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En lo relativo a su administración

Cambio legislativo sería una nueva oportunidad para el parque Pedro del Río Zañartu

Se trataría de la modificación más importante en el gobierno del lugar, desde que fue legado a la ciudad de Concepción en 1917.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

Ciertamente, uno de los lugares de visita y turismo regional más reconocido de la zona, es el imponente Parque Pedro del Río Zañartu.

Se trata de un amplio lugar de más de 550 hectáreas, que incluye una Casona Museo, junto a sus muebles y colecciones, y un gran espacio verde con diversas especies de flora y fauna inserto dentro del Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén.

Como es sabido, el 8 de noviembre de 1917 -un año antes de fallecer- el empresario y filántropo, Pedro del Río Zañartu, legó el lugar a la ciudad de Concepción.

A través de la cláusula VIII de su testamento, el también agricultor señaló que "legó pues a la ciudad de Concepción o sea a la entidad jurídica que la represente mi fundo Hualpén".

Es en 1938, 20 años después de su muerte, que el testamento se hace efectivo, ya que la casona pasa a ser el museo que actualmente existe y el Parque abre a la ciudad.

A partir de este documento, del Río nombró a una comisión para cumplir este legado, compuesta por el Intendente de la Provincia de Concepción, el primer alcalde de la Ilustre Municipalidad de Concepción y el vicepresidente de la Junta de Beneficencia de la ciudad.

Todo a partir de la Ley Nº 5.248, que en 1933 le confirió personalidad jurídica a dicha comisión

Es aquí donde comienzan las interpretaciones sobre quienes deberían integrar el comité que administra el espacio. La actual estructura, definida en el Decreto Ley Nº 2.835 de 1979, establece que el parque es administrado por el Gobernador Provincial de Concepción -cargo ya extinto- junto al alcalde de Concepción y el director del Servicio de Salud Concepción, institución heredera de la Junta de Beneficencia.

Administración

A inicios de marzo, el entonces diputado y actual subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, presentó un proyecto de ley interpretativo de la Ley Nº 5.248, para que la comisión fuera integrada por el Gobernador Regional y el alcalde de Hualpén.

A fines de mayo, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó por unanimidad el proyecto, pero agregando la figura del alcalde de Concepción a la comisión. Ahora, el miércoles, la comisión de Educación del Senado revisará el proyecto, con la indicación que busca incorporar a la Delegación Presidencial en la comisión.

"Debemos restaurar con urgencia la casa patrimonial y proyectar este Parque como un espacio de cuidado de la naturaleza, que sea un punto de encuentro al alero de la nueva ley que protege las reservas naturales", señaló el gobernador Rodrigo Díaz.

De acuerdo al alcalde Hualpén, Miguel Rivera, "nosotros tenemos sueños como hualpeninos hace muchos años de poder desarrollar una infraestructura adecuada para el fin de ese Parque. Dentro de este anhelado sueño de estar dentro de la administración, necesitamos estar para poder tener nuestro plan de manejo dentro de lo que es la península".

"Necesitamos proyectos para poder mejorar la infraestructura misma del Museo, generar espacios distintos de desarrollo dentro del Parque, que sea una alternativa hoy para el visitante más que estar en las condiciones que hoy todo el mundo conoce", afirma.

Rivera ha sido crítico con la situación del lugar, asegurando que si no se dan estos cambios "el Parque está destinado a morir o a deteriorarse cada vez más".

Para el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, la presencia de la comuna en el comité administrativo viene a continuar el legado de Pedro del Río Zañartu. A partir de ahí, el edil asegura que "esperamos que sea una buena administración, que podamos invertir recursos para poder mejorar las condiciones del Parque, proyectarlo como un gran pulmón verde como la zona metropolitana del Gran Concepción".

"Queremos también que junto al Museo puedan potenciar todo lo que es la historia de nuestra región, de nuestra comuna y del país, no solo por esto, sino también del ámbito medioambiental aprovechando lo hermoso que es ese lugar", agrega.

Museo

Nacido en 1840 y fallecido en 1918, Pedro del Río Zañartu se casó por primera vez con Ana Rosa Serrano, en 1875, con quien tuvo dos hijos. La pérdida de su esposa y sus hijos significó un duro golpe para él, quien cayó en una profunda depresión.

