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-¿Y cómo fue?
-Recordaban más o menos lo mismo. Por supuesto que había diferencias pero no eran diferencias sustantivas, lo central estaba. Por ejemplo, mi papá era un sargento, todos recordaban eso. Cuando uno escribe este tipo de libro muchas familias se rompen y se pelean.
-Es difícil unificar un relato entre tantas voces.
-Esta es mi versión, no la de mis hermanos.
El último ron
-El final de Norman Mailer es bastante triste, bien hondo. ¿Cómo fue ver a esta bestia de la escritura convertido en un trapito?
-La muerte de mi papá me quedó grabada en piedra. Al final nos tomamos todos juntos alrededor de mi papá un ron con jugo de naranja. Él también brindó así por última vez.
-Este hombre, ¿por qué fue tan así? ¿Tan descomunal?
-No te lo puedo responder rápidamente pero voy a tratar. Tuvo una madre que lo adoraba. Yo creo que es muy importante cuando tu madre te ama como ella amaba a mi papá, porque te da seguridad. Lo amaba como una "Idishe mame", como una mamá judía ama a su hijo hombre, ella era así.
-¿Cómo los aman?
-Como a un pequeño Dios. Es así, en la cultura judía los hijos hombres son adorados porque van a ser médicos o abogados o rabinos. Van a ser muy inteligentes o incluso genios. Esa tradición es casi un chiste dentro de la religión. Norman tuvo eso: una madre que protegió a todos. Tuvo a muchas mujeres alrededor: tías, hermana, primas. Y todas lo adoraron y pensaron que él era lo máximo. Que iba a ser un genio, que haría algo maravilloso.
-Y fue escritor, a pesar de que también estudió ingeniería aeroespacial.
-Mi padre decidió ser escritor cuando tenía 19 años, que fue cuando conoció a mi mamá. Decidió que no iba a ser ni ingeniero ni iba a ser médico ni abogado, iba a ser escritor y él sabía que sería un gran escritor, porque tenía esa seguridad de la madre. Entró al ejército como soldado raso, pudiendo haber sido oficial, porque quería conocer el ejercito desde dentro. Ahí obtuvo todo el material que necesitó para escribir su primera novela: "Los desnudos y los muertos". Para muchos esa es la gran novela del Siglo XX sobre la Segunda Guerra Mundial. Con eso él se hizo famoso a los 25 años.
-¡A los 25!
-Dejó de ser un personaje anónimo y se convirtió en un personaje público. Tuvo una especie de disociación, de despersonalización: "Ese Norman, ese Norman Mailer de que hablan ese soy yo". Él lo escribe en alguna parte. Y se fue apoderando de ese personaje. Era como un rockstar. Íbamos al cine y le decían: "Oye, ¿tu eres Norman Mailer?" No supo qué hacer con la fama. Estuvo muy mal, muy desorientado, se divorciaron con mi mamá. Ahí empezó a ir experimentando en todos los lugares donde podía experimentar. Yo nunca conocí a una persona que tuviera su energía. Tal vez alguien diría que era bipolar.
-¿Tú qué piensas?
-Podría ser. Él podía estar escribiendo tres cosas al mismo tiempo, hacer películas. Hizo varias, todas malas pero él las pensó, él era el actor principal, dirigía, distribuía, hizo la publicidad. Hizo política, tuvo seis esposas, nueve hijos, nos juntaba a todos en los veranos y seguía escribiendo. Escribir siembre fue lo más importante. Lo primero. Lo único.