"La derecha no está invitada a dialogar, ni a negociar, ni a persuadir en la Convención"
Tras la primera semana de deliberaciones en el pleno, la representante independiente en cupo Evópoli del distrito 20 analiza el futuro del proceso y apunta a la exclusión de la derecha del debate: "Es como si tuviéramos lepra".
La Convención Constitucional inició la semana pasada el proceso de deliberación de normas en el pleno, aprobando los primeros 34 artículos que estarán presentes en la propuesta final que se votará en el plebiscito de salida, a la espera de ser revisados en la comisión de armonización.
En ese escenario, la convencional del distrito 20, Rocío Cantuarias (IND-Evópoli) ha sido una de las más críticas del proceso, formando equipo con los convencionales Teresa Marinovic y Martín Arrau. Además, fue una de los convencionales que rechazó casi la totalidad de los artículos sancionados por el pleno la semana pasada para su discusión en general.
Para la abogada y magíster en Administración de Empresas, el proceso de deliberación ha contado con poco tiempo para un "debate serio", pero también expone que "la metodología es mala, porque no da pie para que conversemos, para poder persuadir a un convencional con una idea distinta, para ser persuadidos respecto a lo que creemos. No es un genuino debate, y no ha habido ganas que tengamos un debate profundo y serio respecto de las distintas materias".
Sobre las normas aprobadas, Cantuarias dijo que le harán muy mal al país ya que "obedecen a una política identitaria que se ha manifestado desde el minuto uno, principalmente con la causa indígena, con algunos fanáticos de estas causas. Se aprobó por ejemplo tener sistemas de justicia paralelos, que no sabemos cómo se van a aplicar o implementar".
"En Forma de Estado pasa lo mismo, donde reconocimos un estado plurinacional, que sepa Cristo de que se trata eso, porque no tenemos los bordes conceptuales claro, y tenemos una norma aprobada que exige al Estado que se tenga el consentimiento de los indígenas respecto a cualquier derecho en que se vean afectados o la entrega de territorios especiales. Lo que hay es cuotas y distribución de poder, privilegiando a los pueblos indígenas", añade.
A la hora de abordar la idea de ajustar el calendario de trabajo para los próximos cuatro meses -acotando los tiempos de intervenciones en el pleno y trabajando los sábados- la convencional se muestra de acuerdo en "todo lo que se pueda hacer para que el proceso resulte exitoso y podamos terminar el 4 de julio. Nosotros rechazamos las semanas territoriales desde el primer momento, porque las matemáticas son una y sacábamos las cuentas, viendo que no se alcanzaba por ningún lado".
Párrafo seguido, dice rechazar cambios que "signifiquen restringir aún más el debate. Sería seguir menoscabando el proceso, y si quieren reducir aún más el debate en las votaciones en general y particular, no estaré de acuerdo. Es el colmo si eso ocurre".
EL ROL DE LA DERECHA
-¿Existe un bloqueo a los convencionales de derecha? En una entrevista a un medio nacional, Andrés Cruz del Colectivo Socialista reconoció que esta situación ocurre y puede afectar al proceso.
-Absolutamente. Ocurre desde el día uno, y lo hemos denunciado. El tema es que hay situaciones domésticas, que no son lo más importante, porque una cosa es hacerse las víctimas, y nosotros somos minoría, pero también se ve mucho victimismo en los convencionales de izquierda por las causas que mencionaba. Por ejemplo, cuando uno hace una intervención, estas personas se ponen a gritar que somos "privilegiados" o "millonarios", manifestando un resentimiento bien grande y estigmatizando a quienes creemos en las ideas de la libertad. A Andrés (Cruz) lo conozco hace años, somos colegas y es una persona sensata, racional y con quien puedo conversar, pero hay una sensación como de que tuviéramos lepra, y a veces parece una asamblea universitaria donde todos gritan.
-Y en materia de propuestas, ¿por qué los planteamientos de su sector no logran los votos suficientes en el pleno o las comisiones?
-Lo perjudicial para un proceso constitucional donde nuestras ideas no son oídas, es que tú no puedes mejorar lo que salga. No podemos ser dueños de la verdad, y si bien creo que las ideas que tengo son las mejores, pero otro convencional puede creer lo mismo de sus ideas; la gracia y promesa no cumplida del proceso era que esto sería un órgano participativo, en que se pudieran debatir las ideas y someter a la decisión de la ciudadanía una propuesta que saliera de esas ideas. Hoy hay varios riesgos, uno es que la ciudadanía diga que esto es una chacota y se vote rechazo, lo que no es bueno. Tengo la idea de que se puede enmendar el rumbo y puede salvarse el proceso; lo otro que pase es que Chile se siga polarizando gracias a la consagración de normas malas, como las mencionadas.
-Algunos convencionales señalan que sus pares de derecha nunca les han dado a conocer sus propuestas. ¿Usted ha dialogado con convencionales de otros sectores sobre iniciativas a presentar?
-En las comisiones temáticas, debemos ser el espacio político que ha presentado más iniciativas, indicaciones, hemos dado vuelta los argumentos 20 veces, donde quedara mejor. Hemos hecho una pega jurídica y técnica salvaje, como ningún otro colectivo o equipo. Pero en las comisiones existe una "cocina" que es impresionante, porque las conversaciones previas son de la izquierda. Nosotros no estamos invitados a dialogar, a acordar nada, ni negociar ni persuadir.