El ejemplo de quienes dejaron las calles
El domingo recién pasado, en la edición de Reportajes de EL SUR, se profundizó en los primeros resultados de una innovadora iniciativa para personas que se encontraban en situación de calle, denominada "Viviendas con apoyo". Se trata de un programa que otorga un hogar provisorio a personas que viven en situación de calle, y que busca ser una solución para un problema que afecta a más de 1.300 personas en la Región.
La implementación de la política piloto comenzó con 12 participantes y, además de Biobío, sólo se está aplicando en la Región Metropolitana, con recursos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y de Vivienda y Urbanismo.
En la Región es la Fundación Catim la que está a cargo de llevar adelante el proyecto, que actualmente ya suma a 24 personas que viven en 14 residencias en Tomé, Coronel, Concepción, Hualpén y San Pedro de la Paz.
Los beneficiarios son hombres y mujeres sin hogar que tienen más de 50 años y han vivido en situación de calle durante cinco años o más, e involucra la entrega de una vivienda para grupos de dos o tres participantes, acompañada de un plan personalizado de apoyos para que las personas puedan realizar actividades de la vida diaria, la integración sociocomunitaria y el acceso oportuno a servicios especializados de la red pública y privada.
El apoyo cotidiano se entrega a través de una dupla profesional integrada por una sicóloga y un terapeuta ocupacional.
Carolina Fuentes, coordinadora general de la iniciativa en la zona, contó que esto representa un cambio de mirada de las políticas públicas pensadas para personas calle, donde lo primordial es otorgar una residencia y promover la autonomía de la persona. "Creo que el real impacto de este programa se verá después de unos 10 años, pero ya notamos cambios significativos. Me ha sorprendido cómo algunos se vuelven a vincular con la familia y recuperan la esperanza. Este es un buen programa, pero necesita que otras instituciones estén vinculadas", sostuvo.
La inspiración de esta iniciativa es Housing First, un modelo de intervención con personas en situación de calle que nació en Estados Unidos en la década de los noventa de la mano, del psiquiatra Sam Tsemberis y su organización Pathways to Housing. Convierte la vivienda en un elemento prioritario en el proceso de inclusión de la persona, acompañándolo del apoyo de un equipo técnico que se basa en el respeto a la persona y su autodeterminación.
Desde entonces, el modelo Housing First se ha implementado en diferentes lugares de Estados Unidos, Canadá y Europa y, con el tiempo, en cada contexto se han ido haciendo adaptaciones de la propuesta, respetando eso sí el protagonismo de la persona en su propio proceso de recuperación y el acceso a una vivienda estable como medio desde el que propiciar cambios.
Aquello es lo que viven hoy en día en nuestra Región personas como Eliseo Lagos, de 52 años, quien describió así su experiencia previa a contar con una vivienda: "Los primeros días cuesta aclimatarse, pero con la anestesia de las drogas o el alcohol se hace más fácil, pero la calle es dura. Imagínese lo que es dormir una noche de invierno debajo de un puente. Ahí uno no tiene acceso a la comida, a lavarse, sólo a que lo miren mal", relata.
En una época donde -lamentablemente- las personas en situación de calle han aumentado a raíz de los problemas derivados de la pandemia y la consiguiente crisis económica y de salud mental, la incorporación de esta política pública es el reflejo de que no puede perderse la esperanza en torno a la fórmula en que se deben abordar estas situaciones, pese a que es un proceso complejo y lleno de vaivenes.
Con todo, es importante destacar que en nuestra Región ya sean varias las personas que han podido -con el necesario apoyo y una adecuada metodología- doblar la mano al destino y, lo más importante, convertirse en ejemplos de que es posible reconstruir los proyectos de vida que se han visto golpeados por las más diversas circunstancias.
El modelo de "Viviendas con apoyo" se ha implementado en diferentes lugares, con un principio básico: el respeto al protagonismo de la persona en su propio proceso de recuperación y el acceso a una vivienda estable como medio desde el que propiciar cambios importantes y duraderos en su proyecto de vida.