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Gloria Callupe, jefa de la repartición del Gobierno Regional:

"No es facultad de la Unidad de Pueblos Originarios hacerse cargo de cómo se trata la violencia en algunos territorios"

La profesional oriunda de Lumaco contó que en sus casi cinco meses de trabajo han estado abocados a generar las confianzas necesarias con las comunidades mapuches para avanzar hacia la generación de políticas públicas regionales. Ya se ha reunido con más de 100 organizaciones.
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Por Alma Canales Silva alma.canales@diarioelsur.cl

Gloria Callupe Rain tiene 36 años. Es trabajadora social, diplomada en Liderazgo Intercultural y magíster en Desarrollo Humano Local y Regional. Sin embargo, esas no son las únicas credenciales que la llevaron a liderar la Unidad de Pueblos Originarios del Gobierno Regional del Biobío. También le ayudó la extensa trayectoria de trabajo con comunidades de pueblos originarios, de la que incluso ella es parte en Lumaco, su tierra natal.

El 19 de julio se creó la repartición que lidera. Fue la primera a nivel nacional y bajo al alero de la nueva institucionalidad regional. El trabajo ha sido arduo, ya que su unidad, por ahora, solo la integra ella. Eso sí, aclaró, ha tenido todo el apoyo del equipo de la división de Desarrollo Social y Humano , repartición de la que es parte.

Estos casi cinco meses los define como intensos y aunque no hay productos concretos por el momento, las gestiones se han centrado en generar confianzas con las comunidades y organizaciones. Para ello pasa al menos tres días en terreno, jornadas que no discriminan días hábiles de fines de semana. Ya ha conversado con más de 100 organizaciones, entre mesas territoriales, comunidades y asociaciones.

"Es un desafío porque desde la unidad podemos generar y construir una relación distinta, respetuosa con los tiempos y la estructura sociopolítica mapuche, con la forma de organización que tienen y avanzar hacia eso", planteó.

-¿En qué se ha avanzado hasta ahora?

-Hemos iniciado contacto con distintas organizaciones de la Región. No hemos centrado el foco en una provincia más que en otra. Hemos tenido reuniones con organizaciones, comunidades de Tirúa, Cañete, Lebu, Los Álamos, con mesas territoriales, hemos estado en reuniones en Alto Biobío, con comunidades de Santa Bárbara. Estamos llegando a todas las organizaciones que quieran sumarse.

-¿Qué es lo que debería resultar de estas reuniones? Qué temas tratan? ¿Da pie a un documento, una forma de trabajo, un acuerdo?

-El trabajo está orientado a formar acuerdos de trabajo, pero pertinentes a los territorios. Lo que buscamos es poder abrir y crear mecanismos de participación mapuche para hacerlos parte de la creación de políticas públicas desde el Gobierno Regional. Desde ahí estamos trabajando en la generación de convenios en los territorios, generando mesas territoriales. Esperamos generar estos acuerdos y alianzas de trabajo con las distintas comunidades. Con esto no me refiero a que vamos a tener un solo convenio. Si necesitamos generar tres o cuatro para responder a la realidad territorial, en eso vamos a avanzar.

-¿Qué avances han tenido en estos meses?

-Estamos construyendo confianzas, juntándonos, conversando, viéndonos. Estamos con presencia en el territorio,. Mayoritariamente los encuentros han sido allá. Hasta el momento no puedo decir que hemos creado políticas públicas porque estamos construyendo la forma en la que vamos a trabajar.

-¿Qué tan concreto ha sido eso?

-Existe una dinámica distinta, de mucho diálogo, conversación, sin tener el cronómetro para marcar los tiempos. Si tenemos que ir dos, tres, cuatro veces y estar en reuniones toda la mañana, toda la tarde y continuar la tarde siguiente, estamos dispuestos, porque queremos escuchar las propuestas, problemas y necesidades y construir desde lo que ellos mismos están visualizando. Eso habla de la profundidad del trabajo que queremos desarrollar y también de las confianzas que queremos establecer con ellos.

Los acuerdos no los vamos a conseguir de un día para otro o de una semana para otra. Es un trabajo paulatino, de mucha dedicación y muy respetuoso de la organización y los tiempos que tienen las organizaciones mapuches.

-¿Qué le ha llamado la atención de lo que ha visto en estos encuentros?

