La experiencia que apuntaló un título que esperó casi una década
Jugadores como Carlos Lauler, Diego Silva, Evandro Arteaga y Eduardo Marechal fueron puntales en la serie final ante Valdivia.
Restaban 42 segundos para el final del tiempo extra en el Antonio Azurmendy de Valdivia, cuando el alero Carlos Lauler tomó la diagonal desde la izquierda, aguantó un segundo y lanzó un triple que entró en la historia.
68-71 era el marcador en favor de la Universidad de Concepción sobre el CD Valdivia, y con la posesión a favor hasta el sonido final de la chicharra, los estudiantiles se consagraban como campeones de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) por primera vez, su quinto título máximo a nivel país, y el primero en nueve años.
Con el final sentenciado, el capitán universitario corrió a buscar a su compañero de tantas batallas, el base Diego Silva, con quien se fundió en un abrazo que duró una eternidad, con un desahogo contenido y varias lágrimas; son los dos sobrevivientes del plantel 2016 que perdió la final ante el CD Valdivia.
"Fueron muchos años sufriendo, esperando esta revancha. Increíble que se me haya dado la revancha en el mismo partido. Le agradezco a mis papás, y a toda esta gente que vino para acá", dijo Lauler, que durante la temporada estuvo fuera varios partidos por lesión.
"Fue un semestre duro para mí, no quedar en la selección me dio energía, ya que era injusto. No merecía quedarme afuera, y es una revancha, porque todo es aprendizaje", añadió Silva.
Ambos jugadores simbolizan la espera que vivió una institución avezada en el básquetbol nacional, que durante la década se reinventó varias veces en proyectos deportivos que no siempre resultaron, y que con el ojo del vicerrector Miguel Ángel Quiroga y del jefe de deportes Víctor Méndez, apuntaron sus fichas en consolidar un grupo que ya conocía el parqué de la Casa del Deporte para afrontar una temporada inédita por la pandemia y donde talentos jóvenes despuntaron en momentos clave.
En ese plan, encajó perfecto el DT Cipriano Núñez, que siempre sintió que el campus centenario era parte de su casa: "Fueron casi diez meses extenuantes, ya no daba más después de una gran temporada. Estoy feliz porque lo merecía el club y la universidad después de tanto tiempo; es una mezcla muy linda de juventud y experiencia. Aquí todos aportan algo, ayuda a vivir porque lo pasamos bien".
LOS ROCKEROS
Como un relator argentino bautizó a la generación dorada del fútbol chileno como los "viejos rockeros", en la UdeC lo son Evandro Arteaga y Eduardo Marechal. Se fueron entre lágrimas y decepciones en 2015 tras años de títulos y gloria. Seis años después volvieron para zanjar una deuda pendiente, quienes juegan juntos hace 13 años: darle un título de liga nacional al equipo que los hizo leyenda.
Arteaga, máximo anotador del encuentro, dijo que "pasó mucho tiempo. Desde 2007 jugamos juntos, excepto un año intermedio, ahora volvimos a la UdeC y que mejor que coronarlo con un título que trabajamos muchísimo, con pandemia de por medio y un hermoso grupo de jóvenes".
Marechal en tanto, que fue una pieza clave en la parte final del encuentro, dijo que "era el título que estábamos buscando hace años. Nos pasaron dos finales que quedamos con las ganas con Evandro y ganarla en esta instancia, con este grupo, es algo increíble. Volvimos a la UdeC para buscar esto, son muchos años, muchas cosas que pasaron. Cosas que pasaron nos alejaron, ahora volvemos y podemos celebrar siendo felices, como corresponde".
Ambos jugadores se fundieron en un abrazo, que simboliza una deuda saldada con el destino, con sus propias historias personales y con una institución que nunca los podrá sacar de su historia.