siente, afirma y prueba que en situaciones así, emerge el mejor ser humano, el que tiende la mano frente a la adversidad. "Es súper importante para nosotros recalcar la colaboración que nos han dado muchas personas, familiares, amigos, los músicos y quienes organizaron el concierto en el C3. En Santiago también se hizo uno", enfatiza.

- O sea, el sol también sale.

- Mucha ayuda, igual uno nunca se imagina que están de alguna manera ahí. Es bueno recibir ese apoyo y respaldo, sobre todo, de colegas. A veces uno no se lo espera como tampoco que vas a pasar una situación tan extrema como ésta y no te imaginas que te van a dar tanto apoyo.

- Entre tantos cambios y en tan corto tiempo

- Claro, una nueva visión y claro que cambiaron nuestro proyectos. El impulso lo hemos tenido que modificar, pero eso también ha tenido su valor, especialmente, encontrarse con otras personas que te tienden la mano.

Entre estas ayudas está la del Teatro Biobío. Hace unas tres semanas le cedió la Sala Principal para realizar un "Concierto solidario", cuya recaudación irá en favor del artista, con quien mantiene una relación afectiva, profesional y artística desde 2021 año de lanzamiento de "Este horror", canción de Cantáreman producida por Álvaro Henríquez, en el marco de un convenio entre el TBB y Fundación Teatro a Mil.

El corte será parte del concierto programado para hoy, a las 20 horas, y que contará con la apertura del líder de Los Tres, junto al también guitarrista penquista Paolo Murillo.

"Esto nació desde el Teatro, quienes se comunicaron conmigo para concretar esta fecha, como una ayuda al proyecto musical, Cantáreman", cuenta el compositor quien está ajustando los detalles finales del evento donde mostrará unas 16 canciones.

"Ha sido un poco difícil armarlo por la situación en que estaba, pero igualmente creo que va a resultar muy bonito", adelanta.

"Lo importante es que la música sigue"

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Contra todo lo experimentado en el último mes, Javier Toloza declara que "es importante valorar el hecho de que la música sigue, la música de Cantáreman está ahí todavía. Espero tener la claridad y seguir en pro de un trabajo que no se pierde, pese a la situación y te ayuda a ponerte de pie nuevamente".

- Siento que este tipo de accione apuntan al valor que le has dado a tu carrera y música.

- He recibido mucho respaldo, en ese sentido, por mi trabajo, como también por Lucía, hemos contado con mucho apoyo y colaboración.

Explicó que por ahora no tenía algún álbum en mira, pero sí algunos singles en agenda. "Estoy probando distintas cosas y buscando un sonido. Éste sigue, más o menos, en proceso, probando. Aún no me he vuelto a instalar (para hacer música), pero quiero seguir trabajando en canciones que tengo en carpeta. Hay varias ideas dando vueltas", explica quien esta tarde se acompañará con Marcelo Díaz en percusión y Mauricio Melo en bajo.

"No olvido porque" estará disponible hasta fin de mes en Artistas del Acero

Instalación visual y sonora problematiza en torno al femicidio presente en Chile

La muestra es un trabajo de la performer Lorena Muñoz y la escritora Amanda Varín, quienes abordan la violencia contra la mujer a 50 años del golpe militar.
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Abordando problemáticas como el femicidio, lesbofemicidio y la impunidad; la instalación visual y sonora "No olvido porque" estará disponible hasta el 31 de marzo en Artistas del Acero.

La muestra consta de 800 pañuelos blancos, que portan escritos los nombres y comunas de cada una de las mujeres ausentes.

En paralelo a la acción, un circuito susurrante de voces las nombra en una envolvente lectura poética que se activa al caminar. A estos recursos, se agrega la resignificación de la imagen del pañuelo como un ícono de la lucha de las mujeres latinoamericanas ante la desaparición forzada, aludiendo así al imaginario nacional de la cueca sola.

La propuesta es una cocreación de la artista visual y performer Lorena Muñoz, junto a la poeta activista Amanda Varín, y la curadoría de Alejandra Villarroel.

Sobre las reflexiones en torno a la muestra, sus autoras aseguran que es lacerante la cultura de violencias. "En el caso de Chile se establece de modo estructural hace ya medio siglo, con el golpe cívico militar y se profundiza hasta hoy, bajo una narrativa de progreso neoliberal, que tiene a la cosificación como metodología, para degradar, desproteger y llevar a la condición de desecho los cuerpos de niñas, mujeres y disidencias sexuales", comentan.

A través de estos recursos, las artistas hacen de las artes mediales el instrumento comunicativo, para contribuir a la construcción de una voz colectiva contra el olvido. "Mediante la intertextualidad con el pañuelo blanco como dispositivo de memoria y la evocación sonora de las que ya no están, se plantea una perspectiva crítica respecto de la violencia de género, el Estado y la impunidad. Escenario en el que el acto íntimo de recordar se transforma en un rito de memorias colectivas y, allí, en esas memorias, somos imposibles de dominar", apuntaron.

Una de las particularidades de "No olvido porque" es la incorporación y homenaje de diversas comunidades de mujeres ligadas al activismo, investigación, educación, el feminismo comunitario, la justicia y el arte, entro otros.

Ellas fueron invitadas a una instancia de mediación realizada el pasado 3 de marzo en la Sala 100 de la entidad ubicada en O'Higgins 1255. El objetivo fue propiciar la exploración colectiva del lenguaje poético sonoro y performático, respondiendo a la pregunta ¿por qué no olvido? en un proceso creativo espontáneo. El resultado hace parte de la octofonía creada por Varín a partir del registro de las voces.

El equipo detrás de la muestra también abre el espacio para mediación durante el transcurso de la muestra. Las comunidades educativas, feministas e interesadas en agendar encuentros con las artistas y visitas guiadas, escribir a noolvidopq@gmail.com.