-Hay muchas cosas que se repiten, que dicen relación con el tema económico, la necesidad de fortalecer las organizaciones mapuches, valorar y reconocer la organización sociopolítica mapuche, reconocer la cultura, la lengua y que se les vea como un pueblo que tiene su propia cosmovisión. Que se trabaje de manera directa con las personas de las comunidades. Eso es un desafío, porque es distinto a como, en general, han venido operando las políticas públicas.

Confianzas

-Muchas de las demandas que tiene el pueblo mapuche no son de competencia del Gobierno Regional, como la autonomía, plurinacionalidad. ¿Qué se puede hacer para que las comunidades se sientan interpretadas?

-Está en la generación de políticas públicas regionales con pertinencia cultural. Lo que se busca es promover políticas, propiciar el diálogo y abrir los espacios de participación con el pueblo mapuche. Y con eso nos referimos a que las comunidades sientan que las puertas de esta nueva administración están abiertas para escuchar, dialogar y construir mecanismos de manera conjunta.

-¿Estas políticas públicas con qué están relacionadas? ¿Hay algún área en particular?

-Vamos a abarcar más de un área. El tema productivo es uno, otra es el área cultural y sobre la cual estamos trabajando. No nos vamos a centrar solo en un tema. Además, hay que considerar que desde lo mapuche es una visión integral. No es lo económico separado de lo cultural. La idea es trabajar en esa sintonía, no imponiendo ciertas formas, sino co-construyendo áreas de trabajo que se van a ajustar a las competencias que hoy tiene el Gobierno Regional. Ahí se van a generar proyectos, instancias de participación que se mantengan en el tiempo. En el fondo es acercar la institucionalidad a los territorios.

-Y que ellos sepan lo que ustedes pueden hacer, porque el Gobierno Regional, por ejemplo, no tiene injerencia en lo que pueden hacer los ministerios…

-Una de las formas de generar confianza tiene que ver con hablar con la verdad, lo que realmente el Gobierno Regional puede hacer, lo que está dentro de sus competencias. Hay cosas que no dependen del Gobierno Regional. El hablar con la verdad es clave y si ellos plantean algo que no está en sus facultades, también planteárselos claramente. Además, si uno piensa en la relación que han tenido las organizaciones mapuches con las instituciones del Estado, siempre han sido un poco distantes y complejas, pero mucho de esto pasa por la no respuesta de las instituciones ante las demandas, por tanto, es clave hablar con transparencia, la verdad y siendo realistas de lo que realmente hoy podemos resolver. Hay muchas materias que no vamos a poder resolver, pero hay que identificar aquellas en las que sí podemos responder y de ahí trabajar con ellos.

El tema de la violencia

-¿Cómo la violencia en el territorio cruza todo esto? Varias autoridades han planteado que no se puede abordar solo con más Carabineros o la Armada. ¿Afecta a las comunidades y cómo afecta el trabajo?

-Lo clave es el diálogo con las comunidades. Son ellos mismos los que nos van a dar la pauta de qué hacer y cómo. El conflicto es un tema político, corresponde que se llegue a acuerdos políticos y por tanto no es facultad del Gobierno Regional ni de la unidad de Pueblos Originarios hacerse cargo de cómo se trata el tema de la violencia en algunos territorios. Nuestra mirada está en generar políticas públicas y abrir espacios de participación. Ahí estamos dando espacio para que las mismas personas nos digan qué visualizan.

-¿Qué plantean las comunidades sobre esto? ¿Qué les preocupa? La declaración de un estado de excepción es facultad del Presidente, pero esto debe afectar a las comunidades. Por ejemplo, con la violencia hay personas que tienen emprendimientos de turismo y se ven afectadas por el conflicto.

-Sobre el estado de excepción el gobernador ha dicho que esto aborda parcialmente el tema, pero no llega a construir estos acuerdos políticos que necesitamos para los procesos de reivindicación del pueblo mapuche. Las comunidades manifiestan una preocupación de que eso se mezcle con los hechos de violencia. Hay comunidades que están generando diálogos internos en los territorios y también con la institucionalidad. Para ellos es clave separar los hechos delictuales de la reivindicación mapuche. También están conscientes de que genera cierta tensión en las actividades turísticas. Por lo mismo, señalan que es clave mostrar lo que las comunidades están haciendo, qué propuestas están haciendo y eso se construye. No es algo que va a surgir de un momento a otro. Posiblemente con el pasar de los meses y a medida que vayamos teniendo más reuniones tendremos más claro cuál es la visión de las comunidades para la generación de acuerdos.

