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Instancia de carácter internacional

FTB 2023: la intensa agenda que tendrá un festival para todo el año

En esta ocasión, la organización del Festival de Teatro del Biobío realizará talleres, charlas, encuentros, radioteatros y funciones escénicas audiovisuales para audiencias, que van desde los niños a los adultos mayores.
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Por Sebastián Grant Del Río

Programaciones como la presente, para todo el año, indican que Concepción es una ciudad de intenso ritmo cultural, como para armar una agenda de actividades artísticas frente a escenarios y lugares copados.

Con el foco puesto en ese plano, la organización del Festival Internacional de Teatro del Biobío (FTB) trae consigo un plan cargado, entre marzo y noviembre próximo, para conmemorar el aniversario número 14 de la iniciativa fundada en 2010.

El año lo parten con actividades en torno a ciclos formativos que, en el paso de los meses, dará lugar a encuentros y funciones del ámbito escénico, en sus más variadas formas, desde lo propiamente teatral hasta lo cinematográfico.

"Efectivamente, por la realización de la 14 versión en noviembre del Festival de Teatro del Biobío vamos a estar muy enfocados en Concepción, pero al mismo tiempo la organización tiene una extensión territorial en toda la región, en las tres provincias. Todos los ciclos y actividades pensadas para este 2023 contempla gran parte de espacios, comunidades, establecimientos educacionales de distintas comunas del Biobío", explica Muriel Miranda, directora ejecutiva del evento desde su partida.

Como parte de este inicio, se encuentra abierta la convocatoria para dos de los seis talleres del IV Ciclo de Formación, que organiza desde 2020 Grupo FTB, actividades formativas que se extenderán hasta el mes de mayo.

"Pero circulación de obras por la región, para diferentes públicos, radioteatros y espectáculos de gran nivel durante todo el año", acotan desde la producción de la instancia financiada nuevamente por el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC) del ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio.

Al respecto, Miranda remarca que les encantaría que "se acabara la eterna postulación a fondos, eso agota bastante en 14 años de competir por financiamiento".

-Se puede pensar así, mal que mal, llevan más de una década en acción.

-Ya desde hace hartos años que el festival se fue transformando y fuimos distribuyendo actividades formativas, artísticas y de mediación durante todo el año. En el caso de los 14 años sentimos que estamos consolidando diferentes ciclos que apuntan a entregar herramientas en formación, también fomentar la circulación y difusión de obras por comunas; creación y difusión de radioteatros, piezas audiovisuales y el Festival en sus distintas versiones. Y en estos 14 años es fundamental la relación con el territorio y distintas audiencias, sobre todo, después de la pandemia. Nos interesa seguir trabajando y acercándonos a las personas.

De itinerarios y más

Desde el FTB contaron que en éste y el mes de mayo se realizarán todas las actividades formativas. El ciclo brindará capacitaciones prácticas, teóricas y de laboratorio. "Se ofrecen para comenzar y con convocatoria abierta: un laboratorio de acompañamiento dramatúrgico online con un 50% de cupos para la región", el que será impartido por la dramaturga Marcia Césped Laplechade y su colega Bosco Cayo.

Relevan en este marco, es que en mayo se realizarán talleres destinados específicamente a público adulto y de la tercera edad como es el Taller de Poesía y el Taller de actuación "Memorias fluviales", a cargo de Paula Aros Gho, quien se ha convertido en una experta en cursos de creación con la ciudadanía a lo largo del país.

"La idea de trabajar con adultos mayores nace de una interrogante a lo que -sobre todo- estaba pasando en la pandemia y cómo cierto grupos aparecieron como muy vulnerables, y muy abandonados por parte del Estado, los privados, la sociedad en general: niños, niñas y adultos mayores", apunta Camila Provoste, productora del área.

Por lo mismo, dice, buscan generar un espacio de encuentro y trabajo frente a la salud mental.

"Muchas de las personas de tercera edad no tenían con quién relacionarse y mucha falta de comunicación con pares. Nos dimos cuenta que nosotros podíamos ser una puerta de salida a emociones restringidas que la pandemia estaba trayendo consigo", indica la representante sobre esta apuesta que surge en 2020, y que continuaron durante 2021 y 2022. "Esos años se adaptaron a modalidad presencial y virtual y que fue ampliando la fidelización de este publico objetivo", agrega.

"El ciclo de otoño" del FTB contempla una circulación de propuesta por tres comunas: Arauco, Nacimiento y Los Ángeles.

Se contempla "Häpe", del colectivo del mismo nombre, que trata sobre los últimos descendientes de un pueblo perdido en la Patagonia. También se incluye la exhibición del cortometraje chileno "Bestia" de Hugo Covarrubias, nominado al Oscar y ganador de 87 premios internacionales a la fecha. "Y dentro de esta etapa se incluirá por primera vez, una convocatoria para una propuesta de artes escénicas de narración oral regional, dirigida a niños y niñas, para presentarse en establecimientos educacionales", adelantan desde el festival.

