El rol del aeropuerto Carriel Sur de Talcahuano en el combate a los incendios
Destacan su ubicación, que permite el despliegue aéreo hacia Ñuble y La Araucanía con facilidad. Además, cuenta con todos los servicios instalados para que los equipos puedan cargar agua y combustible previo a salir al sobrevuelo.
Por Estefany Cisternas Bastías
El aeropuerto Carriel Sur de Talcahuano se convirtió en un componente fundamental a la hora de combatir los incendios durante este febrero y no solo en la Región del Biobío, también en Ñuble y La Araucanía.
En sus pistas han operado tres aviones tanqueros: el avión Ten Tanker, con una capacidad de 36 mil litros de agua; el Aero Tanker Erickson, de 11.500 litros y un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Brasileña, con alrededor de 10 mil litros de capacidad. Se le suma además helicópteros de mayor envergadura, conocidos como Chinook, y aviones de menor tonelaje.
La evaluación de la operatividad del aeropuerto es destacada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), resaltan el accionar y la facilitación que se ha otorgado en la extinción de los incendios, considerando los márgenes de la institución por mantener operaciones seguras en el espacio aéreo y en los aeródromos.
¿Por qué Carriel Sur?
Desde la DGAC explican que se escoge a Carriel Sur porque es una "unidad aeroportuaria que se encuentra en el centro de las zonas afectadas por los incendios, cuenta con la mayoría de los servicios ya instalados para que operen aeronaves de menor y mayor envergadura".
Lo anterior permite que los tiempos de reacción y de desplazamiento hasta las localidades afectadas sea menor. Debido a catástrofes anteriores, estaban preparados para afrontar de mejor forma la emergencia.
"Carriel Sur es un aeropuerto muy importante a nivel nacional por todas sus capacidades, por la extensión de su pista e infraestructura disponible. Por ello hemos dispuesto que esta dependencia sea la base operativa para las naves mayores que están atacando los incendios", destaca el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García.
Dinámica de operación
El trabajo de los aviones ha funcionado bajo la estrecha coordinación de la Dirección Aeronáutica Civil y MOP, junto con Bomberos y Conaf. Se ha establecido un acopio de agua, de manera que los aviones puedan cargarse lo más rápido posible. Y con Essbio se logró entregar presión adicional en ese sector, para así facilitar la labor de bomberos en la carga de los diferentes estanques.
Previamente a las operaciones aéreas, se determina el uso de frecuencias, la activación de los apoyos terrestres y el ente coordinador a cargo de las distintas empresas involucradas en la extinción de los incendios forestales.
La rutina diaria comienza con el reporte a los integrantes del aeródromo y de las empresas involucradas, se visualiza si existen condiciones nuevas o si se aplican las directrices previamente consensuadas.
Cada mañana se chequea si hay nubosidad que impida a las naves operar y se analizan los incendios que presenten mayor requerimiento, como aquellos con Alerta Roja, con amenaza a viviendas o cercanos a parques nacionales.
"A nosotros nos asignan un incendio que requiera estos recursos y se despachan las aeronaves juntas. Antes de que lleguen estas naves se despacha un avión líder de la Fuerza Aérea, el que hace un reconocimiento del lugar y le traza el ingreso a la aeronave", contextualiza Claudio García, encargado de Operaciones Aéreas del Biobío.
Cuentan con fuentes de agua al interior del aeródromo en distintos puntos designados para estas aeronaves, cuya logística de reabastecimiento coordinado por Conaf, con el apoyo directo de Bomberos.
Las operaciones duran un máximo de 8 horas de vuelo efectivas, aunque los pilotos pueden ejercer un periodo de servicio mayor a estas horas. Las naves se deben detener en algún momento para obtener combustible o para la realización de cargas de agua.
Modificación
Efectivamente, los incendios han generado cambios en las rutinas usuales de la actividad aérea, estas condiciones se ven en el incremento de operaciones, pero también en el tener que trabajar con naves de diversas características, lo que implica ajustar los tiempos de los vuelos comerciales permitiendo el trabajo aéreo en la emergencia.
Por ello, la DGAC destaca las labores efectuadas gracias a que cuentan "con personal especializado en las áreas de Control de tránsito aéreo, de Salvamento y extinción de incendios y de Seguridad aeroportuaria, que han puesto todos sus conocimientos para facilitar el desarrollo de la actividad de los operadores aéreos".
8 horas máximas de vuelo tienen las aeronaves, el ideal es que se detengan a cargar combustible después de ese periodo.