-¿La violencia es un tema relevante para ellos?

-Sí, porque la delincuencia está en algunos territorios y eso les preocupa en la medida que ensucia el proceso de reivindicación.

-¿La unidad tiene alguna tarea vinculada a comunicar, informar al resto de la región respecto al trabajo que hacen las comunidades?

-No es foco de la unidad decir hacia afuera cómo se resuelven las cosas. Las mismas organizaciones nos van a ir indicando el camino o qué hacer en determinado momento. No queremos pasar a llevar las formas de trabajo que tienen las organizaciones. Si en algún momento nos piden tener una opinión o informar, lo haremos, pero hasta el momento esa situación no se ha dado.

En silencio

-¿Qué ha sido lo más complejo de trabajar?

-Construir confianzas siempre es complejo, sobre todo cuando hay una relación con las instituciones del Estado que ha sido compleja históricamente y además hay una desconfianza instalada en el pueblo mapuche con las instituciones. Entonces, generar esa confianza a partir de esta unidad y esta nueva administración requiere de compromisos y de mostrar hechos concretos, voluntad de que se quiere trabajar de una manera distinta.

-¿Eso qué significa?

-Significa además de conversar, ver si hay algún proyecto que hayan presentado al Gobierno Regional hace tiempo y que esté esperando y resolverlo. De esa manera vamos a ir mostrando acciones concretas que permitan ir avanzando en esta construcción de confianza. La clave y el éxito de alguna manera del trabajo es establecer confianzas en base a hechos prácticos y reales. Hemos ido respetando los tiempos y las condiciones de trabajo solicitadas. Si seguimos trabajando así vamos a tener éxito.

-Se ha difundido poco el trabajo...

-Llegado el momento se va a decir públicamente lo que estamos haciendo. Por ahora es un trabajo respetuoso y sobre la base de la prudencia que requiere este tipo de trabajo. No necesitamos tanta publicidad, cámaras ni micrófonos, pues las confianzas se construyen en los territorios.


"El desafío de la unidad es articular a distintos actores"

-En términos personales, ¿cómo ha sido desarrollar este trabajo?

-Es un desafío importante, pero también es una oportunidad para liderar un trabajo que busca establecer una relación distinta con el pueblo mapuche. El desafío es cómo desde lo que soy, este ser mujer mapuche, contribuyo a ser un puente entre las comunidades y la institución de la cual soy parte hoy, que es el Gobierno Regional del Biobío. Con muchos de los dirigentes ya nos conocíamos desde antes, no es un tema nuevo para mí. Agradezco la invitación del gobernador regional de haberme sumado a este compromiso que él también asumió de generar una forma de trabajo distinta.

-¿Tienen más apoyo de otras reparticiones?

-La Unidad de Pueblos Originarios está bajo el alero de la división de Desarrollo Social y Humano y cuento con el apoyo de ellos. Si bien soy yo la que va a los territorios y se contacta con las personas, el equipo de la división está disponible para apoyar las gestiones internas que se requieren para sacar adelante los proyectos. Eso también implica articularse con otros servicios para ir respondiendo a las necesidades que se van planteando. El desafío que la unidad tiene es articular a distintos actores para poder dar respuesta a los problemas de los territorios.

-¿Qué metas hay al cierre de año?

-Las metas son poder tener trabajados y terminados algunos convenios, pero tal vez no los vamos a tener, pues vamos a seguir trabajando el tiempo necesario. Sí nos hemos propuesto al menos tener identificadas las áreas de trabajo que desde el Gobierno Regional se puede trabajar en los territorios, porque esos son los compromisos que se van a reflejar en los convenios que luego firmaremos.

-¿Cuáles van a ser las tareas en 2022?

-Ya debiéramos consolidar el trabajo con los territorios que quieran ser parte de esto y debiéramos tener convenios de trabajo formados con las distintas mesas territoriales, comunidades, asociaciones, con las distintas organizaciones mapuches. Es clave que este trabajo sea paulatino y a los tiempos mapuche, porque no solo nos permite identificar dónde podemos responder como Gobierno Regional, sino recoger las propuestas de cómo ellos visualizan cómo hacerlo.

Gloria Callupe tiene una larga trayectoria de trabajo con comunidades. De hecho, ella es parte de una organización mapuche de Lumaco, donde vivió antes de trasladarse a Concepción.