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Solución definitiva podría tardar dos años más

La reubicación de la escuela de Colcura que mantiene a sus alumnos en un módulo

Apoderados y docentes del recinto educacional se han manifestado por las pésimas condiciones bajo las cuales deben estudiar los niños. Se acordó con las autoridades mantener las clases remotas hasta que se realicen reparaciones por el momento.
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Por Carlos Ipinza Muñoz

En las últimas semanas quedó de manifiesto las precarias condiciones en las que se encuentran los alumnos de la Escuela Valle Colcura, que hace siete años se encuentran estudiando en una infraestructura modular, esto luego de que los apoderados y docentes se manifestaron con cortes de carretera en la comuna de Lota para dejar claro su molestar.

Pero esta lucha se remonta al año 1960, cuando el recinto educacional era conocido en ese entonces como la "Escuela 18" que comenzó a desarrollar sus actividades en una antigua casa ubicada en el sector de la desembocadura del Río Negro.

En esa época, se impartían clases a cursos desde 1° a 6° básico de carácter rural pero que, con el aumento de la población por la creación de la Empresa Maderera Forestal Colcura S.A, se hizo necesario disponer de un establecimiento más amplio y fue entonces que se trasladó la escuela hasta el sector centro de la población.

En 1990, con el retorno a la democracia y con la esperada Reforma Educacional Chilena, el colegio logró ampliar su oferta educacional e incluyó los cursos de 7° y 8° básico y pasó a depender de la Ilustre Municipalidad de Lota.

Ese mismo año se hizo entrega de unos terrenos frente a la población y cercanos a la Ruta 160, donde se mantuvieron hasta el 2015 ya que, por obras del Ministerio de Obras y Urbanismo, esta carretera se convirtió en una autopista de alto flujo que forzó a reubicar nuevamente la escuela.

Larga espera

Así, en marzo del 2016 comenzó la última de las pesadillas para la comunidad de la Escuela Valle Colcura, ya que desde ese entonces se han tenido que adaptar a los nuevos espacios en una condición de escuela modular con promesas de que se tendría una escuela definitiva prontamente.

Tras 7 años de espera por parte de la comunidad educativa, las necesidades cada vez eran más grandes y la condición de la escuela modular iba empeorando al no estar adaptada correctamente.

Puertas deterioradas, heces de paloma, ratones y constantes filtraciones por las precipitaciones son algunas de las situaciones que han tenido que soportar los niños durante largos años.

Una realidad que la comunidad educativa decidió no aguantar más, llevándolos a cortar la Ruta 160, a la altura del kilómetro 35, el pasado 17 de agosto exigiendo entre varios puntos, un protocolo que establezca dónde y cuándo se iniciará la construcción del lugar definitivo.

Maricel Santibáñez, vocera de los apoderados de la Escuela Valle Colcura, contó que la gota que rebalsó el vaso fue la exigencia de las autoridades educacionales de empezar a realizar la jornada escolar completa en el recinto.

"Esto significa que debía ser desde las 8:30 hasta las 15:45 de la tarde, nuestro colegio con la cantidad de tiempo que lleva deteriorado no está dando abasto para lo que se nos pide. Tenemos 170 alumnos y el colegio modular era apto para 80 niños, en total entre personal y estudiantes somos 220 personas en un espacio muy pequeño", detalló la vocera.

Pésimas condiciones

La realidad del colegio es tan deprimente, según Santibáñez, que los niños salen estresados de clases y solo quieren regresar a sus casas.

"Ya no pueden jugar como en otros colegios donde tienen los espacios para correr y realizar actividades, aquí las condiciones nos mantienen alerta de que no se vayan a caer o a tener un accidente", contó.

Peor aún es intentar ir al baño, ya que solo hay cuatro cubículos medianamente aptos para niños y niñas, pero que conforma una larga fila durante los recreos por lo que no todos logran acudir.

"Hay niños que no van al baño durante toda la mañana. Hicimos un listado de niños con cistitis, con problemas de nefritis, niños que llegan con vómitos a sus casas y que cada vez son más casos los que se suman a medida que se nos acercan los apoderados", contó Santibáñez.

Actualmente la escuela modular cuenta con ocho salas destinadas a cada curso, hay cuatro baños que se rebalsan reiteradas veces y a la hora de almuerzo se les entrega a los cursos menores una bandeja para que coman en la misma sala, ya que en el container donde suelen almorzar los cursos mayores no hay capacidad.

Al no tener respuesta por parte de las autoridades regionales, Maricel junto a una comitiva de la escuela llegaron hasta Santiago el pasado 22 de agosto para conversar con el Subsecretario de Educación, Nicolás Cataldo, con quien lograron conseguir recursos para avanzar en los petitorios del colegio.

De igual forma se reunieron con el municipio de Lota, quienes prometieron realizar mejoras en los baños y otros puntos del petitorio, pero que la realidad de una escuela definitiva es un proceso que se deberá mantener en espera por otros dos años más.

