"Las democracias liberales están en crisis, se necesita un cambio estructural"
Aunque considera que la negociación "ha demorado más de la cuenta", el diputado que usa como pijama una polera con la cara de Lula cree que "el próximo año vamos a poder darle a Chile una nueva Constitución.
El diputado hace unos días asumió el liderazgo del partido creado por el Presidente Gabriel Boric, por lo que hablar con Diego Ibáñez es un viaje a las profundidades de La Moneda, ya que además se ha perfilado como el interlocutor entre Palacio y las tiendas políticas que debaten por la nueva Constitución.
"El Gobierno tiene un 40%, como oficialismo, en la Cámara de Diputados, y menos de la mitad en el Senado. Eso implica que el programa que se quiere implementar tiene que ser dialogado con quien no piensa como tú. Yo no creo que eso sea, en ningún caso, renunciar a tus ideas. Son los vaivenes de la política que te imponen construir una mayoría que el pueblo chileno decidió en el Congreso, y tú tienes que respetar. Ahí, bienvenida la audacia para convencer al otro y también para dejarse convencer: en ello nos jugamos el éxito de estos cuatro años", dice el legislador mientras sonríe -nunca deja de hacerlo -y por la cámara del computador muestra la vista desde su casa, en Quilpué, Región de Valparaíso, donde lee al psicoanalista Jacques Lacan y juega con su perrita Ela.
-En ese ánimo de construir mayorías, usted ha sido relevante en el diálogo entre Ejecutivo y líderes de partidos políticos en el exCongreso, reunidos por la nueva Constitución. ¿Cómo cree que van a terminar esas negociaciones?
-Creo que han demorado más de la cuenta. Son negociaciones que necesitan partir no desde cuánto me ofreces y cuánto te ofrezco, sino que después de los tiempos tumultuosos que pasaron necesitan partir desde otra pregunta: ¿cuál es el Chile que queremos construir? Independiente de la vereda ideológica en la que estemos. Me he llevado la sorpresa de que hay una parte de la derecha que reconoce esos dolores del estallido social, reconoce que el modelo de crecimiento económico y de subsidiariedad no resuelve los problemas centrales que hoy aquejan a la familia chilena, de ahí que es muy importante reconocer que hay una derecha que está dispuesta atrás el Estado subsidiario y de crear una Constitución que permita a las distintas fuerzas políticas, independiente de su ideología, poder desarrollar su programa de Gobierno. Creo que eso, ese ánimo, sin una negociación que parte de esa base… Tengo toda la esperanza de que el próximo año vamos a poder darle a Chile una nueva Constitución.
-También se ha hablado de lo que significa llegar a los 50 años del 11 de septiembre con la Carta escrita durante el régimen.
-El mundo político necesita actualizar su estructura para ponerse a la altura de los desafíos de los nuevos tiempos, no sólo lo que vivimos en octubre de 2019, (porque) lo que pasó en Chile también pasó en la primavera árabe (donde irrumpió Isis), con los chalecos amarillos en Francia, con las protestas que persiguieron a (Gustavo) Petro (en Colombia), lo que pasó en España con los indignados: son estallidos sociales que se provocan porque las democracias liberales están en crisis, y no se pueden actualizar a los nuevos desafíos que empuja el mundo moderno, por lo que se necesita un cambio estructural, ya no basta con maquillajes. Que haya ganado el Rechazo tampoco implica que haya que enamorarse de los últimos 30 años, hay otros factores que profundizaron la incertidumbre y provocaron ese resultado, como las bajas pensiones, los muertos (que continúan) en las listas de espera, la falta del derecho al agua. Son dolores que se siguen sintiendo con fuerza y si no se resuelven rápidamente por la vía constitucional, vamos a hacer que la historia se repita.
-En los diálogos constitucionales se ha visto cercano al timonel de la UDI, Javier Macaya.
-Javier es una persona, pese a que somos de ideas muy distintas, que está tomando el peso a la situación. Y también hay otra derecha que se encierra en su burbuja, muy de élite, muy conservadora, que se está replicando en muchos lados, por eso es importante la derrota de (Jair) Bolsonaro (en Brasil) ya que da una pauta de acción al resto de los países: dejar atrás este populismo que quiere mantener el statu quo e ir individualizando a las sociedades, en esa derecha veo una falta de empatía brutal con la mayoría de las familias chilenas. Espero que la mayoría de Chile Vamos no se deje tentar por estos caminos populistas y podamos construir un eje democrático que defienda las transformaciones.
-Hace unos días el presidente del PC, Guillermo Teillier, salió ofuscado del ex Congreso y usted intentó restablecer la conversación, pero al final no se logró. ¿Qué piensan hacer frente a hechos como este?
-Hay matices que son naturales en política y frente a eso uno tiene dos opciones: profundizar la diferencia o construir un puente. En un momento donde cada sector político le habla a sus propias audiencias para sostenerse con vida, creo que la mayor rebeldía frente a esa política es construir puentes y mantenerlos estables, no dejar que se rompan.
-Que es lo que estamos mirando en las encuestas.
-Totalmente. Creo que las encuestas responden a algo que no miden las encuestas, que es la coyuntura de crisis económicas tras la pandemia, junto a la falta de credibilidad en las estructuras institucionales, y que el Gobierno se incrusta en esta coyuntura que debe sortear, además, con un proceso constituyente que aumenta los grados de incertidumbre, entonces en este cóctel toda la política, de derecha y de izquierda, se ve deslegitimada. (…) Todos tenemos el desafío de construir puentes y dar razones para confiar. Cuando queremos recaudar más porque hay una desigualdad brutal y se aprueba una reforma tributaria, damos razones para confiar.
-¿Es Lula da Silva quien está en su polera?
-Es mi pijama, por si acaso (ríe). Es la polera que venden en la calle. Me la trajo un amigo y me queda muy bien de pijama. Qué vergüenza.
-¿Qué diría un psicoanalista sobre que tenga a sus referentes de pijama?
-A propósito: estoy leyendo a Jacques Lacan, sobre los procesos de subjetivación neoliberal; a Mariana Mazzucato, a propósito de la crisis económica en Chile. También referentes españoles como Íñigo Errejón, con quien hemos tenido conversaciones muy interesantes sobre los procesos de cambio en Latinoamérica; y la feminista Clara Serra, que ayuda a ir pensando nuevas masculinidades para un ciclo de los movimientos de mujeres que se vienen, que también son responsabilidad de los hombres.
-¿Usted se considera deconstruido?
-(Ríe) creo que ningún hombre se puede considerar deconstruido, sino que siempre en permanente proceso de revisión personal.