Concepción y Talcahuano preparan actividades en torno al mes por la despatologización Trans
SS Talcahuano fue pionero en la región en implementar un protocolo de atención que respete los derechos. A pesar de los avances, representantes locales reconocen aún falencias en materia de identidad de género.
Octubre es un mes que se tiñe de rosa y celeste en conmemoración del Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans por lo que organizaciones relacionadas a la comunidad generarán estas semanas diversas actividades para visibilizar una lucha que dio sus primeros pasos en 2018, con la eliminación de la transexualidad como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades.
En Chile ese mismo año fue promulgada la Ley de Identidad de Género, que reconoce, en su artículo 5° el principio de la no patologización, el cual garantiza "el derecho de toda persona trans a no ser tratada como enferma". De esta forma se busca evitar la estigmatización y discriminación de quienes cuya identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer.
Desde la Región del Biobío, el avance en esta materia comenzó en 2012 con la creación del "Protocolo de Atención y Derivación para usuarios/rias trans" impulsado por el Servicio de Salud (SS) Talcahuano, siendo pioneros en el país.
Mireya Fernández, encargada de la Mesa de Participación en Salud Trans del SS Talcahuano, explicó que este protocolo se basó en la Circular 21, mandatada por el Ministerio de Salud, estableciendo como principal objetivo "garantizar la atención de las personas trans en nuestras redes de salud y asegurar que tengan un trato en el marco de derecho, respetando su nombre social -con el que se identifica independiente de su nombre legal inscrito en el Registro Civil- e identidad de género", explicó la asesora de Satisfacción Usuaria.
En concreto, lo que permite este protocolo es que "las personas trans pueden ser derivadas desde sus centros de atención de salud primaria, hasta el Hospital Higueras que es donde funciona el policlínico con distintos especialistas y las distintas prestaciones que se requieren para su atención de salud", explicó Fernández.
Eso sí, reconoció que, al no existir una atención específica en todos los Servicios de Salud, "muchas personas quieren y necesitan atenderse acá. Hay quienes incluso se cambian de comuna para poder ser derivadas a nuestro policlínico", precisó.
Deudas pendientes
Laura Jerez, encargada de la Oficina de Diversidad y no Discriminación de la Municipalidad de Concepción, desde donde se han organizado gran parte de las actividades organizadas para este mes (ver recuadro), indicó que actualmente "se conformó una mesa nacional de salud trans para que se pueda crear un programa que pueda tener recursos y estándares unificados para todos los hospitales a nivel nacional", contó, y agregó que esto es una de las grandes deudas, un protocolo a nivel país que establezca lineamientos para todos los centros de salud.
Esto, sobre todo "pensando en que personas trans desde la niñez van a necesitar atención que tengan un enfoque afirmativo para que no se vuelvan a encontrar con profesionales que les pidan diagnósticos psicológicos, psiquiátricos, o que les pudiesen indicar que la identidad de género correspondería a alguna patología", precisó Jerez.
Javi Orellana, quien encabeza la coordinación de Colectiva Transforma -organización trans de Concepción más importante del sur de Chile- indicó que, si bien se han generado cambios buenos en la legislación chilena, "creo que la mayor falencia de la Ley es que es para personas mayores de 14 años. Entones la deuda es para todas las niñeces, porque no tienen cómo hacer su cambio de nombre a menos que se haga en tribunales civiles, pero cuesta mucha más", indicó Orellana, que comentó que en esos casos "también la implementación del programa de acompañamiento ha sido muy lenta".
También, agregó, "hay mucha desprotección hacia las adolescencias y niñeces trans. Además de la otra gran falencia es que no se incluye a las personas no binarias" puntualizó, ya que la actual legislación omite las identidades que se escapan del modelo binario de género, como es su caso.
"Yo no he cambiado mi nombre y no lo haré hasta que no exista esta regulación, porque me estaría cambiando de una identidad que no me identifica a otra que tampoco lo hace", concluyó Orellana.