La realidad hídrica que llevó a Rere a racionar su suministro de agua durante tres semanas
El presidente del Comité de Agua Potable Rural contó que si bien la escasez de agua fue un tema recurrente en la zona no fue hasta el pasado verano que fue a un nivel crítico.
Cerca de 243 medidores de agua son los que alimentan la casa de cada familia del pueblo de Rere, en la comuna de Yumbel. Allí, cerca de 700 personas son las que conforman su población y que desde hace pocas semanas debió racionar su suministro de agua por la escasez crítica de la zona.
Paulino Araneda, presidente del Comité del APR de Rere, detalló que desde hace años sufrían una baja de suministros de agua debido a que su pueblo se alimenta del cauce del estero Los Crisantemos, río que en el último tiempo ha reducido considerablemente su flujo de agua.
"Nos dimos cuenta de que corría un hilo de agua desde el río y no teníamos cómo llenar los estanques hasta que tomamos como directiva la opción de programar cortes de agua los martes y jueves a modo de tener distribución de agua para el resto de la gente, sobre todo en esa época de alta demanda", contó.
Y es que los meses de enero y febrero suelen ser una época de alta afluencia de turistas en la zona que, incluso, pueden triplicar la población del pueblo hasta cerca de las 2 mil personas por lo que se presenta una sobredemanda de este elemento.
Por eso pidieron ayuda a la Municipalidad de Yumbel para poder sobrellevar la situación. "Nos prestaron mucho apoyo gracias a los camiones aljibe, para inyectar agua directamente a nuestros estanques y con esto pudimos abastecernos para sobrellevar estos meses críticos", compartió.
SEQUÍA EN LA COMUNA
"Con el operador íbamos todos los días a ver las reservas de agua que teníamos y cada día era peor el abastecimiento. Entonces, reversamos el agua que teníamos como excedente de inviernos pasados, a lo que sumamos los camiones aljibes de la municipalidad que ayudaron a sobrellevar este periodo de sequía", detalló Araneda.
Según explicó, Rere tiene una topografía particular donde algunas zonas son altas y otras más bajas, por lo que el corte de agua era más notable en los sectores superiores ya que las zonas bajas quedaban con una baja presión producto del agua que quedaba en las cañerías. "Fue doloroso contarles a los vecinos, ya que sabemos nuestra historia y de qué se trataba todo", compartió sobre la decisión de racionar el agua, la que se aplicó a fines de febrero.
"Los vecinos entienden perfectamente la situación y nos dan su apoyo, lógicamente hay situaciones puntuales que se debaten por desconocimiento, pero la gran mayoría entiende la situación de nosotros y del país", añadió.
POZOS PROFUNDOS
Con el paso de los días esta situación se fue mejorando, contó Paulino, ya que los visitantes retornaron a sus hogares y la población de Rere volvió a su común de personas, por lo que se tradujo en un consumo más equilibrado del agua. "Estamos volviendo a nuestra realidad en el pueblo y con eso ya no se cortará el agua los martes y jueves", contó aliviado.
"Ahora tenemos propuestas para que no nos vuelva a ocurrir el próximo año y también contamos con empresas para instalar pozos profundos, de los cuales ya tenemos presupuesto y estudios para desarrollarlos. Estamos hablando con la Municipalidad y la Dirección de Obras Hidráulicas para poder financiar estos proyectos", adelantó Araneda.
Estos pozos profundos serían, según detalló, de entre 50 a 60 metros de profundidad y el primero de ellos se ubicaría cercano al sector de su planta de agua. "Se hizo un estudio de caudal que existiría y no debiéramos tener problemas en un par de años a futuro", agregó.
Otra problemática que suelen tener es que, en época de lluvias, toda el agua que llega a los estanques traen consigo mucho barro. "Con estos pozos profundos solucionaríamos ese punto y además no tendríamos problemas de estar esperando a que llueva para tener agua de redistribución", señaló.
Cada pozo estaría costando cerca de $18.5 millones y el dirigente enfatizó estar interesado en poder adquirir tres de ellos para poder solucionar el problema y aguantar muchos años más. "El primer pozo profundo nos abastecería por 4 a 5 años y a futuro esperamos instalar otros dos más para expandir la cantidad de agua que podamos llegar a tener hasta 15 ó 20 años más, pero nos falta financiar las instalaciones", concluyó.
18,5 millones de pesos costarían cada pozo profundo que ayudarían a sobrellevar la sequía en Rere.
243 son los medidores con los que cuenta la localidad y que alimentan a cada una de las familias con el suministro de agua.