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Estudio se basó en datos de teléfonos

El "GPS" del cerebro calcula el camino más directo y no el más corto

Estudio del MIT analizó cómo actúa nuestro "navegador" cerebral al momento de establecer una ruta entre dos puntos: prefiere la navegación vectorial.
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Por Agencias / Redacción

De niños se nos enseña que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, sin embargo, ello no siempre es posible, sobre todo cuando uno camina por la calle. Entonces, ¿cómo escoger la mejor ruta? Pues según un estudio del MIT, nuestro cerebro no está preparado para calcular el camino más corto, sino "el más directo".

El estudio se basa en información aportada por los teléfonos móviles de más de 14.000 personas anónimas, datos con los cuales el equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) descubrió que los peatones tienden a elegir los caminos que parecen apuntar más directamente hacia su destino -o al menos no alejarlos mucho de la línea recta- incluso aunque esas rutas acaban siendo más largas. Es lo que llaman el "camino más directo".

Esta estrategia, conocida como navegación vectorial, también se ha observado en diversos estudios sobre animales, desde insectos hasta primates.

RUTAS DIRECTAS

En el estudio, publicado este lunes en Nature Computational Science, el equipo del MIT sugiere que la navegación basada en vectores -que requiere menos energía cerebral que calcular la ruta más corta- puede haber evolucionado para que el cerebro dedique más energía a otras tareas.

"Parece que hay una compensación que permite utilizar la potencia de cálculo de nuestro cerebro para otras cosas: hace 30.000 años, para evitar un león, o ahora, para evitar un peligroso vehículo todoterreno", explica Carlo Ratti, profesor de tecnologías urbanas en el Departamento de Estudios Urbanos y Planificación del MIT.

Y aunque la navegación basada en vectores no logra el camino más corto, "se acerca bastante y es muy sencillo de calcular", complementa.

Ratti comenzó a preparar este estudio cuando estudiaba posgrado en Cambridge. Cada día recorría a pie entre el colegio mayor y la universidad hasta que un día se dio cuenta de que, en realidad, seguía dos rutas diferentes: una de ida y otra ligeramente distinta de vuelta. Años después quiso saber por qué.

Para saberlo, utilizó los datos de los móviles de más de 14.000 personas que vivían en entornos urbanos, datos de señales GPS que contenían más de 550.000 trayectos realizados por peatones por Boston y Cambridge (Massachusetts) durante un año.

Su análisis demostró que, en lugar de elegir las rutas más cortas, los peatones elegían rutas ligeramente más largas pero que minimizaban su desviación angular respecto al destino, es decir, elegían caminos que les permitían encarar más directamente su punto final al iniciar la ruta, aunque un camino que comenzara hacia la izquierda o la derecha pudiera ser más corto.

NAVEGANTE POCO ÓPTIMO

"En lugar de calcular las distancias mínimas, descubrimos que el modelo más predictivo no era el que buscaba el camino más corto, sino el que intentaba minimizar el desplazamiento angular, es decir, apuntar directamente hacia el destino en la medida de lo posible, aunque viajar en ángulos mayores fuera en realidad más eficiente", afirma Paolo Santi, del Consejo Nacional de Investigación italiano y coautor del estudio.

El estudio comprobó que este comportamiento se repetía tanto para los peatones de Boston y Cambridge, que tienen una red de calles diagonales, como para los de San Francisco, que tiene un trazado de calles en cuadrícula.

También observaron que las personas tendían a elegir diferentes rutas cuando hacían un viaje de ida y vuelta entre dos destinos, tal como Ratti cuando era estudiante.

"Cuando tomamos decisiones basadas en el ángulo hasta el destino, la red de calles te lleva a un camino asimétrico. Basándonos en miles de peatones, está muy claro que no soy el único: El ser humano no es un navegante óptimo", concluye Ratti.


ALZHÉIMER PUEDE BORRAR "HUELLA CEREBRAL"

lUn estudio de la Universidad Politécnica Federal de Lausana (EPFL), Suiza, encontró que la "huella cerebral" única que tiene cada ser humano -descubierta por científicos de Yale hace cinco años- puede borrarse con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. El hallazgo publicado por "Science Advances" fue liderado por Enrico Amico, quien con resonancia magnética, estableció que "una persona con esa enfermedad parece perder su identidad cerebral".

Investigaciones anteriores han demostrado que los programas de vacunación combinados generan una sólida respuesta inmunitaria

La combinación de vacunas contra el covid-19 es efectiva, asegura un estudio que analizó más de 700 mil casos

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Las personas que han recibido una primera dosis de la vacuna contra el covid-19 de AstraZeneca y una segunda de ARNm tenían menor riesgo de infección frente a las que recibieron ambas dosis del primer preparado, según un estudio de la Universidad de Umea (Suecia).

En las vacunas de ARN mensajero (ARNm), como la de Pfizer-BioNTech y Moderna, se emplea ácido ribonucleico para lograr el desarrollo de una respuesta inmune.

El profesor de medicina geriátrica de la citada universidad, Peter Nordström, que realizó la investigación, resaltó que cualquier vacuna aprobada es mejor que ninguna.

"Sin embargo, nuestro estudio muestra una mayor reducción del riesgo para las personas que recibieron una vacuna de ARNm después de haber recibido una primera dosis de una vacuna basada en vectores, en comparación con las personas que recibieron la vacuna basada en vectores para ambas dosis", añadió el especialista, cuyo estudio publicó Lancet Regional Health.

Al detenerse el uso de la vacuna basada en vectores de Oxford-AstraZeneca para personas menores de 65 años, a todas las personas que ya habían recibido su primera dosis de este preparado se les recomendó una de ARNm como segunda dosis.

Durante un período de seguimiento promedio de más de dos meses después de la segunda dosis, el estudio mostró un 67% menos de riesgo de infección para la combinación de Oxford-AstraZeneca y Pfizer-BioNTech, y un 79% menos de riesgo para Oxford/AstraZeneca y Moderna, ambos en comparación con los individuos no vacunados.

Para las personas que recibieron dos dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca, la reducción del riesgo fue del 50%.

Estas estimaciones de riesgo se observaron después de tener en cuenta las diferencias con respecto a la fecha de vacunación, la edad de los participantes, el estado socioeconómico y otros factores de riesgo de covid-19. Los investigadores dijeron que las estimaciones de eficacia se aplicaron en relación con la infección por la variante Delta, que dominaba los casos durante el período de seguimiento.

Investigaciones anteriores han demostrado que los programas de vacunación combinados generan una sólida respuesta inmunitaria, pero no está claro hasta qué punto estos esquemas pueden reducir el riesgo de infección clínica, según el análisis.

El estudio de Umea, en el que se analizaron los casos de 700.000 personas, se basa en datos de registros nacionales de la Agencia de Salud Pública de Suecia, la Junta Nacional de Salud y Bienestar y Estadísticas de Suecia.

Los resultados del estudio pueden tener implicaciones para las estrategias de vacunación en diferentes países, según los expertos.