Para superar esta tragedia familiar, entre 1880 y 1913, el empresario recorrió cuatro de los cinco continentes. En estas aventuras se dedicó a comprar objetos y artefactos de diversas culturas, para irlos dejando en su casona del Fundo Hualpén, que había construido en 1870

Si bien el primero de sus viajes, de 1880 a 1882, lo realiza solo, en 1883 contrae matrimonio con Carmen Urrejola Unzueta, quien lo acompañaría en sus posteriores aventuras por el mundo.

Siempre preocupado por los más desposeídos, Del Río es uno de los grandes personajes que ha dado Concepción al mundo. Realizando constantes labores de beneficiencia, el filántropo donó a la sociedad de Fleteros un sitio para la construcción de su sede social.

También, vendió en ventajosas condiciones a la Sociedad Cooperativa de Habitaciones para obreros un terreno en la que se emplazaría una población, la cual corresponde hoy al mismo barrio que lleva su nombre.

Preocupado también de la educación, solía invitarlos en grandes grupos a su fundo, a quienes les ofrecía actividades culturales y deportivas. Hizo, además, grandes aportes en favor de la naciente Universidad de Concepción y del Hospital Clínico Regional.

Siendo uno de los fundadores del este último, también lo fue del Banco Concepción y del Club Concepción, además de ser capitán del Batallón Cívico de Concepción.

Comentario de arte

El arte como vehículo para la contención escolar

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Por Jessica Castillo

La vuelta a una normalidad atípica y el reintegro a clases traen consigo muchos desafíos y temas que abordar. Gran parte de la preocupación está puesta -con gran razón-, en el claro retroceso de la calidad de los aprendizajes producto de la pandemia.

Sin embargo, si bien es muy importante la nivelación pronta de los saberes rezagados, también lo es contener al alumnado luego de un período inédito y complejo a nivel mundial que transversalmente caló hondo en nuestra estructura social, económica, educativa y familiar.

Dos años de crisis sanitaria demostraron que un papel en blanco y distintos materiales pueden cambiarnos la vida y hacer que el tiempo varíe la forma de cómo lo percibimos. Puso en nuestras manos la posibilidad de hacer, crear y conectar ese hacer de las emociones ineludibles que desbordaron a tantas y tantos.

Es en este pequeño acto espontáneo y casi primitivo -considerando la presencia de la expresión artística desde que el hombre pudo comunicarse-, donde palpamos el valor de las artes y su práctica en nuestras vidas.

Es lógico pensar entonces que la educación artística puede ofrecer este espacio necesario y valioso capaz de interpretar las vivencias del alumnado en medio de la pandemia.

EL QUÉ DEL ARTE

Las artes son expresión y comunicación no verbal. Muchos autores mencionan su importancia para el desarrollo humano, así como su relación con el despliegue emocional, porque arte y emoción se vinculan con procesos psicológicos superiores como la imaginación y la creatividad.

Es común pensar que la práctica artística consiste en crear imágenes "bellas". Sin embargo, hacer arte implica también considerar todo lo que ocurre en el proceso: la información que llega desde el cuerpo, el contexto, los factores internos, los ambientales y una larga lista que depende de cada ser humano.

De este modo, cualquier símbolo expresado es en sí valioso al aportar gran significado a un proceso de búsqueda personal.

Con todo lo anterior, es pertinente pensar que las problemáticas actuales evidenciadas con el retorno a clases que intervienen directamente en las dinámicas de comunicación de toda la comunidad educativa, deben ser abordadas desde múltiples frentes, uno de ellos el artístico.

Es necesario pensar la escuela como un espacio abierto no solamente al aprendizaje, sino al auto conocimiento y al trabajo sobre las propias emociones involucrando la contención, tan necesaria en la vida de cada estudiante en formación.

En esta dirección, la educación artística debe facilitar un proceso emocional que implica palpar realmente aquello que acontece para hacer germinar las emociones escondidas y sus procesos de interpretación.

Luego del regreso a clases, se hace urgente fomentar el arte como uno de los frentes para hacer frente a las actuales problemáticas.