En invierno, en agosto, vienen las "Frecuencias teatrales", 30 emisiones de radioteatros, en emisoras de seis comunas: Nacimiento, Arauco, Concepción, Los Ángeles y Tomé.

Para cerrar, en noviembre se hace la XIV versión del Festival, en forma presencial, con nueve obras, principalmente, de teatro. "Seis ya fueron seleccionadas por su enfoque en temáticas de género, disidencias, crímenes lesbofóbicos y marginalidad", cuentan.

Comentario de Literatura

Poesía latinoamericana en el Día Internacional de la Mujer

Una serie de poetas sintieron en las letras un llamado a sentirse plenas, mientras la sociedad prefería callarlas.
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Profesor de Literatura Ufro

Juana de Asbaje se llama una joven mexicana que nació el 12 de noviembre de 1651 en San Miguel Nepantla, en una hacienda ubicada al pie de unos volcanes.

En un texto autobiográfico, cuenta que su amor por las letras se dio "desde que me rayó la primera luz de la razón" y que, a la edad de tres años, oyendo las lecciones que daban a su hermana aprendió a leer.

A los 12 fue enviada a Ciudad de México, a vivir con su tía materna, María Ramírez, quien gozaba de influencia en la corte del virreinato. Brillaba ahí por su erudición, su viva inteligencia y la calidad de su poesía, pero decidió tomar los hábitos.

Sus razones fueron: "éntreme a religiosa, porque quiero vivir sola; no deseo tener ocupación obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros".

De ahí en adelante será conocida como Sor Juan Inés de la Cruz, una de las cumbres de la poesía en lengua española.

Autora de libros muy bellos y, además, enormemente transgresivos. "Primero sueño", una obra mayor, es un viaje del alma por los cielos, pero no aparece Dios.

Más escandalosos aún son los versos de amor que dedica a la virreina. Ante las críticas severas respondió: "Es que soy tan poeta".

En el tiempo

Si avanzamos un tiempo nos encontramos con el modernismo, fines del XIX y principios del XX.

Allí encontramos a la uruguaya Delmira Agustini. Sobre ella Rubén Darío escribió: "De todas las mujeres que hoy escriben en verso ninguna ha impresionado mi ánimo como Delmira... Dice cosas exquisitas que nunca se han dicho".

Entre esas cosas exquisitas leemos: "La seda es un pecado, el desnudo es celeste; y es un cuerpo mullido, un diván de delicia".

Palabras que caracterizan su obra marcada por el erotismo y el deseo. Erotismo y deseo que le atrajo la condena social.

Quizás por eso mismo, por evitar la condena, otra poeta rioplatense de los años 60, la argentina Alejandra Pizarnik se sumió en un pozo negro de represión, al punto que alguna vez escribió: "Alejandra, Alejandra, debajo estoy yo, Alejandra".

Estas líneas nos conmueven absolutamente: ¿cuántas veces las mujeres callan por temor? Sin embargo, las poetas insisten, resisten en una escritura marcada por la unión entre cuerpo y espíritu.

La peruana Blanca Varela lo dice con todas sus letras ya en 1970: "El poema es mi cuerpo. Esto es la poesía, la carne fatigada/ el sueño el sol, atravesando desiertos".

Para el caso de Alfonsina Storni, contemporánea de Pizarnik, esos desiertos fueron las arenas de Mar del Plata, las que, tras enterarse del cáncer que sufría, cruzó hasta internarse en el oleaje.

Así nos lo recuerda Mercedes Sosa en "Alfonsina y el mar": "Por la blanda arena que lame el mar, su pequeña huella no vuelve más. Un sendero solo de pena y silencio llegó".

Pero no sólo Storni sufrió el horror. A Sor Juana Inés de la Cruz un obispo, de cuyo nombre nadie quiere acordarse, le prohibió escribir, la condenó al ostracismo.

La obligó a deshacerse de sus libros, que ella leía en griego y latín. Delmira Agustini fue asesinada por su ex marido a la edad de 28 años. Alejandra Pizarnik tomó una sobredosis de seconal.

Vidas trágicas. También la de Teresa Wilms Montt, chilena que murió sola en un hospital París y que nos dejó estos versos temibles que -quizás- resumen lo que todas ellas enfrentaron: "Soy Teresa Wilms Montt/ y aunque nací cien años antes que tú/ mi vida no fue tan distinta a la tuya/ Yo también tuve el privilegio de ser mujer…/ Es difícil ser mujer en este mundo... Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo…/ Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad/ Cuando me amaban sin amor, yo di más amor/ Cuando trataron de callarme, grité/ Cuando me golpearon, contesté/ Fui crucificada, muerta y sepultada/ por mi familia y la sociedad/ Nací cien años antes que tú/ sin embargo te veo igual a mí". Este texto fue publicado en 1923, hace 100 años.

¿Cuántas veces las mujeres callan por temor? Pero las poetas insisten, resisten en una escritura marcada por la unión entre cuerpo y espíritu.