A la fecha, la vocera fue enfática en que los niños se mantendrán con clases remotas hasta que las condiciones permitan un retorno seguro.

170 son los alumnos que tiene actualmente dentro de su matrícula el establecimiento educacional.

Directora de Dideco publicó críticas a vecinos que votaron Rechazo y pedían ayuda del municipio

Alcaldesa de Curanilahue se disculpó por dichos de funcionaria

A través de Facebook, la jefa comunal Alejandra Burgos, le entregó su respaldo a la funcionaria y pidió que no se usara este error de forma política.
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A través de su cuenta personal de Instagram, la directora de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la Municipalidad de Curanilahue, Alondra Jarpa, escribió "mi cara cuando comienzo a leer cartas de los vecinos y vecinas mendigando justicia social y pienso que hace dos días pudieron haber mejorado la base de todo. Esto está tan mal(...) pero no podemos ayudar a quien no entiende cómo ser ayudado".

Las publicaciones las compartió tras el triunfo de la opción Rechazo al texto constitucional que despachó la Convención el pasado domingo.

Sus declaraciones provocaron un rechazo transversal en distintos actores locales, sobre todo, porque consideraron que se estaba condicionando la entrega de ayuda desde la dirección municipal a los vecinos, dependiendo de su opción política.

Cuando la publicación se viralizó en redes sociales, Jarpa publicó un texto con disculpas y que decía: "Asumo toda la responsabilidad de cada una de mis palabras. Y sí, es triste estar en un puesto tan importante, leer cada una de las demandas de una comunidad, saber que las ayudas son tan limitadas y que sólo son momentáneas; porque el trabajo para mejorar las condiciones dignas de todas y todos se demora mucho más tiempo".

Agregó que "sobre todo ahora cuando la democracia decidió no dar un importante paso, pero deseo con toda la esperanza de que siquiera algunos de ellos, de esos anhelos y derechos mínimos, se concreten algún día y pronto. Había pasado demasiado desapercibida ya, tenía que llegar mi momento".

Municipio

A través de una transmisión vía Facebook que se extendió por 5 minutos con 8 segundos, la alcaldesa Alejandra Burgos, acompañada de su equipo de trabajo, respondió a la situación.

"Quiero decir, con mucha fuerza, que lamentamos por las personas que se hayan sentido a llevar legítimamente en su dignidad por las palabras utilizadas. Sin embargo, así como lamentamos esa sensación, también queremos dar nuestro respaldo a la directora de Desarrollo Comunitario, que siempre ella, desde el primer día que le tocó volver a Curanilahue, ha tenido un compromiso que es incuestionable".

Agregó que esperan que se evite "tomar esto como algo político(...) Pido comprensión por este nivel de frustración, nosotros hemos cometido varios errores, pero lo que no podemos es meter las manos y eso es lo que no hemos hecho".

Recuperan espacio abandonado en Villa Cap e instalan plazoletas

Durante el invierno, el espacio se inundaba y en verano producía exceso de polvo. Ahora se instalaron dos plazoletas, mobiliario urbano, máquinas de ejercicio e iluminación.
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En la intersección del pasaje 13 con pasaje 21 en el sector Villa Cap de Barrio Norte, en Concepción, estaba ubicado un espacio abandonado que generaba problemas para los vecinos y que tras las obras de recuperación se busca transformar en un punto de encuentro para los habitantes del lugar.

Silvia Canales, vecina del sector, contó que "esto era una poza en invierno y en el verano un tierral, pasaba un vehículo e inmediatamente se hacían hoyos y no se podía pasar, así que estamos felices de que esto se haya transformado en un espacio público sobre todo para las personas mayores, porque a veces en verano salimos a hacer gimnasia afuera, por eso esto nos viene de perilla".

El proyecto, que contó con financiamiento de la Municipalidad de Concepción, contempló la pavimentación de una calzada para vincular los pasajes existentes y la recuperación de dos áreas si uso para convertirlas en plazoletas. Además se instaló mobiliario urbano, máquinas de ejercicio, iluminación y paisajismo.

El presidente de la Junta de Vecinos Villa Cap, Reinaldo Altamirana, señaló que "es un cambio notorio, esto es lo que hermosea la población. Estas plazoletas que sirven para recrearse, venir a pasear con los nietos y ojalá con los bisnietos, como dirigente social eso es lo que uno anhela y por eso trabaja por la población, porque esto nos llena y nos satisface, cuando las metas se cumplen".

El alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, indicó que "esta es una inversión de aproximadamente 37 millones de pesos que se está entregando en coordinación con la directiva de la Junta de Vecinos Villa Cap y viene sumarse a otras iniciativas municipales en el sector (...) lo importante es que lo disfruten y cuiden, el municipio tiene que hacer su parte, pero también la comunidad".