Los parques y plazas son los lugares notables de una ciudad. Son los espacios donde los niños y niñas comparten y construyen recuerdos imborrables de su infancia, son lugares donde las familias se conocen, las parejas se enamoran y los ancianos rompen la monotonía de su prolongada soledad. Es por esto que la calidad de vida de las ciudades se mide en todo el mundo por la cantidad y calidad de sus parques y plazas. Estos lugares son una pausa al estrés de la vida urbana, un pequeño relicto de naturaleza en plena ciudad mineral y ruidosa, son lugares para practicar el ocio sin remordimientos, el deporte sin ser profesional, hacer las travesuras de infancia sin reto de los padres y todo ello en forma gratuita.
No hay duda alguna que para tener mejores ciudades es necesario tener más y mejores parques. Nuestra intercomuna cuenta con importantes parques, pero están aún lejos de ser suficientes para las necesidades de sus habitantes. En efecto, el Gran Concepción cuenta actualmente con 4,23 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, un registro todavía bajo si lo comparamos con el estándar nacional definido por el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), que recomienda 10 metros cuadrados por habitante.
Sin embargo, el Gobierno Regional y la Universidad del Bío-Bío firmaron recientemente un esperanzador convenio para transformar el campus universitario de Avenida Collao en un parque urbano. Esto significa rediseñar y habilitar las más de 25 hectáreas de este recinto en un lugar no solo bello para estudiar y trabajar, sino también para el disfrute de todos los habitantes del Gran Concepción y, especialmente, para los vecinos que la rodean.
Este importante proyecto confirma el primer lugar de Concepción en el podio nacional de las ciudades con más campus universitarios abiertos a la ciudadanía (Universidad de Concepción y Universidad del Bío-Bío), lo que es una notable muestra del sello educativo, democrático y urbano de la ciudad, que debe ser cuidado y valorado por todas y todos. De igual modo, sería más notable aún si otras universidades del Gran Concepción siguieran este camino, no solo para reforzar la vocación de ciudad universitaria de campus abiertos, sino también para reducir el déficit de parques urbanos que mejorarían la calidad de vida de sus habitantes.